Capítulo 6.

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Capítulo 6.

"Un castillo"


Tiempo para convivir, para interaccionar más con los compañeros, para llenar los "motores" y volver a la encomienda de estudiar; también llamado receso.


Ese pequeño tiempo lo pasaba con Ryeowook y SungMin, el segundo era un año mayor pero había repetido año escolar y gracias a eso lo pude conocer. Él había sido secretamente el creador de la dichosa lista. Hace tiempo, cuando SungMin había padecido del malestar del "Corazón Roto" Ryeowook no solo había sido paciente y comprensivo con él, sino que también se empeñó en ser escuchado en sus tantas razones por las que enamorarse está mal.


Todas esas palabras que Ryeowook consideraban sabiduría pura y dura y que iban dirigidas para el dueño le corazón quebrado al final se acomodaron en mi cabeza y son necias al moverse. Y es que a esta edad, según él, lo único que vivimos es la ilusión del amor; uno en donde tenemos los ojos cerrados e ignoramos la realidad y el futuro, el estupor del primer amor nos controla, queremos estar junto a esa persona, queremos entregarle lo mejor de nosotros, y si no tenemos lo que el merece damos la vuelta al mundo y a la mente. Yen el proceso, nos perdemos a nosotros mismos y vivimos para otra persona.


Ryeo decía que si nosotros somos capaces de controlar al amor, podemos evitar esto último y abandonar el barco cuando en el horizonte veamos una amenaza, sin temor ni ataduras saltamos al mar.


Sungmin estaba convencido de que el amor no era eso que Ryeo decía, que el tener una pareja era más que nada un equipo, apoyarnos en el futuro, afrontar las tormentas y aprender de ellas, el rencor no consumía nada y la empatía era el punto clave. Era muy atractiva esa visión pero si Sungmin la seguía ¿Por qué ahora lloraba día y noche? El amor lo remplazaban por felicidad, pues supongo yo, la sensación de satisfacción era la misma. Y ese era el problema, porque cuando el sentimiento acababa debías sentir que el techo se te caía encima.


Sungmin había construido un castillo con paciencia y cariño, había desempolvado hasta el último ladrillo, y siempre se fijaba en los pilares que lo sostenían, todo ello para su princesa, pero solo hizo falta un corazón frío y palabras filosas de la princesa SaEun para que su castillo se viniera abajo. Esto había pasado ya hace años, pero aun así se me quedo grabado con fuego. Hoy en día Sungmin parecía padecer otros gustos...


— ¿Qué opinan de Kyuhyun? — Sentados en las mesas plásticas, el castaño mira en dirección a Ryeo, pero más concretamente a la persona que está a sus espaldas.


— Seguidor de la grasa, tal como HyukJae. — El venenoso de Ryeo no tiene ningún reparo en decir lo que piensa, y yo no tengo ninguno al defender a mi compañero de juegos online todos los sábados.


— Él no es como HyukJae, he estado hablando con él, y parece... interesarme


— Es que a ti te hace falta una plana de 500 veces de "La primera vez es error, la segunda elección"— Bufa. — Y hablando del friki, así que... ¿Lee HyukJae? — Ryeowook me mira con cejas saltarinas y sonrisa burlona. El nombre de HyukJae en la boca de Ryeowook no suena como siempre, es más agridulce.

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