|| Capítulo 5.

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—¡George! ¡Eres el único que queda que debería dar el sí!

—Si.

—¿En serio?

—No. Dije que tal vez iría... Solo déjame pensarlo. ¿Quién iría?

—Jade, Christina, y Tiana—la línea permaneció en silencio por unos segundos—. ¿Ya lo pensaste?

—Si.

—¿Irás?

—No.

Antes que Regina respondiera, George cortó la llamada y rió a carcajadas para él mismo en el silencio de su casa. Se paró frente al espejo, mientras era bombardeado por su mejor amiga con cientos de mensajes al WhatsApp, abrió el chat, y tomó una foto de su vestimenta donde escribió al pie: "Listo para la noche con mis amigas". Tras enviar la fotografía, la respuesta fue instantánea:

[05/18 21:58] Regina: A veces llego a odiarte...

[05/18 21:58] Regina: Posdata: estas buenísimo

[05/18 21:59] George: Dime donde nos vemos o no voy a ningún lado

[05/18 21:59] George: Posdata: ya lo sé

[05/18 21:59] Regina: En el Pub Irlandés, a las 22:30.

[05/18 22:00] George: Allí estaré

[05/18 22:00] Regina: Allí te espero

No tardó muchos minutos en llegar al lugar, y para el consentimiento de su amiga, llegó antes de la hora prevista. El Pub Irlandés, era un bar alejado de la ciudad, escondido en una de las calles menos concurridas un día de semana normal. A dos manzanas de allí, se comenzaba a dirigir a las calles donde cada discoteca se hacía notar con sus interminables filas para el ingreso, y mientras que en ellas la gente se emborrachaba sin remedio alguno, en aquel Pub, aunque pasara lo mismo, solo sucedía con personas que tenían la sobriedad suficiente para marchar cuando era necesario, y a George le agradó la idea de encontrarse en un lugar tan tranquilo como aquel.

Como se encontraba sólo aquellos primeros minutos, al primer lugar al que se dirigió fue a la barra. La noche aun era joven, por lo que recién se estaba comenzando a llenar el lugar. Sin decir alguna palabra, el barman le sirvió un pequeño shot frente a sus ojos.

—Es de bienvenida, no te preocupes. ¿Esperas a alguien?

George tomó aquel diminuto vaso entre sus dedos y asintió solo con el movimiento de su cabeza. Seguido de ello, tomó de un solo trago la bebida que le habían servido. Un ardor le quemó la garganta como si estuviera tragando fuego, y el barman se rió con levedad frente a sus ojos.

—Eres débil para beber, amigo... —le susurró mientras sacudía entre sus manos un recipiente con profesionalismo. Sabía perfectamente lo que hacía—. Es whisky puro, y hay peores que ese.

—Mierda, jamás algo me quemó tanto la garganta de esta manera. Pues sí, nunca fui bueno para beber, solo vine a esperar a unas amigas.

El barman se apartó unos segundos de la vista de George mientras buscaba algo por debajo de la barra, y sacó un cartel con la palabra "Reservado" escrita con un bolígrafo negro a mano.

—Ten, búscate una mesa y pon este cartel antes que se comience a llegar gente. En solo cinco minutos este lugar puede colapsar. —George tomó el cartel entre sus manos y antes de marcharse le extendió su mano al joven—. Me llamo Edmond, por cierto. Cualquier cosa, llámame con un grito.

Esperaba que Regina no tardara en llegar. Bastante le costó convencerse a si mismo para salir aquella noche. Tras dejar el cartel sobre la mesa que escogió en un rincón del Pub, volvió a la barra y se dispuso a esperar. Edmond no se acercó de nuevo hacia él, pues su trabajo, ya desde temprano, lo mantenía muy ocupado. George miró su celular por un corto segundo, y era la hora exacta en la que había acordado verse con Regina, y esta aun no era capaz de llegar. Ya estaba comenzando a desesperarse.

Pies ciegos que intentan seguir el sol. #Wattys2016 #ChocolateAwards2016Donde viven las historias. Descúbrelo ahora