Final Feliz.

Retomando lo dejado atrás.

El detective del este estaba de regreso.

Eran algunos de los titulares que marcaban las columnas de todos los diarios, tras la desaparición de Kudo Shinichi la prensa se preguntaba sobre el porqué de su extraña desaparición, los rumores de su muerte habían rondado por un buen tiempo y tras revelarse de que se había mantenido en el anonimato la participación que había tenido en diversos casos, junto con el hecho de que había sido gracias a él que la organización había sido eliminado, los elogios no se hicieron esperar.

Los meses habían pasado, ya se había acostumbrado a su antigua vida y a compartir la casa con Akai Shuichi, Shiho por razones que desconocía aún seguía viviendo con el profesor Agasa, le tenía un gran aprecio.

La vida era normal y tomaba el rumbo que siempre había tenido. Genta, Mitsuhiko y Ayumi procuraban ir a la casa del profesor o de Ran ya sea para jugar o preguntar sobre Ai o Conan.

Sera estaba feliz, su madre estaba radiante primero por el hecho de que había vuelto a su forma y segundo porque su hijo estaba vivo, además debíamos añadir el hecho de que Shukichi iba a enfrentarse al actual Taiko Meijin en unos meses, iba a recuperar los siete.

Tras algunos incidentes y algunos casos que se veían llegaban por sí solos, una maravillosa noticia llegó a oídos de Shinichi. Kobayashi-Sensei y el inspector Shiratori se iban a casar. Habían tenido algunos problemas previamente y para que eso no volviera a suceder, Shiratori reunió el valor para pedirle la mano a la mujer que amaba.
Aunque para la boda debían esperar algunos meses, Shiratori quería que todo fuera perfecto y que la mujer que amaba notara cuan profundo era su amor por ella.

Mientras tanto Chiba trataba de hacer méritos con Naeko, el no haberse dado cuenta de que ella era su primer amor aún seguía en su cabeza, Takagi y Sato eran felices como iba su relación aunque Takagi ya quería hacerla su esposa pero no se atrevía a pedirle su mano. Yumi estaba feliz, Shukichi tendría pronto su encuentro por el título y si ganaba se casaba, sus 10 millones la esperaban.

Tras haber derrotado a la organización, Mouri Kogoro siguió siendo un detective reconocido, gracias a los casos que se iban dando en el camino su juicio se hizo más claro y también gracias a ello pudo recuperar a la mujer que amaba, nuevamente él y su esposa vivían juntos, Ran estaba muy feliz ante ello.

Los días, las semanas y los años fueron siendo devorados por el tiempo, habían pasado ya diez años desde aquello, diez años desde que la organización había sido derrotada.

Shinichi era un detective famoso en todo Japón, Hatori había formado su propia agencia y disfrutaba de los enfrentamientos que tenía con su fiel amigo.

Ran y Sonoko habían terminado sus carreras, Kogoro seguía con su agencia.

En los años que habían pasado varias bodas de habían dado. Takagi y Sato eran muy felices y ya tenían una bella niña, Shiratori y Kobayashi-Sensei se casaron en una boda de ensueño y tenían dos mellizos que le alegraban la vida. Chiba tras muchos esfuerzo logró que Naeko lo perdonara y se casaron hace un par de años, en un par de meses nacerían sus retoños, Yumi era dichosa, tenía al hombre que amaba consigo, y un pequeño niño que resultó igual a su padre, algo que siempre resaltaba la madre de Shukichi, Shu era el consentido de la abuela.

Muchas cosas habían cambiado y otras que no, Mitsuhiko, Genta y Ayumi ya estaban en preparatoria y disfrutaban sus días como la liga Juvenil de Detectives, y por un descuido de Shinichi se enteraron de la verdad, dándose cuenta de la realidad. Conan y Ai eran en realidad Kudo Shinichi y Miyano Shiho. Ya no eran niños y comprendieron por qué debieron hacer las cosas aunque claro estaban un poco enojados con ellos, pero lo que más amaban era que tenían a sus amigos cerca.

Las cosas habían cambiado y tomaron rumbos distintos, pero el detective quien colaboraba junto con Mouri Kogoro para resolver los casos parecía no haber cambiado, seguía siendo un fiel amante del misterio y la relación que tenía con Ran no había avanzado en nada desde hace diez años.

Algo que iba a cambiar, gracias a una declaración que daría Hatori Heiji a los medios.

Continuará...