Estaba de pésimo humor. No, pésimo es una palabra demasiado suave para definir mi estado de ánimo. Me encontraba hundido, deprimido, y otras palabras terminantes en -ido. Había reprobado un parcial de química. ¿¡Porque!? Había estudiado mucho, quizás no demasiado, pero si que me había esforzado. Eso sumado a que no había estado yendo a mis clases de natación por varias semanas debido al estudio(me relaja nadar), era peor.
Mis padres habían discutido fuerte hoy, así que simplemente necesitaba salir de casa. Y la librería siempre sería mi mejor lugar.
Llegué y estaba en mi mundo, por primera vez no busqué a la chica de la librería con la mirada, simplemente me desplomé en el primer asiento que tuve libre, ni siquiera en el mismo lugar que solía acostumbrar. Tomé un libro de Stephen King que siempre había querido leer y me aislé del mundo.
De pronto, cuando estaba por irme me di cuenta de que ella ya no estaba allí, había desaparecido, y me sorprendí al no haberlo notado. Jamás actuaba así, jamás dejaba de prestarle tanta atención.
Me levanté para irme y alguien me tocó la espalda. Era una de las cajeras del lugar.
-¿Disculpa? Creo que una amiga tuya me ha pedido que te de esto. Dice que leas la tarjeta- La miré confundido. No tenía ninguna amiga allí. Era una bolsa de la librería con un libro envuelto con un moño. Sobre la cubierta había una nota pegada: "Para que te distraigas así como lo hiciste aquí pero en tu casa. Sea lo que sea que te pase, todo mejora. Recuerdalo <3.
"Miré a la señora y le dí las gracias, una vez que se hubo ido abrí el regalo. ¡Era el libro de Stephen King que había estado leyendo! Gracias chica de la librería...
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La chica de la librería
Short StoryDesde la primera vez que la vi no pude quitar mis ojos de ella. Mi chica de la librería... Créditos de la hermosa portada a @Harrytakeacat