She's bad

Uno solo

Advertencia: contenido apto para adultos

Disfruten <3

Capítulo 27.- 'Uno solo'

Burpy se enojó. No se dio cuenta que su cabecita ardía en fuego intentando seguir a la pareja, la que parecía estar muy ocupada en lo suyo. Bajó de la barra y dio pequeños saltos, dejando un rastro caliente a su paso. Vio que las demás miraban consternadas la escena; solo bastó unos cuantos gruñidos para que la siguieran.

En cuanto estaba por cruzar el umbral de la puerta hacia el oscuro pasillo en el que estaba claro que los jóvenes saciarían sus necesidades básicas, la puerta –empujada por el pie del Shane– le dio justo encima. Burpy se sacudió, sorprendida por el golpe, y se dio media vuelta para observar a sus compañeras. ¿Cómo iban a abrir esa gigantesca puerta para detenerlos?

Su pequeño cuerpo ardió en llamas volviendo a la barra, mientras el resto de las babosas corrían aterradas. Hielo se aproximó para ayudarla e intentar apagar el fuego de Burpy, así que le siguió en silencio.

Sin embargo, la situación del otro lado de la puerta era muy distinta.

Eli había estampado contra la pared a su amada mientras besaba su cuello con fuerza y ejercía suaves movimientos en su dirección, incitándola a querer más que una tanda de besos sin fin. Trixie gimió en sus brazos, presa de la satisfacción que le generaba el que había sido su novio. No entendía bien qué sentimientos nacían en su interior que habían estado apagados y la atraían inexplicablemente a él. Es decir, lo miraba y ya sentía revolotear mariposas malvadas en su estómago.

– Entra –le pidió, separándolo de su pecho. Eli miró sobre su hombro el punto que la pelirroja le enseñaba. La puerta estaba entreabierta y del interior se podía observar unas luces tenues de color rojo.

– ¿Estás segura de que quieres hacer esto? –de repente sus intenciones de hacerla suya se había desaparecido. En él nacía una inseguridad pues no había recaído en cuenta que esa sería su primera vez y más con alguien que lo volvía loco. Además, quién sabría si Trixie recordaría aquel momento tan especial cuando volviese a la normalidad, si es que lo hacía.

– No entiendo nada, solo sé que cuando te veo siento mi corazón explotar –el corazón del peliazul se contrajo, alegre de tal confesión. Sonrió esperando que su sonrisa no se notara tanto y se aproximó hasta ella para atrapar sus labios con delicadeza. Ese fue el beso más tierno que se dieron esa noche.

El interior de la habitación estaba oscuro a excepción de una luz alargada que estaba en el respaldo de la cama. Eli cerró la puerta detrás de sí y contempló la gigantesca cama que se veía reflejada en los tantos espejos que la rodeaban. Había un aroma cálido y sonaba una suave música desde una radio a la cual habían querido bajarle el volumen. El chico se sentó en el borde de la cama, sintiendo que le molestaba su miembro bajo sus ajustados pantalones. Se mantuvo en silencio viendo cómo la chica analizaba el cuarto. Sus ojos seguían siendo oscuros y expresaban tanta maldad, que dudaba si estaba jugando con él o no.

Pero algo había en ellos que destellaban cada vez que juntaban sus miradas.

– ¿Te han dicho que eres la mujer más hermosa en Bajoterra? –la pelirroja detuvo su paseo incesante a espaldas a él. Sus manos tiritaban pero intentaba que él no lo notara. Necesitaba seguir con el plan y destruir al Shane, y qué mejor que esa situación, pero su cuerpo se negaba.

Solo pensaba en la posibilidad de quedarse eternamente en los brazos de aquel hombre hasta que sus recuerdos volviesen a su cabeza. Aún había recuerdos en su corazón, de lo contrario no se sentiría de esa forma con el Shane.