Parte 8

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Mientras me lamia el cuello, yo trataba de quitarlo, pero esta inútil, él era muy fuerte.
Me tomo y me empujó cinta la pared haciendo que me pegara en la cabeza, así que me desmayé.
Cuando desperté, estaba en un lugar desconocido, era de día, al segundo que abrí los ojos, entró un chico  alto de ojos verdes y pelo castaño oscuro, era lindo.
- despertaste princesa- dijo y me trajo el desayuno, yo me aleje de el
- porque estoy aquí, quien eres- dije
- no preguntes estupideces, este es tu nueva casa, me llamo Alberto-
- pero yo no quiero estar aquí- dije y se me salieron unas lágrimas
- oh, no llores te acostumbrarás, te lo prometo, harás nuevos amigos y desde ahora yo seré tu macho-
- donde está Sebastián-
- el chico?... Muerto supongo-
Comencé a llorar, pero sin hacer ruido
- pero porque!?, quien eres- dije gritando porque no sabía que estaba haciendo ahí
- no me recuerdas....- dijo y negué con la cabeza
- vamos acuérdate... Cuando tenias tres años, eras una bebe... Y yo maté a tu madre- dijo con una sonrisa en el rostro
Me tape la boca porque no podía creerlo.
- y porque me quieres a mí- le pregunte
- yo amaba a tu madre, pero en mi primera transformación... No pude controlarme y  al verla con James me enoje tanto que la asesine... Pero ahora puedo remendar mi error contigo... Eres tan igual a ella- trato de acariciar mi mejilla, pero le pegue en la mano
- estás loco, eres un enfermo! Yo no quiero estar contigo... Quiero estar con James!- dije, él me pego una cachetada y caí al suelo
- no vuelvas a mencionar ese nombre Luna... Ahora eres mía- dicho esto salió de la habitación y entro una señorita
- señorita Luna, está bien?- dijo ayudándome a ponerme de pie
- déjeme, quien es usted-
- soy la mucama señorita, está bien?-
- quiero salir- dije poniéndome de pie
- no puede señorita, el señor Alberto, dio órdenes claras y usted no puede salir-
- donde esta el?- le pregunte
- salió a ver a la manada-
- cuál es el nombre de la manada? Señorita y dónde estamos- le pregunte esto para localizar a James y que me viniera a buscar
- su nombre es...- Alberto entro en la pieza y la interrumpió
- oye! Qué haces, no le digas el nombre- le gritó a la mucama y le ordenó que saliera, ella hizo caso
- Alberto.. Cuando me podré ir-  dije tímidamente porque le tenía miedo
- no te quedó claro... Nunca!-
- pero... Y James?-
- ya me encargaré de el- dijo sonriendo

Punto de vista de James:
Estaba verificando que todas las manadas estuvieran a salvo por el ataque de lobos, pero sentí que mi lobo estaba inquieto.
No termine de revisar todas las manadas porque algo me decía que debía volver a casa.
Cuando llegue mi manada se dirigió a mi y me contaron que habían raptado a Luna, eso me preocupo, porque no sabía porque lo harían.
Entre a casa y Paula (la mucama) no estaba, tampoco estaban las cosas de Luna, solo había  un olor en la pieza, que me hizo saber que Luna habría estado con Sebastián y perdido su virginidad, eso molestó demasiado a mi lobo y a mí, porque fui muy claro cuando le dije que yo sería el primero quitársela y en marcarla.
Salí y unos lobos se dirigieron a mi
- alpha, encontramos a Sebastián- dijeron
- y como está?-
Guardaron silencio y dijeron que lo habían lastimado
- pero está vivo?-
- si, y con su familia-
reuní a los lobos rastreadores
- quiero que busquen a Luna por todos lados yo iré con ustedes- dije esto y les pase una prenda de Luna para que identificaron su aroma.
Salimos de la manada y deje a cargo a Eric en mi ausencia.
Mientras caminábamos, trataba de comunicarme con ella con la mente, pero no podía. Eso significaba que estaba muy lejos.
- alpha! Aquí hay algo- dijo uno de los rastreadores posando en mi mano una pulsera que pertenecía a Luna.
Mire al frente y dije que siguiéramos.

Punto de vista de Luna:
Había pasado un día estando encerrada, ni siquiera podía salir dentro del territorio, estaba en mi cama y en eso entro Alberto.
- princesa, ven, quiero que salgamos- dijo extendiendo su mano
- a donde iremos?-
- a conocer mi territorio, vamos te va a encantar-
- no quiero ir Alberto-
- vamos te gustara- dijo y me tomo acercándome a su pecho
- no quiero salir contigo-
Eso lo molesto mucho, podía verlo en su cara, me tomo las mejillas presionándolas muy fuerte y dijo
- entonces te quedaras aquí para siempre-
Me solté de él y le dije que prefería eso; me quedo mirando y comenzó a gruñir, pero antes de hacer cualquier cosa respiro profundo y salió de la habitación.
Se hizo de noche y baje al living. Mire si había alguien, pero no encontré nada.
Abrí la puerta y me encontré con Alberto en frente de mi.
- donde ibas?- dijo sorprendido de verme
-... Ah.. Ah buscarte-
- si?... Crees que soy imbecil ... Ven- dijo y me tiro del brazo hasta llegar a la habitación donde mi tiro en la cama.
- qué vas hacer- le dije con miedo
- te haré mía- dijo seguro y se tiró encima mío besándome, pero le pegue una patada en su entrepierna y salí corriendo al baño. Cerré con seguro y me quede ahí toda la noche.
Al día siguiente, alguien abrió el baño, abrí los ojos y vi a Alberto.
- Alberto, no me hagas daño, por favor lo siento- dije sentada en el suelo
- tranquila linda, no te haré daño... Debí ser más delicado contigo, lo siento-
Aunque tenía mucho miedo eso me calmo un poco, así que me pare y lo abracé.
- tranquila- dijo acariciando mi cara
Sentí un poco de seguridad con el
- quieres salir?- dijo y asentí
Salimos y caminamos por el campo, por cada paso que daba un lobo me hacía un horrible desprecio.
- porque todos me miran así- le pregunte incomoda
- quién te mira así princesa-
- todos, y no me digas princesa, no soy nada tuyo-
- eres mi hembra, como que no eres nada mío- dijo y me agarro de la cintura
- no, no soy tu hembra- dije y lo aparte
- tenemos que hablar de cuando voy a marcarte-
- nunca lo harás-
- Luna, tengo paciencia, pero no la agotes- dijo tomando mi brazo y apretándolo
- que me vas hacer? Matarme también-
Noté que sus ojos se colocaron llorosos, pero pestañeo y eso desapareció
- quiero ir a mi habitación- dije y paré de caminar
- okey, vamos-
Nos dimos la media vuelta y me dejo en mi habitación. Se acostó al lado mío
- quiero dormir- dije
- yo también- dijo haciendo burla
- puedes salir para ponerme el pijama-
- yo te lo pongo- dijo y se tiró encima mío mientras me besaba, pero esta vez sujeto mis pies para evitar patadas.

Mi estimado mate, mi padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora