Capitulo IV

16 5 2
                                    

Querida Alaska

Quizás cuando leas esto estés considerando si saltar de un puente es doloroso o no.

Habría que intentarlo.

De todas formas, ese no es el punto.

Para el momento en el que leas esto ya estaré muerto.

O quizás no.

Depende de lo que ellos quieran de mi.

Viviré unos días más si les soy de utilidad.

Pero, prácticamente, mi futuro sigue igual de negro a partir de este punto.

Ahora vamos al punto más puntual.

Alaska.

Hace millones de años, quizás mucho más que eso. Ya existían las fuerzas principales para el equilibrio.

El bien.

Y el mal.

Ambas fuerzas fueron recreadas por los dioses por medio de figuras aparentemente humanas.

El bien era más una persona ahora. Que una fuerza. El mal de igual forma. Tales como Luz y Oscuridad.

Si. Esto es una historia. Y más te vale leerla.

Bien. Continúo.

Bien y Mal vivían en equilibrio sobre la faz de la tierra.

Y entonces se enamoraron.

Bien plantaba besos en los labios de Mal. Y de estos nacían los volcanes, el sol, la luz del día, las flores, los árboles, los Ángeles, los guardianes. Todas las cosas capaces de hacer prevalecer la luz.

Igualmente, Mal besaba con cariño la frente de su enamorada.

De estos besos surgían los océanos, la luna, la oscuridad de la noche, los depredadores, las presas, los Demonios, las bestias y todas las cosas que equilibraban en dominio de Oscuridad con el dominio de Luz.

Parece una historia perfecta desde este punto, a decir verdad.

Una noche Bien cayó dormida en el pecho de Mal, y no despertó para la mañana siguiente.

Fue entonces cuando Mal, preocupado por su amada intentó todo para despertarla. Sin embargo, sin Bien en condiciones para regir sus dominios, Mal vio esto como una oportunidad para demostrarle a su amada que no tenía que preocuparse por descansar, porque el la protegería, y se encargaría de que el equilibrio prevaleciese.

Mal iba cada mañana a intentar despertar a Bien.

Pero tras cada intento fallido, se retiraba a gobernar la luz.

Algo de lo que nadie se daba cuenta, era de la forma en la que el reino de la luz, sin su reina, caía cada vez más profundo en la oscuridad.

Para años después, cuando Bien despertó de lo que, al parecer, había sido una pesadilla, solo pudo abrir los ojos para ver otra terrible escena.

Otra terriblemente real.

Ella se lo había dicho a Mal.

Si este intentaba regir su reino, catástrofes ocurrirían. Que era mejor resguardar el equilibrio.

Mal había hecho caso omiso de aquello.

Y cuando su amada despertó, el reino de la luz estaba ardiendo en llamas, en desesperación.

No Practical Hunter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora