04

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Alguien observaba el cuarto a oscuras.

Los cuatro mocosos por fin dormían profundamente, habían estado gritando, cantando y corriendo por el cuarto del festejado hasta altas horas de la noche.

El pálido muñeco se zafó del agarré del niñato que tenía como "dueño" y bajó de la cama.

— Suga... vamos a jugar... —murmuró Jimin entre sueños abrazando su almohada.

Claro que jugaremos, ChimChim. Muy pronto —rió bajo y miró a todos lados—. Ahora, ¿dónde está la maldita zorra que se atrevió a lanzarme debajo de la mesa? —vio la puerta del cuarto entreabierta— Excelente.

Caminó con cautela y abrió la puerta provocando un leve crujido. Yoongi odiaba las puertas ruidosas.

Siguió caminando por el pasillo de habitaciones y empujó la primera puerta.

Baño.

Segunda—. Armario —tercera—. Madre del niñato, espero no me causes problemas —cuarta—. Te encontré, zorrita.

La pareja dormía abrazada, el chico se removió, destapó su cuerpo y se incorporó en la cama.

Yoongi corrió a un rincón completamente oscuro y vio cómo el joven salía del cuarto arrastrando los pies y su novia se estiraba poniéndose boca arriba.

Odio tanto a este tipo de mujeres —murmuró asomándose por la puerta de la habitación. Jinyoung estaba sacando cosas del refrigerador para quizá prepararse un aperitivo nocturno—. Tengo bastante tiempo.

Subió a la cama con dificultad y se puso encima de Haera.

Qué cosa tan fea —cubrió su rostro—. Ugh, no, tranquilo Min Yoongi, debes poder verle para asesinarle de manera correcta... Es que Yoongi, ¿no lo ves? —comenzó a conversar con él mismo— Es la mujer más horrible que han visto mis ojos, además, huele mal... Y tampoco tiene sentimientos, ¿no? —rió—. Ay, estoy bien loco del coco alv.

Haera abrió los ojos y vio al feo muñeco de su mini cuñado sobre ella—. ¿Qué coño?

Oh, despertaste, zorrita —sonrió.

— ¿Qué? Tú... tú... —lo señaló—. Estoy soñando —cerró los ojos con fuerza.

No estás soñando, zorrita. Soy Suga o Min Yoongi, como quieras llamarme, ¿me recuerdas? Me lanzaste debajo de la mesa porque querías poner tu flácido y asqueroso trasero en la silla en donde Jimin me había dejado.

— Tú... ¿cómo es que estás hablando? —tembló.

Pues estoy vivo, idiota —se señaló—. ¿No es obvio?

— Eres sólo... un... muñeco...

Sí y no —tomó la almohada del lado de Jinyoung—. Soy un asesino en serie, supuestamente mi cuerpo humano ya no existe, pero logré transferir mi alma al cuerpo de este juguetito de moda, ¿no es genial? En fin, no tengo mucho tiempo. Te veo en el infierno, perra —colocó la almohada sobre la cara de la mujer y oprimió con fuerza.

Los gritos de auxilio de Haera sonaban como débiles quejidos. Incluso intentó forcejear contra el muñeco para quitárselo de encima, pero le era imposible. ¿Cómo un jodido mono era capaz de tener tanta fuerza?

Muerte tardía, pero silenciosa —comentó Yoongi reprimiendo una carcajada—. Hay bastantes huéspedes y no querrás despertarlos, ¿cierto? Tenemos casa llena —oprimió con más fuerza.

Los sonidos y el movimiento que la joven emitía, fueron disminuyendo hasta convertirse en nada. Silencio.

Yoongi quitó la almohada de su horrible rostro y tomó el pulso desde su cuello.

Está muerta —carcajeó cerrándole los párpados y bajando del cuerpo sin vida.

Alguien abrió la puerta, Yoongi volvió a su "modo muñeco" y vio al hermano mayor tomarle extrañado para llevarle con cuidado hacia la habitación del más pequeño.

— Enano —Jinyoung sacudió a Jimin—. Despierta.

— ¿Suga? ¿Hm? —talló sus ojos.

— Enano, ¿fuiste a mi habitación? —Jinyoung acarició su cabeza.

— No... —bostezó y se incorporó—. ¿Por qué?

— ¿Qué hacía Suga allá?

— ¿Suga? Él estaba durmiendo conmigo.

— No, Jimin. Tu muñeco estaba tirado en mi habitación, ¿cómo llegó hasta la última puerta del pasillo, si no lo llevaste tú?

— L-lo llevé yo... —Taehyung entró a la habitación asustado.

— ¿Tae? ¿Querías robarte a mi Suga? —Jimin se cruzó de brazos.

— Y-yo quería ir al baño... P-pero no... quería ir solo... —fingió bostezar—. T-tengo sueño, buenas noches y... —se recostó en la cama extra— perdón por dejar a Suga en tu habitación, hyung. No... volverá a pasar.

Jinyoung suspiró—. Está bien, niños. Descansen —besó la frente de su hermano y salió, dejando al muñeco entre los brazos de Jimin.

— ¿Taehyung? ¿Ya te dormiste? —preguntó Jimin con un tono molesto.

— Sí —respondió el castaño.

— Bueno, parece que le reclamaré por tomar a mi chico bueno sin mi permiso, hasta mañana —abrazó al muñeco—. Buenas noches, Suga.

Buenas noches, ChimChim.

Jimin sonrió y abrazó a Suga con más fuerza, ¡había dicho su nombre!

Buenas noches, TaeTae.

Un escalofrío recorrió el cuerpo de Taehyung.

CHILD'S PLAY | YGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora