-¿Qué es que no vez por donde vas pendeja?-
Me quede atónita mirándolo por varios segundos hasta que mis pies tocaron la tierra -¿Qué?-
-¿Ahora sos sorda además de ciega?- dijo con sarcasmo
-Mira idiota el que no ve por donde va sos vos-. No lo puedo creer este estúpido realmente me esta sacando de las cacillas. ¿Quién mierda se cree?
De un segundo a otro mi espalda choco contra la pared, su grande y fuerte mano rodeo mi cuello dejándome poco a poco sin aire. Con mis manos intente al menos aflojar su agarre, pero todo intento fue inútil ya que cada vez ejercía más presión sobre el mismo.
-¿Cómo me llamaste estúpida?- dijo tan cerca de mi rostro que hasta podía sentir su respiración agitada sobre mi mejilla.
-Idi... idio... ta-. Intensificó su agarre y golpeo mi cabeza varias veces contra la pared. -Su... suel... tame idio... ta-
-Mira estúpida no sabes con quien mierda te acabas de meter- elevó su puño estrellándolo contra la pared a escasos milímetros de mi cara. El timbre sonó y antes de que se alejara dijo: -Esto no va aquedar así-. Por inercia toque mi cuello justo en el lugar en donde segundos antes se hallaba su mano. Sonrió de forma maliciosa cuando nuestros ojos se volvieron a conectar. Me dio una última mirada de fría repleta de odio, así como las de la clase de mates a modo de despedida. Lo seguí con la mirada hasta que poco a poco se fue perdiendo entre el millar de alumnos que salían de sus clases.
En el despacho:
-¿Puede explicarme cómo es que ya en el primer día de clases ya esté aquí?-
-Mmmm... no lo sep.-
-No me lo esperaba de usted-
-Yo emmm... lo siento enserio director prometo que no volverá a pasar-
-Está bien eso espero- dijo acomodándose los antejos en el puente de la nariz -Por esta vez y solo esta vez... solo será una llamada de atención, pero recuerde que no habrá una segunda oportunidad como esta. Solo soy indulgente por ser el primer día, su historial de conducta y promedios en la institución.
-Si director se lo aseguro no habrá próxima vez- dije cruzando mis dedos detrás de mi espalda.
-Ya pude irse-.
Una vez que cierro la puerta, me decido ir por mis amigas a la cafetería como habíamos acordado.
-Lu... Lurdez... ¡Acá ven!- Dijo agitando sus manos para hacerse ver entre la multitud. Sonreí a modo de saludo mientras me dirigía hacia ellas.
-Hola- dije corriendo la silla.
-Holu- dijeron casi al unísono.
-¿Qué tal les fue?-
-Bien-
-Horrible, me dormí en clase y Mr. Amargado me expulso del salón, pero por suerte no tendré que ir a detención más tarde-
El estruendoso timbre se abrió paso entre los murmullos y los gritos de los alumnos, dando por finalizado el receso.
-¿Cuál es la próxima tortura que debemos de enfrentar?-
-Economía- susurré con una desagradable mueca.
Una respuesta afirmativa de las demás hiso que al compartir esta clase no se nos haría tan desagradable por lo menos si nos aburríamos mucho podríamos charlar un rato. La hora se paso, para mi sorpresa, relativamente rápida. Pero lo mejor de todo fue que esta era la última hora que tendría que pasar en esta horrorosa cárcel idolatra.
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¡Genial hoy es viernes... termina la semana! Y solo faltan cinco minutos para que La Sargento Marian. Si así le puse a la vieja de educación física después de habernos hecho correr veinticinco vueltas a la cancha solo porque no la saludamos como se "debe y faltarle el respeto". La mayoría, incluyéndome, casi nos desmayamos en la vuelta número diez por lo que Srta. Marian dijo que debíamos tener más resistencia dándonos cincuenta abdominales. Ante las quejas de todas nos agregó, según ella por indisciplinadas y vagas, veinte lagartijas. Nos dé la orden de ir a las duchase irnos a casa, ya que esta es la última clase del día.
-Las que ya terminaron pueden irse a las duchas. Hasta la clase que viene- Dijo al ver que varias se levantaban.
-Vamos- Le dije a Lizz que estaba a mí lado y esta respondió con un asentimiento.
Tomamos nuestra botella de agua y nos dirigirnos hasta las duchas no sin antes despedir a la profesora. Ambas juntamos nuestras cosas de los casilleros y nos fuimos a las duchas que estaban en la cancha. Después de una refrescante y reconfortante ducha me vestí con un jean ajustado de color blanco, una remera de tirantes bordo con una rosa y unas converses blancas. Una vez lista me decidí por esperar a Lizz fuera de las duchas porque realmente me molesta el amontonamiento de gente y la voz nasal. Cuando Lizz salió del baño fuimos a buscar a Vero y a Mia.
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-Hola-
-Hola guapuras... listas para la fiesta- dijo vero moviendo las cejas de una manera pervertida.
-Si- gritaron Lizz y Mia.
-Hey cielo... ¿Dónde está ese espíritu?-
-Si- dije con mi mejor sonrisa fingida.
-Okey... te voy a pasar a buscar a eso de las 11:30 a tu casa-
-Ok... nos vemos-
-Chau-
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Como mi mama no estaba en casa cuando llegue, porque estaba trabajando y el estúpido de mi hermano en la casa de algún de sus amigos. Me fui a mi cuarto coloque la alarma para las 8:00. Me recosté dispuesta a dormir por lo menos un rato, la clase de educación física me había dejado realmente molida. Coloco la play list de mi celular y me dejo caer en los brazos de Morfeo bajo las palabras de Sleep at The Last.
Q[z]d
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Touch me...
Romance-¿Quién eres?- pregunto. -Eso ya lo sabes- responde la silueta. Que cada vez toma más forma a medida de que me voy acercando. Es... es la de un chico por la contextura física, pero aun no puedo saber quién es porque esta de espaldas. Cuando estoy a...