capítulo único

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Disclaimer: los personajes de Katekyo Hitman Reborn no me pertenecen, son propiedad de Amano Akira-sama cuanto quisiera yo que me pertenecieran pero que se le va hacer y los nuevos personajes que aparezcan son de mi autoría. Este fanfiction es sin fines de lucro y exclusivamente para la diversión de la autora y posibles lectores espero que los disfruten.

Nunca dejes de intentarlo

Kyoko-chan... tú me gustas - dijo un joven castaño, que se encontraba muy nervioso mientras el sonrojo empezaba apoderarse de todo su rostro, solo esperaba que sus sentimientos fueran correspondidos.

Tsuna-kun, yo... lo siento - aquella respuesta borro de inmediato su nerviosismo ahora sus sentimientos eran de decepción y una enorme tristeza, sentía como algo de su interior iba rompiéndose lentamente, él era consciente de que sus sentimientos no serían correspondidos lo único que pudo hacer es sonreírle, era una sonrisa falsa, le agradeció por haberlo escuchado para después marcharse a su casa, una vez llego se encerró en su habitación donde no saldría hasta que las lágrimas de su corazón desaparecieran.

Ya había pasado exactamente un año desde que le había confesado sus sentimientos a Kyoko, un año de sufrimiento no le era fácil olvidar el amor que sentía por la joven peli naranja, en un principio estaba decidido a ganarse su corazón pero todo había quedado atrás cuando Kyoko le confeso que se encontraba enamorada de su amigo, Yamamoto Takeshi, eso nunca se lo imagino, aquello había acabado por romperle el corazón, no le quedo más que resignarse y ayudar a su amiga. Fue en ese tiempo en el que su relación con una joven castaña se fue estrechando cada vez más.

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Haru estaba lista le diría cuales eran sus sentimientos a Tsuna, había esperado para que el joven castaño se recuperara del rechazo de su amiga y era el momento, con esa nueva decisión se dirigió a la casa de la familia Sawada. Pensaba que palabras le diría, tan concentrada estaba que no se dio cuenta de que ya había llegado a su destino.

-Haru-chan - escucho una voz conocida, fue cuando se dio cuenta de que había llegado y no se le había ocurrido nada aun - ¿vienes a ver Tsu-kun?

-Nana-san - le sonrió con ternura - si, Haru tiene que decirle algo muy importante a Tsuna-san.

-Puedes entrar Haru - la joven asintió, así ambas entraron a la casa - Tsu-kun debe estar en el patio jugando con Lambo-chan, sube a su habitación le diré que viniste a visitarlo - le sonrió, para después despedirse de ella y subir a la habitación del castaño.

Nana se dirigió y sonrió al ver a su hijo jugando con el pequeño Lambo, veía como Tsuna trataba de subir a un árbol para alcanzar a Lambo - Tsu-kun, Haru vino a visitarte - le aviso - se encuentra en tu habitación, regresare pronto debo ir a comprar las cosas para la cena - agrego para después irse.

Tsuna cayo del árbol, si haber logrado alcanza a Lambo - ¡Itai! - se quejó - oka-san ¿dijiste algo? - Pregunto mientras volteaba, sin encontrar nada - ¿oka-san? - volvió a preguntar, pero no recibió respuesta entonces supuso que debió marcharse.

-Jajajaja, nunca alcanzaras a Lambo - empezó a reírse el pequeño, pero no pudo equilibrarse bien lo que provoco que se cayera - tengo... que... calmarme - se decía así mismo, sin poder contenerse más empezó a llorar exageradamente, Tsuna solo lo miro con una gotita sobre su cabeza, pero se asustó al ver a Lambo sacar la bazooka de los diez años de su afro.

-¡Espera Lambo! - El pequeño se detuvo - entrégame la bazooka - le pidió amablemente.

Lambo se asustó por un momento - no te entregare la arma de Lambo - dijo antes de salir huyendo dentro de la casa, siendo seguido por el castaño.

Nunca Dejes De Intentarlo - (En pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora