thirty five;

107 17 5
                                    

y definitivamente blake fue a ver a evan y después de una casi inexistente conversación ambos terminaron en su habitación con la puerta cerrada con llave. y de un momento a otro blake ya estaba sobre evan besando sus clavículas.

-no puedes jugar de esta forma conmigo, blake -jadeó, blake paró de besarle y le miró a los ojos. los de evan eran tan azules y profundos como el mar.

-no estoy jugando contigo, evan -rozó sus labios antes de hacer un camino de besos por su mandíbula hasta su cuello.

-creí que ibas a dejarme.

-yo nunca voy a dejarte -murmuró antes de sacarse la camiseta.

-¿ni aunque te adore como se adora al sol?

blake se detuvo manteniendo sus piernas aferradas a las caderas de evan, mantiendo la respiración agitada y ese escozor en los labios que le decía que necesitaba más de él.

-no, ni aún así -murmuró relamiendo sus labios- de todas formas, evan, estoy seguro de que algún día dejarás de adorarme.

-¿por qué lo dices? -se apoyó sobre sus codos quedando más cerca de su novio.

-porque algún día tendrás que notar que quemo todo lo que hay alrededor de tí -se inclinó, logrando apaciguar el escozor de sus labios al rozarlos con los de evan.




//me dueleeeen//

naiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora