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Y en otras noticias... Se ha confirmado que el asesino en serie, Min Yoongi, murió el día de ayer, 11 de Octubre a las 22 horas. Se encontró su cuerpo en la fábrica de los populares muñecos: "chicos buenos" —Jimin miró a la pantalla con admiración.

— ¡Mamá! —Jaloneó su blusa— Yo quiero un chico bueno.

— Sabes que no tengo el dinero suficiente para comprarte uno.

— Pero... mañana es mi cumpleaños... —Sollozó.

— Jimin, cariño —acarició su cabeza—, pide otra cosa y con gusto te la daré. Los chicos buenos son muy caros.

— ¿Puedo llamarle a papá y pedírselo a él? —Una lágrima se resbaló por su mejilla.

Sejeong tomó su barbilla y limpió el recorrido de su pequeña lágrima.

— No necesitamos nada de ese señor al que tú llamas papá... —Suspiró— Haré todo lo posible por comprarte al chico bueno que tanto anhelas.

Jimin sonrió— ¡Sí! —Bajó del sofá de un brinco— ¿Puedo ir a mi habitación a mirar la televisión?

— ¿No quieres quedarte aquí?

Negó con la cabeza— Sigue viendo tus programas aburridos para adultos —lanzó una trompetilla y corrió a su habitación.

Prendió la tele y puso el canal en el que estaban dando Good Guy, la serie del muñeco que realmente deseaba tener entre sus brazos.

Miro su pijama, era idéntica al traje que estaba usando el muñeco. Incluso sus zapatos eran los mismos.

🔪🔪🔪

— ¡Jimin, mamá tiene que irse al trabajo! —le avisó Sejeong desde la sala.

El pequeño de cuatro años corrió hacia donde su mamá se encontraba y brincó a sus brazos para que ella lo cargara.

— Mamá volverá temprano, ¿cierto?

— Sí, amor —besó su frente y lo bajó—. Veremos juntos una película cuando regrese, ¿te parece?

Jimin asintió— Cuídate, mami.

— Tú también, bebé. La señora Cho llegará en un momento para cuidar de ti.

— Ya no necesito que me cuiden —hizo un puchero—. Soy muy grande, estoy a punto de cumplir cinco —elevó su mano, mostrando cuatro dedos de ésta.

— No eres tan grande, porque aún no sabes contar —rió y levantó el meñique del pelinegro—. Hablaremos de esto después. No hagas travesuras —despeinó su cabello.

Jimin sonrió de lado y corrió de vuelta a su habitación.

🔪🔪🔪

— No sabes lo mal que me siento —dijo Sejeong atendiendo a un cliente.

— ¿Respecto al cumpleaños de Jimin? —le preguntó Nayoung.

Asintió— Quiero comprarle uno de esos muñecos que están de moda, pero no pude conseguir el dinero suficiente.

— Tal vez podría prestarte un poco de dinero.

— ¿Enserio?

— Claro —sonrió—. Sabes lo mucho que adoro al pequeño Jimin, dile que el regalo también es de mi parte —bromeó.

Los ojos de Sejeong brillaron— Gracias. Muchas gracias.

🔪🔪🔪

Recorrieron la juguetería en total plenitud sin encontrar a algún chico bueno. Parecía estar agotado.

Sejeong caminó preocupada hacia uno de los tantos cajeros y suspiró.

— Disculpe, ¿ya no quedan más chicos buenos?

— Lo lamento, señora. Están agotados.

— ¿No sabe cuándo volverán a tenerlos?

— Bueno... —Rascó su nariz— Creo que nos llega una nueva carga dentro de tres días.

Sejeong exhaló— Gracias.

Tomó a Nayoung del brazo y la llevó hasta la salida de la juguetería. Caminaron en silencio de regreso al trabajo, pasando por un callejón.

— Disculpen... —les hablaron desde el interior.

Las mujeres se siguieron.

— ¿Están en busca de un chico bueno? —volvió a preguntar la persona desde el interior.

Ésta vez, Nayoung tomó a su amiga del brazo y la hizo detener.

— ¿Estás loca...? —le preguntó en voz baja.

— Necesitas a ese mentado muñeco para mañana, es tu única opción —la llevó hacia el callejón.

De este se asomó un vendedor ambulante, mostrando la caja del muñeco frente a él en condiciones desfavorables.

— Se lo doy en 16,000 wons.

🔪🔪🔪

— Muchas gracias por cuidar de Jimin, señora Cho —Sejeong le agradece y cierra la puerta detrás de ella.

— ¿Mami? —el pequeño aparece tallándose los ojos.

— ¿Por qué no regresas a la cama?

— No puedo dormir, tuve una pesadilla —miró la gran caja de regalo que su mamá tenía entre brazos—. ¿Qué es eso? —sus ojitos se iluminaron.

— Es un secreto.

— ¿Es para mí? ¿Es un chico bueno?

— Vamos a dormir, mañana será un gran día —dejó la caja en el suelo y cargó a Jimin.

🔪🔪🔪

3am.

Jimin se levanto con cautela de su cama, dándose cuenta de que su mamá ya no estaba haciéndole compañía.

La curiosidad le estaba matando.

Caminó de puntitas hacia el lugar en el que su mamá había dejado la caja y al encontrarla, su sonrisa se amplió.

Abrir los regalos antes de tiempo no era bueno, pero en su reloj y calendario de pared, el día de su cumpleaños ya había llegado.

Rasgó la envoltura con cuidado para no hacer ruido y despertar a su mamá. Aunque la sala estaba oscura, pudo ver parte de la adorable cara de su muñeco favorito.

Sonrió estrechando al muñeco entre sus brazos. Corrió con él hacia su cuarto y cerró la puerta. Subió a su cama de un brinco y lo sentó frente a él esperando a que hablara.

Hola, soy Suga y seré tu amigo hasta el final —dijo con voz electrónica moviendo los brazos y cabeza.

— Hola Suga, soy Jimin y es hora de dormir —se presentó y acomodó al muñeco a un lado de él, tapándose a ambos con las delgadas sábanas de su cama.

CHILD'S PLAY | YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora