Parte 6

39 4 1
                                    

El Conde era un hombre guapo y demasiado amable, Olenka sentía que no podía negarse a tan magnífica propuesta- Alec, sería un honor compartir lo que he aprendido a lo largo de estos años  con usted su alteza... - Alec estaba feliz de la respuesta de Olenka, ella era mujer que no estaba interesada en joyas y pieles, y eso era lo que necesitaba en una amistad duradera.

Y como pago por ese enorme favor, con gusto le ayudaré en su biblioteca, si a usted le parece, claro está - Olenka se ruborizó aún más ¿el Conde ensuciando sus manos en tan mundana tarea? - Su Alteza... Alec, lo siento, para mí no es problema impartir mis conocimientos, no es necesario que usted pierda su tiempo en tan aburrida tarea, además con todo este polvo...- Alec rió, soltando una enorme carcajada, sabía que Olenka estaba nerviosa por su presencia y el haberse ofrecido como ayudante significaría mucho tiempo a su lado - Olenka, soy un Conde lo sé, pero créame mantenerme pulcro no es una de mis prioridades, soy un cazador y sé que comprende que ello no es un tarea limpia- Olenka sabía que él tenía razón así que asintió de forma resignada- entonces sus deseos son órdenes, solo una cosa - Alec no estaba seguro de lo que Olenka iba a pedirle - No puede dejar el trabajo a la mitad, tendrá que ayudarme hasta que el último libro esté en su lugar, ¿le parece tal decreto? - Olenka estaba un poco nerviosa por su atrevimiento a con el Conde de Chelabinsk y estaba ansiosa por escuchar su respuesta, pudiendo ser ésta negativa, Olenka continuó su tarea de limpiar y acomodar mientras el Conde cavilaba sobre ello, no quería ver los hermosos ojos del Conde mientras decía que no - Me parece un trato justo- Ni Alec podía creer aquella respuesta, su boda se acercaba y Milenka no era una mujer paciente y con la cual podrías entrar en razón, pero lo cierto es que quería hacer aquello con Olenka y obviamente quería conocer todas las obras que en ese momento estaban resguardadas en enormes cajas de madera - Entonces comenzamos hoy mismo - Olenka se atragantó de oír aquel entusiasmo del Conde mientras tomaba un trapo y se dirigía hacia la caja que estaba junto a ella - entonces dígame ¿Que la trajo a Chelabinsk? - Después de unos segundos contestó - el profesor me había hablado mucho de Chelabinsk, decía que era un hermoso pueblo y que todo en el era paz, decía que la luz del sol iluminaba el río de forma majestuosa, mientras que los fantásticos campos verdes llenos de historia de guerras antiguas, nacían tras el cruel invierno, hablaba sobre el arte que aquí había florecido, creo que el profesor de alguna manera exageró con su poesía hacia este pueblo, no es que no sea hermoso, pero creo que él estaba enamorado de este lugar y cuando estás prendado de algo o alguien, los defectos son inexistentes, y todo es tan perfecto que parece eterno, sin embargo todo en esta vida es caducifolio y sobre todo la belleza externa. - Alec se mantuvo callado un tiempo, analizaba las palabras de Olenka de forma resignada, su futuro estaba junto a una mujer de la cual, aunque su belleza lo cautiva de sobremanera, no la amaba y sabía que después cuando el tiempo se reflejara en Milenka, ella no será más que una bruja amargada y vieja, no podría compartir una vida con una mujer a la cual no amaba sin importar que tan bella fuese ahora.

Las esposas del  Conde Donde viven las historias. Descúbrelo ahora