She's bad

Aparición

Antes que comiencen a leer quería avisarles que, como ya terminé el colegio, que empezaré a actualizar más seguido. Creo que podríamos dejar como día de actualización el sábado o domingo, incluso el viernes. Todo depende de lo que ustedes quieran. 

Y, claro, se hará una vez por semana.

También, que por un pequeño problema, mi computador borró la portada que con tanto cariño y amor había hecho. Juro que casi rompo todo en mi habitación cuando me di cuenta que se había borrado. Así que, tendré que hacer nuevamente la portada (ya la tengo lista en dibujo, pero tengo que pasarla al computador) y la subiré dentro de este mes.

Eso es todo...

Capítulo 9.- Aparición

– ¡ELI! –volvió a repetir con cierto tono de desesperación. El chico se giró sobre sus talones en un parpadear, sin embargo, al descubrir que tras él había solamente una muralla perteneciente a la pieza de la chica, pudo respirar tranquilamente. Pensó por un instante que ella lo había escuchado.

– Chicas, no hablan de lo que pasó y yo no le digo a Kord que ustedes se escabulleron y rompieron su nuevo experimento –alzó ambas cejas mientras observaba como todas asentían nerviosas, ya que ellas, por lo que sabían, nadie las había descubierto.

Qué mal, su plan no salió del todo bien.

Eli les mandó una última mirada de advertencia sobre su hombro y tomó la manilla de la puerta, para salir de allí. Burpy saltó a su hombro y sobre la baranda ambos vieron como la chica miraba a todos lados con la respiración agitada.

– ¡Despertaste! –con apuro y algo de torpeza bajó corriendo las escaleras y se abalanzó sobre ella con la manta en sus manos. La envolvió con la misma mientras no dejaba de mirar sus grandes ojos verdes y percibía como ella se relajaba al verlo.

– Creo que sí, a menos que sea un sueño –sonrió de medio lado y se acomodó en el sillón, permitiendo que su compañero de equipo subiese la manta hasta sus hombros y acariciase su brazo. Tocó su cabeza y sacó en seguida su mano de allí, pues el tacto era horrible: además de tener la frente hirviendo, tenía la mano y el cuerpo adolorido.

– Y... ¿En tus sueños, sueñas conmigo? –la sonrisa de satisfacción que se posicionó en rostro, hizo nada más que hacer enrojecer a la chica y arrepentirse de haber hecho esa idea de broma–. Tranquila, era solo una broma, aunque me intriga saber que sueñas –Trixie rió, tratando de parecer más normal y que su color rojizo desapareciese de su rostro.

Al parecer tenía que ser más sutil con su demostración acerca de su enamoramiento hacia el Shane, ya que la primera palabra que gritó al despertar fue su nombre y constantemente mandaba indirectas como la que acaba de ocurrir, que pudieron haberla dejado expuesta. Que pudieron arruinar su linda amistad con su líder. Ahora que lo pensaba y con el transcurso de la noche sin poder dormir, debido a esa monstruosa cara que se aparecía cada vez que parpadeaba, la idea de salir con él se hacía menos atractiva y el temor de perderlo era mayor, así que su cerebro se debatía si olvidarlo o hacer un muy bien formulado plan para que nada salga mal.

– ¿Qué pasó? –cuestionó directa, cumpliendo dos funciones: deshacer ese sentimiento de vergüenza que le produjo el Shane y, al mismo tiempo, averiguar el porqué despertar nuevamente en un sillón, cuando no recordaba haberse quedado dormida en él.

– Bueno... – hizo una mueca de molestia, pues no era de su agrado hablar sobre lo ocurrido. El recordar que la vio desmayada en medio campo de batalla y que eso lo llevara a llegar al refugio, encontrando así imágenes de su vestuario interior, no se lo ponía fácil.