Sentimientos revueltos

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Holiwis.

Pasaba por aquí, porque sí y porque me da la gana. Hoy quedé como pan tostado por el sol y es por eso que no actualicé temprano, pero técnicamente faltan veinte minutos para media noche, así que cumplí, ¿no?

En fin, rodando capítulo.



Capítulo 18.- 'Sentimientos revueltos'

– No lo entiendo. Esto no tiene nada de sentido –espetó Eli, mirándose fijamente en el espejo–. ¿Por qué hay que usar corbatas? Evitan que respires. Espero, al menos, verme bien –terminó de abrochar los botones finales de su fina camisa y cerró el cierre de sus pantalones. Contempló en el espejo del baño la corbata celeste que estaba anudada grotescamente.

Era un hecho: él no combinaba para nada con la moda.

– ¿Me veo bien? –preguntó saliendo del baño con los brazos abiertos. Intentó mover un poco sus hombros, pero parecía que la tela estaba inmóvil y pegada a su cuerpo. Trató de arreglar un poco la chaqueta oscura que tenía, sin embargo, escuchó con terror cómo los hilos cedían y la tela parecía desgarrarse.

Las babosas no lo notaron, estaban estupefactas viendo lo moderno y elegante que se veía su amo. Era literalmente como los detectives de las películas de suspenso y misterio de la TV. Burpy se abrió paso entre todas las criaturas y miró con un destello en los ojos al Shane, asintiendo rápidamente a su pregunta y logrando que el resto del equipo de babosas también lo hiciese.

A pesar de que la camisa estaba un poco arrugada, que la chaqueta tenía los botones abrochados en diferentes agujeros y que la corbata era un simple nudo, como si hubiese amarrado zapatillas, se veía muy bien. Era un cambio total de su equipo de batalla. Tejedora subió a su hombro y arregló el cuello de la camisa blanca, mientras Sierra y Joules se dedicaban al mal abrochado terno.

– Gracias, chicas. Me hacía falta –guiñó un ojo a sus compañeras y se aproximó a la ventana de su dormitorio, tratando de ajustar o inventar algún nudo para su corbata–. Esto es imposible –chilló, tirando de la prenda y arrugándola de paso. Dirigible rió con fuerza sobre su cama y echándose una palomita a la boca, apuntó su ahora desastroso cuello–. Para que sepas, es la primera vez que hago una corbata.

La mirada del joven se desvió de la risilla de las babosas hasta su velador, en el que yacía una fotografía enmarcada. Relajó su expresión y lentamente se sentó en su cama, sin dejar de sujetar la corbata que estaba en su cuello. Enfocó su visión en cada integrante que había en ella y no evitó el recuerdo del día en el que tomaron aquella fotografía. Trixie se había colocado a su lado y él simplemente la acercó a sí, pasando su brazo por sus hombros.

Jamás se había dado cuenta de sus sentimientos hacia él.

Sonrió sin ser consciente al verla allí con una resplandeciente sonrisa y uno de los rostros más felices que había visto. Sus babosas lo contemplaban silenciosamente y miraban con satisfacción su rostro sonriente al ver a la pelirroja; habían dejado de reír y solo pensaban que los sentimientos del Shane a la chica se estaban rebalsando. Tan solo debía dejarlo salir, debía confesarse.

– Tengo que darles explicaciones, ¿no? –murmuró ante el chillido de la infierno. Se acomodó en su cama y miró atentamente a sus babosas por unos segundos. Había estado muy extraño desde la práctica de los bailes para la ceremonia y durante todo el día anterior. Todos suponían y parecían acertar en que se debía a la pelirroja que rondaba su cabeza y no salía de allí–. No lo sé. Tal vez... Ni siquiera yo sé qué siento –soltó frustrado.

Tejedora, que se había perdido la confesión de su amo, traía una pequeña botellita y una esponja, para lustrar los zapatos formales de Eli, sin embargo, se detuvo al ver a sus compañeras tratando de animar al líder de la banda. Dejó a un lado lo que traía encima y entristeció su rostro por la desesperación que demostraba su querido amo. Chilló despacio y se acercó con precaución, no obstante, bajo la cama vio un destello blanco, que llamó por completo su atención. Corrió hacia el lugar del brillo y se topó con un bonito collar, con un verdoso diamante en el centro.

She's badDonde viven las historias. Descúbrelo ahora