Capitulo 4

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Adaline

Huelo, muy cerca de mí, una deliciosa colonia varonil también siento unos pelos que soban mi nariz. Alarmada. Rápidamente, abro mis ojos y empujo al ser que estaba encima de mí.

Ese ser era Damon. Parece que a Damon no le gusto mi actitud ya que me lanza una mirada amenazante, desde su asiento, prefiero eso antes de que me de otro golpe. Aterrorizada inclino mi cabeza en señal de arrepentimiento. Cuando ya no noto sus ojos en mí.

— ¿Qué haces? — le cuestiono en susurros, mientras que Damon le da una ojeada a su celular.

—No es asunto tuyo. — Me dice Damon, en un tono seco y frió, sin quitar la vista del aparato.

—Me refiero... sobre... — ¿Por qué estoy nerviosa? Es una simple pregunta. "¿Por qué estabas encima de mí?" —la situación...

—Ah, — pronuncia. Al fin. Entendió lo estaba diciendo. Fugazmente sus ojos me miraron y volvieron a ver al celular. — El piloto, dijo que nos pongamos el cinturón. Porque va a ver varias turbulencias en el viaje. Estabas tan tranquila durmiendo y como no quería despertarte, no tuve más opción que abrochártelo yo. Pero nunca pensé que eras de tener el sueño ligero.

Asentí un poco convencida, ante su respuesta. Aunque hubiera preferido que me despierte. ¡Esperen! Entonces, si hay un piloto, debe haber una azafata. Giro mi cabeza, esperando ver a una mujer, de traje azul, una camisa blanca y con un pañuelo rojo en el cuello, caminando por el pasillo. No hay nadie así. Nadie, solo Damon y yo.

—Damon. — lo llamo, mi voz parece tranquila, pero por dentro aun siguen los nervios.

— ¿Si?— Pregunta perezosamente mientras me mira a los ojos, no había ningún sentimiento en ellos.

— ¿Dónde está la azafata?— lo interrogo, volviendo a echar un vistazo al lugar.

—Aquí no hay ninguna azafata, —me responde —si quiero algo voy a buscarlo, no necesito a alguien que me diga que hacer, ni mucho menos una mujer de piernas largas. En este avión, solo está el piloto y no necesito a ninguna persona más. — Su dedo índice me señala, en forma de advertencia. — Ya no quiero que hagas más preguntas estúpidas, si no quieres ganarte una paliza de mi parte, Adaline. — Me amenaza, asustada asiento varias veces, asiéndole entender que lo entendí perfectamente. Satisfecho, ante mi contestación vuelve su mirada al móvil.

Parece que a Damon no le gustan las preguntas, pero como soy una persona curiosa. Decido preguntar, aun sabiendo lo que me espera.

—Damon ¿A dónde vamos? — aprieto mis ojos con fuerza, esperando que me de la paliza, mis brazos ya estaban preparados para defenderse. No obstante, nada. Nada. Vuelvo abrirlo después de varios segundos, veo Damon. Quien suspira ya molesto. Deja su celular a un lado y me dice, respirando hondo.

— Italia, — aprieta su mano con la otra quien está formando de nuevo un puño. Adaline, respira, no dejes que esta bestia sienta tu miedo. Lentamente se acerca a mi — cariño, por si no lo notaste estoy siendo demasiado benevolente contigo. — murmura en mi oído simultáneamente levanta mi vestido, acariciando mi muslo. — así que no acabes con mi paciencia ¿Si? — besa mi cuello.

—Sí, perdón Damon. — Compórtate Adaline, compórtate tu vida depende de un hilo. Se obediente, no lo contradigas. Posteriormente vuelve a su postura anterior, ojea otra vez su celular.

Después de esa conversación, Damon siguió mensajeando en cambio yo me limite a ver las nubes. Sé que suena muy infantil lo que voy a decir aunque me da igual es mi mente, nadie puede entrar. Las nubes parecen algodones de azúcar flotando en el aire. Me dan ganas de tocarlas o acariciarlas.

Rio mentalmente ¿Cómo una chica de dieciséis año puede imaginarse eso? No soy una niña de cinco años. Además estando en mi situación, no tengo que pensar en esas cosas, debo luchar por mi vida. Mi niñez se acabo, cuando llego él y me declaro como suya. No soy un objeto, soy una persona. Las personas no se venden ni tampoco son usadas para pagar una deuda. Es hora de que madure. Hola madurez, adiós niñez, te voy a extrañar.

— ¿De qué te ríes? — dice Damon, guardando su móvil en su saco azul marino y elevando su ceja. Prestando atención a mi rostro, mierda, creí que no mas estaba haciendo gestos en mi mente. No obstante me equivoque.

—Nada, — no quiero que me vea como una niñita tonta. Muevo mis manos de forma desinteresada. —Solo me acorde de un momento divertido.

Como odio mi nueva vida, tengo que mentir para ocultar lo que siento en verdad. Quiero volver a mi vida anterior, en donde mi mama cocina y se quejaba de como terminaba sus novelas, que Tyler me pida leer uno de sus cuentos de superhéroes en la noche. También cómo no, lo sermones de papá después de volver de una fiesta. No deseo esta vida.

—Espero que no me estés mintiendo, porque si es así, acepta las consecuencias, Adaline. — toma mi mentón, de manera brusca. Esto me está doliendo.

—No te estoy mintiendo, Damon. — Aseguro, levanto las manos en forma de rendición. Damon, aun sin creerlo, me mira escrupulosamente, buscando un rastro de mentira en mi rostro. — Damon, me lastimas. — Emito. Frustrado, al no encontrar nada que me delate, me suelta toscamente y mira su ventana.

—Por cierto, tenemos que cubrirte...— Vuelve a mirarme señalando mi mejilla izquierda, espantada por lo que puede haber, la toca. Hago un gesto de dolor.

Ahh, ya me acorde. El golpe que me di antes de entrar al avión. Mejor dicho, el golpe de que me dio Damon con la finalidad de someterme y así entre sin ningún tipo de resistencia al avión.

—Si, tenes razón. — le contesto apenada, mirando al suelo.

Horas después llegamos a nuestro destino, Italia. Antes de salir Damon, me dio una chaqueta de cuero, color marrón, que me quedaba grande y una bufanda de tela, rosa. Así no se note tanto. Bajo las escaleras del avión, atrás de Damon, el piloto ya se había ido antes que nosotros, otra oportunidad desperdiciada. Sin embargo, ya que más da, solo tengo que sobrevivir, de este asesino.

Caminamos por un rato en la pista, hasta que llegamos a un auto negro con vidrios polarizados, desconozco que marca es y al lado un hombro de traje negro, de seguro que es el chófer. 

Sin IdentidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora