Final Feliz.

Cásate conmigo.

La mañana de un nuevo día había llegado, el despertar tan rutinario también y el joven detective que se encontraba acostado se había levantado de su letargo para disfrutar de un nuevo día.

Lo primero que hizo al despertar fue ver las noticias, encendió de inmediato la televisión y ahí fue donde el fin marcó el comienzo.

Hatori Heiji de 27 años, hijo del Superintendente Hatori ha resuelto un caso más exitosamente, y sin pensarlo fuimos testigos de un maravilloso hecho.

Kazuha. — miraba fijamente a su amiga de la infancia. — Gracias por acompañarme y apoyarme en todo. — La vista del atardecer era hermosa, el sol se podía apreciar a lo lejos y la vista que tenían era esplendorosa. — Soy un Detective que vive para los misterios y esta bella vista ha hecho que me decida. No hay porque esperar más tiempo, siempre has estado a mi lado y me has acompañado en los peores momentos. Kazuha, amor mío — los ojos y la expresión de la chica era de absoluta sorpresa. — ¿Quisieras casarte conmigo?

Las lágrimas de la pelinegro empezaron a aflorar de sus ojos, una irradiante felicidad la lleno y pudo dar respuesta ante tal declaración.

Si. — fue la respuesta esperada.

El detective del oeste se ha comprometida, esperemos pronto más noticias sobre esta pareja.

Hatori. — se escuchó decir al joven detective. — Felicidades. — sonrío el pelinegro.

Shinichi. ¿No ibas a terminar de atender la investigación que te pidió el inspector Megure? — pregunto Akai, quien al verlo decidió ver un rato la televisión,

Akai-san. Si, en un momento vuelvo a ella, solo que aún no me recupero de una noticia. — dijo el detective.

¿Noticia? — pregunto Akai.

Si, Hatori se casa, y no había escuchado de ello, ni Ran. — de pronto al mencionar el nombre de la chica Karateca una idea vino a su mente. — Te me adelantaste estas vez Hatori, pero... Gracias, creo que ya es hora de que este misterio se cierre. — dijo en su mente el joven Detective.

Al terminar de investigar lo que le pidió el inspector Megure, Shinichi le envió un mail a Ran, acordando encontrarse en ese mismo sitio donde su padre y su madre se comprometieron.

Todo estaba listo, solo esperaba que esta vez no ocurriera un asesinato, aunque afortunadamente en esta ocasión ya no se transformaría en Conan, así que no dejaría plantada a Ran.

Ambos jóvenes dispusieron sus órdenes y disfrutaron de la comida plácidamente, al terminar Shinichi sonrío y se dirigió a Ran.

De todos los misterios que he resuelto, hay uno que no he podido resolver hasta ahora. — declaró el Detective del este. — Mouri Ran, eres el caso más difícil que me ha tocado resolver pero el que amare revelar.

Había tomado desprevenida a su amiga de la infancia.

Mouri Ran, ¿Quisiera resolver este enigma que se presenta ante mí y no quiero dejar sin resolver?— aún no entendía. — ¿Quisieras acompañarme en este caso por toda la vida? — pregunto el detective.

Las lágrimas empezaron a caer lentamente en el rostro de la chica...

Ran, ¿Quisieras casarte conmigo?— la chica aún no podía creer lo que oía, después de varios años, Shinichi...

Si. — dijo Ran, quien aún seguía llorando, pero esta vez una sonrisa albergaba su rostro.

Prometo hacerte feliz. — mencionó el detective.

Continuará...