Y asi inicio todo... Février 2

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La tarde acabó en París y la gran luna hace su aparición

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La tarde acabó en París y la gran luna hace su aparición. Esa fresca brisa resopla sobre las ramas secas de los árboles víctimas del invierno. El cielo esto nublado dejando apenas perceptible esa luz lunar.

—Au revoir ma lady.—pronunció el minino con picardía soltando un beso en la mano de la joven.

—Hasta luego Chat Noir.— soltó la fémina mientras lanzaba su yo yo a un edificio. Luego vio cómo su adorada se desplegaba por los aires.

—Je t'aime mademoiselle.—susurro el gato con nostalgia ¿Hasta cuándo guardaría ese sentimiento?

Pronto empezó a saltar por los aires en búsqueda de una aventura antes de volver a esa aburrida mansión que lo asfixiaba. De salto en salto, edificio en edificio se encontró con ese balcón lleno de flores que lo sosegaba.

Decidió acercarse. Las luces estaban apagadas y su amiga azabache no se encontraba, qué suerte la suya. Se esperó ahí fuera de su ventana muriéndose de frío cuando escucho un golpe que provenía de la parte de arriba de la habitación, los sentidos de alerta de Chat se encendieron.

Justo cuando iba a subir una suave silueta baja, la silueta de Marinette, al fin había llegado.

Sin embargo cuando la nube que cubría la luna se alejó y uno de los rayos de luna la alcanzo pudo ver con mayor claridad, se trataba de su amor platónico ¿Qué hacía ahí?

Escuchó los pitidos provenientes de los pendientes de la heroína. Chat quizo taparse los ojos para no ver la identidad pero el pobre felino ya no podía evitar la inminente verdad, su lady era nada más ni nada menos que Marinette Dupain Cheng.

Su corazón se detuvo un rato, ciertamente la seguía amando sin embargo aún no reaccionaba del shock. Ni siquiera el frío lo hacía reaccionar. Sus vellos se erizaron al ver que la joven empezaba a deslizar lentamente la blusa para quitársela. Era... cest... Magnifique.

No quería, más bien su corazón le decía que no debía presenciar más de aquellos y se retiró. Ahora todo cambio, eso le decía cada vena de su cuerpo.

Esa noche Adrien le dedicó unos versos a su amada Ladybug.

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Bueno, espero que la disfruten. Desde ahora en adelante la historia estará narrada por versos escritos por Adrien.

Jazmín Valero.

Cœur frustréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora