CAPITULO V - VIEJOS AMIGOS - CIUDAD DE ZALIAK

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Después de varios días de viaje, por caminos secundarios, atravesando valles y colinas con hermosos paisajes, Vaaner y Celtiuk se encontraban a pocas millas de la gran ciudad de Zaliak.

Vaaner - ya estamos llegando a la ciudad, debemos apresurarnos en conseguir audiencia privada con el rey.

Celtiuk - eso será complicado, no sé de qué manera podríamos acercarnos al rey sin levantar sospechas.

Vaaner - es cierto, buen amigo pero quizás yo tenga una solución, lo primero que haremos será ir a la taberna, "La espiga", si mal no recuerdo estaba en el barrio de los guerreros y es el lugar donde habitualmente paran algunos miembros de la guardia real, si tenemos un poco de suerte allí encontraremos a la persona apropiada para que nos lleve ante la presencia del rey.

Celtiuk - eso sería fantástico sino fuese una misión suicida, ¿cómo vamos a meternos en la boca del lobo?, es una locura.

Vaaner - mi querido amigo, todo plan tiene sus lagunas pero no por eso vamos a rendirnos, además como bien sabéis la información que portamos será vital para el futuro de nuestra tierra. Celtiuk, permaneció callado por unos instantes.

Vaaner - supongo que vuestro silencio, buen amigo es que estáis de acuerdo. Minutos después, decidieron salir al camino central ya que se encontraban junto a la puerta sur de Zaliak. 

Como solía suceder a menudo a esas horas de la mañana, había mucho movimiento de gente entrando y saliendo, por lo que no les sería difícil pasar desapercibidos entre la multitud.Una vez dentro de las murallas de la ciudad, fue Vaaner el encargado de guiar a su amigo hasta la taberna de La Espiga. Conocía muy bien al posadero porque había pasado largas noches en ella ya que era el punto de reunión de la guardia del rey, cuando terminaban sus turnos de guardia. De camino a la posada ,Vaaner revivió en su mente los muchos momentos que había vivido en aquella hermosa ciudad, recordaba con agrado, sus días en la guardia real. En aquella época había hecho buenas migas con su comandante, al cual tenía un gran respeto y admiración para él había sido como un segundo padre. Fue en ese instante, cuando su amigo Celtiuk, le saco de entre  sus recuerdos.

Celtiuk -  ¿Te encuentras bien buen amigo?

Vaaner - si, perdona estaba recordando viejos tiempos. Atravesando aquel puente de piedra entraremos en el barrio de los guerreros.

Finalmente al cruzar el puente de piedra, pudieron ver frente a ellos un gran portón con los estandartes que mostraban el escudo de armas de la ciudad, símbolo del barrio de los guerreros. A simple vista aparentaba ser un barrio normal, como el que podías encontrar en muchas otras ciudades, o pueblos de la zona lo único que lo diferenciaba del resto, era que disponía de un gran patio circular en el que se encontraban los artesanos armeros y una fundición, donde se daban forma a todo tipo de artefactos y armas de guerra. En las calles adyacentes a la plaza circular, había todo tipo de tiendas, pero todas ellas relacionadas con los guerreros, había tiendas dearmaduras, tiendas de armas, un gran establo, donde además de cuidar las monturas, si disponías del oro suficiente podías comprar una montura de viaje. Junto al gran establo había una posada y junto a esta, la taberna La Espiga. Tras  acomodar a Urso en el establo, Vaaner y Celtiuk fueron camino a la taberna, a esas horas de la mañana estaba tranquila, solo un par de artesanos que estaban sentados junto a la puerta, disfrutaban de unas cervezas. Junto a la barra colocando mesas y bancos estaba su viejo amigo, Leon el tabernero.

Leon - no puedo creerlo, maldito granuja, te daba por muerto o aun peor casado y con hijos.

Vaaner - ya veo que tus modales no han cambiado, yo también me alegro de veros.

Leon - Me alegro mucho de veros, y de que estés de una sola pieza. Creía que ya no volveríais de ese maldito reino, donde os fuisteis a hacer fortuna, en ese instante alguien carraspeo detrás del Tabernero.

Vaaner - oh ,permitirme que os presente a mi buen amigo, Celtiuk hijo de Vincent Ilian, señor de las tierras de Ilian, en Gorbean.

Leon el tabernero -  ¿A que viene tanto formalismo?, sabes bien que Leon, tiene las puertas de su casa abiertas siempre para sus amigos y para los amigos de estos. Vaaner, le sonrió y le dio un gran abrazo, dejando patente que él también pensaba así. Fue entonces, cuando el tabernero les hizo pasar a la parte de abajo de la taberna ,donde estaba situada la cocina y el almacén de la misma. Aquí, podremos hablar con más tranquilidad y nadie nos molestara dijo el tabernero.

Vaaner - Leon, preciso de vuestra ayuda, para algo importante, que nos tiene ocupados de una parte aquí.

Vaaner, le comento a su buen amigo el tabernero, que tenía que conseguir una audiencia privada con el rey, ya que portaba información de vital importancia para el reino y no podía confiarla a nadie, debido a la gravedad del tema . Tanto era así, que nadie del consejo debía enterarse de su llegada a Zaliak. El tabernero, le escucho callado como si desgranara cada palabra y cada frase que su viejo amigo le decía, cuando hubo terminado, le miro con cara de preocupación.

Leon el tabernero - Creo que puedo ayudaos, vuestro viejo comandante aún sigue en activo, suele venir cada noche a la taberna cuando termina su turno de guardia en el círculo, le daré aviso de tu presencia y podrás reunirte con él aquí, lejos de miradas y orejas indiscretas, estoy seguro que él te podrá facilitar el camino hasta el rey dado que ahora, él es su mano derecha. Por el momento, será más seguro que os quedéis aquí descansado y no deambulando por las calles, a merced de que alguien os pueda reconocer.

Vaaner, miró fijamente a los ojos de su amigo Celtiuk y los dos vieron con buenos ojos la invitación de su amigo. 

EL CIRCULO DE LOS OSCUROSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora