XIII

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Desperté en una cama pequeña, con la pierna vendada.

No iba a hacer ningún esfuerzo brusco, claro, pero la sorpresa que me llevé al girarme me hizo dar un bote tan grande que casi me caí de la cama.

Allí estaba Mark, con las heridas vendadas, una pierna artificial... Pero vivo. Parecía que se había recuperado momentos antes que yo.

- ¡Mark! ¡Ha sido una suerte que...! ¡Creí que...!

Él esbozó una de esas sonrisas algo arrogantes que casi siempre me molestaban, aunque esta vez se lo permití.

- Yo también me alegro de que estés bien, Estabas... dormida.

- ¿Te has despertado antes que yo?

- Bueno, sí. Creo que lo que me pasó es que la explosión me afectó en la pierna -Miró su pierna izquierda con el ceño fruncido-. Y entonces me choqué contra la pared y quedé inconsciente. ¿Y tú?

- Creí que estabas muerto - le dije severamente -. Y...

Le iba a explicar cómo había pasado todo, pero en ese momento entró Lira y se arrodilló junto a las camas, quedando así a nuestra altura.

- ¿Qué tal estáis? ¿Estáis mejor? Ambos asentimos.

- Me alegro - dijo y luego añadió -. Dara está muerta.

- ¡Bien! - Mark levantó un puño en el aire en señal de victoria -. ¡Bien hecho, Cassie!

Me sentí algo animada y halagada por su comentario. La verdad es que sí, todo había salido bien y la ciudad ni ningún otro sitio volverían a sufrir "bombardeos sin causa previa" por culpa de Dara.

Nos quedamos allí, en las camas, hasta que nos recuperamos.

No sabía si habían pasado una, dos o tres horas, porque el tiempo se pasó muy rápido ya que hablábamos mucho y animadamente, después de lo que había pasado.

La LlaveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora