Nostalgia,llora y sonríe...

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Me visto con un jean, una camisa blanca y un saco negro. Me miro en el espejo. Una barba desaliñada cubre la mitad de mi cara. Me afeitare cuando encuentre el momento.Hace una hora hable con Natalia para avisarle que iba a buscarla para ir a la casa de Rodrigo. Solo que ella no lo sabe. Una buena sorpresa para ella.
Ayer fui a casa de Celina, le conté que había pasado en estas semanas y días. Ella me contó sus problemas y llegamos a la conclusión de que deberíamos juntarnos para revivir viejas épocas y contar anécdotas. Aparte Rodrigo y Rebeca se van a casar a fin de año.
Aquella misma noche Celina me dio el visto. Todos nos íbamos a reencontrar en casa de Rodrigo. Incluyendo a Carlos...
La relación entre Carlos y Rodrigo es...larga y curiosa. No me interesa pensar en ese suceso de momento. Y si no me equivoco, Natalia nunca se enteró del porque de sus "diferencias".
El cielo está nublado, antes de irme recojo mi billetera, mis llaves y por las dudas un paraguas. Con este clima me espero cualquier cosa.
Salgo de mi hogar, la verdad es que estoy alquilando a buen precio.
Buena zona y la casa es grande. Aunque no tenga patio... Tener mascota sería algo bueno, pero apenas estoy en casa.
Me voy caminando hasta la casa de Natalia. Serían veintitrés cuadras, pero no me demoro si camino rápido, unos quince minutos son suficiente.
Mientras me dirijo a la casa de Natalia voy pensando...
Sí, es verdad que varios de nuestros compañeros se casaron, gente que nos caía bien.
Pero me tomó realmente por sorpresa que Rodrigo, aquel con el que pasé tantas aventuras, aquel que defendía su posición como soltero como "es para mantener ciertos temas en privado" haya decidido casarse con Rebeca.
Quizás decidieron dar el paso porque entre ambos nunca hubo secretos.
Y hasta dónde tengo entendido, Rodrigo, Rebeca y Natalia son compañeros desde jardín de infantes.
Carlos, Celina y Melina lo son desde la primaria. Pero Natalia se amigó con ellos en la secundaria.
Y bueno, yo entré en la secundaria y me integraron rápidamente en su grupo.
Pero realmente nunca me hubiera esperado que Rodrigo empezará a salir con Rebeca desde el último año.
Luego a Rodrigo lo vi en casi todos lados, mamá quería que haga algo de ingeniería y me las ingenié para mantener los horarios de periodismo e ingeniería mecánica juntos. Con Rodrigo presentamos la tesis final en ingeniería y luego por un par de sucesos nos separamos casi todos...
Luego de ese suceso estaba desesperado, no encontraba trabajo en ningún lado. Hice dos terciarios. Uno de historia y otro de letras.
Seguía sin conseguir trabajo hasta que Celina me comentó de un curso de un año de administración de empresas, el cual hice y gracias a ella y su hermana, empecé a trabajar.
Una sucia empresa de bienes raíces en la que trabajé un par de años hasta... bueno, creo que ya pasaron dos semanas.
Creo que Rodrigo no tuvo tanta dificultad en encontrar trabajo. Pero claro, a él le gustaba mucho ingeniería. Después de todo, se crió con su abuelo en el campo arreglando cacharros.
Él me contaba que en esa época se demoraba dos horas para llegar al Colegio. Realmente agradece que cuando le cambiaron el turno, sus padres compraron varias propiedades, y en la que vivían,sólo tenía media hora en auto.
Y yo me sentía culpable, sólo tenía diez minutos con toda la vagancia y pocas ganas con las que iba.
Pensar que por el mal entendido en la fiesta, Carlos y Rebeca...
Sin pensarlo, toco el timbre de la casa de Natalia y saco el teléfono.
"Ya estoy llegando. Esperenmen en la puerta", Celina nos va a llevar a la casa de Rodrigo.
Una gran sorpresa para Natalia.
Y una gran sorpresa para mi, Celina organiza todo de un día para otro y le sale bien. Si tuviera un par de días o semanas para organizar cualquiera evento, le saldría perfecto.
-Hola Daniel, pasa.-dice Natalia cuando termina de abrir la puerta.
-No gracias. Celina viene en el auto, hay que esperarla.
-Ah claro, ya vuelvo. Voy a avisar que salgo.
Natalia entra y sonrió. "Voy a avisar que salgo", es una frase que me suena tan conocida...
Natalia sale, cierra la puerta y se pone al frente mío.
-¿Para qué viene Celina?-pregunta con los ojos abiertos.
-Oh, ella nos va a llevar.
-¿Adónde?-pregunta con curiosidad.
-¿Quieres que arruine la sorpresa?
Ella sonríe.
-Ahora entiendo.-se ríe-¿Y cuanto tiempo nos demoraremos en llegar hasta la sorpresa?-en sus palabras se nota un poco de picardía.
-Eso no te lo puedo responder.-respondo levantando un poco la mirada de mi celular.-El tránsito es algo taaaaan relativo...-digo con sarcasmo y abriendo los brazos.
-¿Tan secreta debe ser la sorpresa?
-Claro.-me río-Si no, ¿cómo sería una sorpresa?-me doy la vuelta y mi teléfono empieza a sonar.
Veo una camioneta negra, se bajan las ventanillas y veo Celina agitando el celular.
-¡Celina!-escucho a Natalia gritando. Corre hacia la camioneta.
Celina sale de la camioneta y se abrazan. Hace siete años que no se ven.
Ambas lloran de la emoción. Sus voces se interponen. Lo único que entiendo es "Pasó mucho tiempo", me alegra la escena. Supongo que a Natalia le hace bien reencontrase con amistades.
Debe estar pasando por momentos difíciles, y realmente deseo verla con una plena felicidad. Y no simplemente una sonrisa vacía.
Se secan las lágrimas, miro a otro lado porque se acercan a mí.
-Hola Daniel.-dice Celina con la nariz totalmente obstruida.
-Hola Celina, ¿resfriada?-digo en un tono burlista.
-Ja ja. Muy gracioso.-dice con un tono sarcástico demasiado obvio.
Saca un pañuelo, se limpia la nariz y luego los ojos.
-Y yo creía que eras más higiénica. Pfff.
Celina se queda quieta. Natalia empieza a reírse fuertemente y Celina se enfurece.
-¡Daniel Jeremías Toledo!-dice acercándose.-¡Creía que ya estábamos grandes para esa clase de chistes!
-Estamos grandes para saber cómo limpiarnos la cara.
Ella me pega una patada en la rodilla.
-¡Ay hija de...!-digo saltando en una pierna y agarrándome la rodilla.-¡Tenes tacones!
Natalia sigue riéndose.
-Haber si maduramos, Toledo.-Celina mira a otro lado y con los brazos cruzados.
-Dale inmadura.-digo abriendo la puerta de atrás y empezando a entrar.
-Querido.-dice Celina sentándose en el asiento del conductor.-Vos nomas sabes dónde es. Sos el GPS.
Salgo, espero que entre Natalia y cierro la puerta. Me siento adelante.
Salimos de la ciudad en cinco minutos, y con eso, viajamos en silencio. Natalia y Celina hablaban de la vida, de lo que fue de ellas en ese tiempo. Una charla bonita en una ciudad destruida.
La ruta me relaja. Las montañas azules en el fondo, grandes extensiones de tierra verde dedicadas a la agricultura.
Miro de reojo a Natalia. Sentada atrás, con una mirada vacía mirando el paisaje.
Natalia siempre tiene una chispa en su mirada, me pregunto en que estaría pensando. O si está bien...
Vuelvo la mirada al frente cuando Celina dice "Esas nubes grises", suelto aire y sonrio, me acomodo en el asiento.
-No te debería sorprender.-comento.
-Ya.-me contesta algo apagada.-¿Dónde doblo?
-En los próximos...Anda doblando.
Dobla la camioneta,nos metemos en un camino de ripio. Veo por el retrovisor como Natalia levanta su espalda del asiento y empieza a mirar a todos lados con curiosidad.
-Cuarta casa. La vas a reconocer.
Es un "Pequeño Barrio" formado por varios countries de un par de hectáreas.
El auto empieza a frenar al frente de una una gran extensión de tierra. En el centro se encuentran una casa de estilo colonial, de un color beige y con sus tejadas naranjas, dentro del cercado que rodea el terreno, hay varios tipos de flores. Y afuera, un gran sauce llorón.
Bajamos del auto, Natalia está súper emocionada "¡Es la casa de Rodrigo! ¡Es la casa de Rodrigo!" Gritaba mientras se llevaba las manos a la boca y sus ojos se ponían rojos. Me acerco al sauce llorón y Celina al enorme portón negro.
-¡Rodrigo! ¡Llegamos!
Toco el sauce llorón, paso mi mano por su tronco.
-Ya paso tiempo desde la última vez. Siempre que eh venido quede impresionado por la nostalgia que sos capaz de transmitir amigo.-le digo al sauce en voz baja.
Celina se me queda mirando.
-¡Rodrigo!-Celina suelta un grito agudo y bizarro.-¡Veni rápido si querés a tu árbol Virgen!
Me acerco a ella y acarició el árbol para que lo noté.
-¿Habrá escuchado?-le pregunto.
-No se, tampoco podríamos llamarlo porque no creo que haya muy buena señal.
Me acerco a Natalia que está demasiado emocionada. Me paro a la par de ella y miro la casa, ninguno de los dos se mira. Sólo vemos...la casa.
-¿Vos organizaste esto?-pregunta Natalia, no se le entiende muy bien debido a que tiene las manos en la boca.
-No, sólo le dije a Celina que le pregunté a Rodrigo si nos podíamos volver a juntar. Ya sabes cómo en los viejos tiempos y Celina organizó con Rodrigo.
-¿Qué mentís boludo?-dice Celina volviéndose hacia mi.-Vos llegaste a mi casa con tu cara de siempre.
-¿Y esa es?-la interrumpo.
-La de depresivo.-dice en con un tono más bajo.-Bueno, la cosa es que me empezaste a hablar de lo que llevas en esa cabeza y terminaste organizando vos con mi celular.
-No fue tan así...-digo con un tono más bajo todavía.
-Dale, contala como quieras.
Suelto un suspiro, cierro los ojos y guardo mis manos en los bolsillos del abrigo.
-Celina...-detengo lo que voy a decir. Siento que me rodean el brazo. Abro los ojos y veo a Natalia apoyada en mi hombro
-Mira Daniel ¡Ese es Rodrigo!
Miro hacia la casa, efectivamente Rodrigo está viniendo.
-¡Rodrigo!-grita alegremente Natalia. Rodrigo abre los brazos. Vuelvo mi mirada a Natalia y la veo totalmente diferente que cuando veníamos. No puedo evitar sonreír. Me llena de recuerdos, de cuando todo era mas "fácil" y todos los días eran diferentes.
Una época curiosa...
Rodrigo abre el portón Celina lo saluda con un abrazo que dura unos segundos y entra.
Natalia se aleja de mí, saluda a Rodrigo y luego entra y se dirige a la casa con Celina.
-Hermano.-dice Rodrigo al pararse frente mío.
-Hola.-digo en voz baja.
-¿No me vas a saludar?.-dice abriendo los brazos.
Me río, lo agarró del brazo y le golpeo la espalda suavemente.
-Ya paso tiempo hermano.
-Si...-dice con un tono nostálgico.-La última vez que nos vimos fue hace más de un año...había fallecido...
-Nahuel...-lo interrumpo.
-Rebeca lo pasó mal...
-De seguro ¿Están las otras allá?
-Si, está Melina y Rebeca.
Caminamos hasta la casa. La casa en si tiene vida propia. Si la vez desde la entrada se ve un edificio beige rodeado de verde y de fondo las montañas. Dichoso Rodrigo de vivir acá.
Damos vuelta la casa y vamos a la galería de atrás. Natalia está hablando con Rebeca y Melina, Rodrigo se les une y me quedo mirando.
-Estas sonriendo.-dice Celina, no se en que momento se levantó de la mesa.
-Ya...-digo nostálgico.
Natalia se da la vuelta y me mira. Aún con los ojos rojos, pero con una gran sonrisa.
Sólo puedo esbozar una sonrisa.

Simplemente DanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora