Damon
El jet aterriza en Paris hubo un buen viaje; pocas nubes. Miro a Adaline, quien lloro hasta dormirse, en el auto intente tranquilizarla. Pero en mi mente está en el momento en que la bese, sus labios se sentía como dos pétalos mentolados su cuerpo era pequeño, fue un acto impulsivo. Estaba alterada, asustada, sino hacia algo esos hijos de puta nos acabarían, la única manera que se me vino a la mente fue besarla.
Soy el gato que tiene encerado a un pequeño pájaro. Sin embargo para Adaline soy un monstruo y ella para mí un pago. Puedo hacer lo que sea con ella, besarla, tocarla y... hasta puedo poseer su cuerpo, no importa su opinión. Mis deseos van primero. Creo que también Donna lo va aprender, cuando venga les enseñare a ambas a no desobedecerme.
Además ya estamos lejos de Italia, pero no lo dejare así, cuando me entere de quien fue el bastardo quien lo mando. No solo acabare con él, todos aquellos que se vieron involucrados también. Me convertiré en sus pesadillas. No permitiré que alguien entre a mi casa y me amenacé. Ese es otro asunto que debo arreglar.
—Adaline, despierta — la llamo, mientras guardo unos papeles del hotel en mi maletín. — Ya llegamos. — Mi voz parece serena pero directa.
—Damon, — Musita aturdida, mira por la ventana. — ¿En dónde estamos? — Pregunta ella.
—Paris. —le respondo, terminando de guardar las cosas. — Tengo unos asuntos que atender, allí. — De seguro que Roger se entero del ataque. Me levanto de mi asiento, acomodo mi suéter beige. — Vámonos.
—No me mandas, Damon. — Adaline, me desafía aún sentada, su vestido durazno resalta cada parte de su cuerpo que deseo. Ese fue el que uso en nuestra primera cita, lo recuerdo.
—Estas muy equivocada, Adaline. Ahora tu vida me pertenece. — Manifiesto con seguridad, sonrió con arrogancia. Espero que ella salga primero. Adaline suspira cansada, algunas cosas ya las está aprendiendo, y comienza a caminar hacia la salida.
Yo la sigo por detrás, así evito que escape de mí, aunque creo que no va a llegar lejos. A unos metros de distancia puedo ver a Roger. El mayor accionista de la empresa de hoteles y cruceros Lachner, además de ser un gran amigo que me ayuda en varias ocasiones.
Como es usual viste con un traje color gris intenso, su mirada esta fija en su celular. Su torso descansa sobre una camioneta 0km, el chofer del vehículo esta adentro con la ventana abierta. Adaline frena, en el mismo tiempo que Roger nos mira.
—Sigue Adaline, — le insisto, pero ella aun esta quieta en su lugar esa situación me molesto demasiado, así que la cargo en mis brazos dirigiéndome hacia el auto, Adaline trato de resistirse... creo que también me estaba maldiciendo.
No obstante, eso no me detuvo, Roger sin que se lo pidiera abre la puerta trasera. Dejo a Adaline en uno de esos asientos, mi enojo aun se hace notar. Roger se va al asiento del copiloto, mas tarde entro yo sentándome al lado de ella. Adaline esta estática aun así no bajo mi guardia mi mano sujeta su antebrazo, en ese momento aprovecho para ponerme cómodo. Dejo mi maletín sobre mis pies, el chofer inicia su trayecto hacia el hotel, pero antes aseguran las puertas de la camioneta. Vuelvo a ver a Adaline, su mirada transmite enojo junto con confusión, aleja su tacto con el mío.
Por esta vez se la dejo pasar pero la próxima vez que lo hagas, la castigare, ella debe aprender que es mi paga y no la dejare por nada en el mundo. Algo me atrajo de ella y no descansare hasta averiguar que es.
—Falta una hora. — La voz de Roger hace que vuelva a la realidad, sigue aun con su celular. No creo poder mostrarme así, como estoy vestido, delante de tanta gente importante, cuando el chofer frena delante del semáforo Roger me entrega una bolsa. De seguro que debe tener algo decente para ir a la reunión.
—Bien, llévame al penhouse. Debo dejar mi paga. — Miro de forma desinteresada a Adaline, quien está demasiado atenta en sus pensamientos para darse cuenta de lo que estaba pasando en su alrededor.
—Sí, —agrego él, tranquilo, en ese momento que toco la rodilla de Adaline; su respuesta fueron temblor y miradas llenas de miedo. Es buena, actriz, se que está planeando su próximo plan de escape. — Me di cuenta que tomaste otro pago, cuando vi tu cuenta. —Roger me mira por el espejo retrovisor, mi mano aun seguía en la sueva piel de Adaline. —Sin embargo, por lo que estoy observando no creo que se acostumbre al estilo de vida que llevas, amigo. — Siempre tan atento y precavido, es la persona que quiero a mi lado.
—Lo hará, sabe muy bien que no tiene elección. — Manifesté honestamente, quiera o no, se tiene que hacer la idea. De que es de mi propiedad. —La educare, y me hare cargo de ella.
—Mientras no se interponga en tu trabajo, —Suspira rendido, sabe que no me puede hacer cambiar de opinión. — Te podes quedar con ella.
Adaline
"Te podes quedar con ella." Yo no soy ningún perro. Soy una víctima de Damon él, asesino a mi familia y ahora me tiene en contra de su voluntad. Por su mirada creo que y ya estoy haciendo la idea de para que me quiere y él me lo hace entender a la perfección.
—No necesito tu permiso, — expresa él, su voz suena frio y molesto — si ella me molesta se que hacer, Roger. — En ese momento nuestras miradas se entrelazaron. Se refiere que si ya no le sirvo ¿Me asesinara? O algo mucho peor que eso. —Solo espero no llegar a eso. —Esas últimas palabras eran para mi. —No me atreví a responder, solamente gire mi vista a la ventana polarizada observando el lugar, en tan solo una pocas horas paso esto.
La camioneta se detiene en frente de un hotel lujoso, el hombre con lentes que está sentado en frente mío, me parece que su nombre el Roger, aun sigue con su celular. Tal como Damon, están tranquilos, creo que son amigo. Esto me deja en claro que no tengo que confiar en él. Damon es el primero en bajar, sale por el otro lado rodea la camioneta hasta llegar hacia mi puerta. El hombre de lentes, es el segundo en salir, al mismo tiempo que Damon abre la puerta, estira su mano para sostenerme. Ya no se me ocurre nada, rendida salgo de vehículo acompañado de él.
No lo puedo creer. Estoy en Paris. La ciudad que siempre soñé visitar, pero no de esta forma, ahora mi sueño se hizo una pesadilla al estar al lado de ese monstro y su amigo, de pocas palabras. Lo que paso en Italia, me hizo recapacitar. Decidí huir de él, pero no sé me ocurre nada; aun...
Jamás imagine esta vida para mí. No importa cuántas veces lo intente, volveré a intentarlo.
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Sin Identidad
AçãoÉl no existe para ningún país. Él tiene muchos apodos y nombres falsos. Él es independiente, el hace el trabajo pesado... pero le tenes que dar algo a cambio. Yo fui, su paga después de que una persona mando a matar a mi familia, por un ajuste de cu...