Puerta al Sótano.

Ratas

Se pasean por tu entorno,

corretean a tu lado,

te muerden sin piedad,

hasta estar dentro de ti.

Muy dentro.

De vez en cuando salen,

en busca de comida,

te vuelven a morder

y consiguen quitarte el sueño.

Tan rápido vienen 

como se van.

Pero cuando quieres darte cuenta,

te han roido entero.

Escúchalas,

justo ahí,

en tu pecho, 

si ahí.

Un día empiezan a morder por cualquier razón.

Mojan tus mejillas,

hacen un nudo en tu garganta,

explotan tu pecho,

corretean por tu cabeza y sientes que el mundo se cae encima,

ríen en tus oidos,

hasta que ya no quieres sentir nada,

quieres acabar con la plaga.

Es duro mirar a la muerte a los ojos,

y darte cuenta de que son del mismo color que los tuyos.

Mirar su sonrisa,

y sentir que es igual que la tuya.

Frustrarte, apagarte y llorar.

Y cuando intentas golpear a la muerte,

rompes el espejo.