Subversivo

Capítulo 3

-- Oh, si! Ya las recuerdo, tu hermanita es un... es muy linda-- Quise decir algo que se relacione con algo muy simpático y bonito, pero no encontré la palabra.

-- Si, lo se. Ahora..., podrías desatarme?-- Sip, aun lo tenia amarrado.

Lo desate y se sentó en uno de mis sillones puff negro, la verdad tenía mucha curiosidad por saber como fue que su padre los abandono y como hacen para pagar el hospital pero se que algunos temas duelen, a diferencia de los demás yo pienso lo que preguntó, odio que me pregunten cosas del pasado por eso no lo hago.

-- Oye y como es que entraste al hospital pasado de la hora límite?--

-- Pues como trabajo hasta las 8:30 pm, más el tiempo en llegar no me alcanza para ir a otra hora y le pago a uno de los enfermeros de ese turno para que me deje pasar, lo se son unos vividores-- Dijo con una pequeña carcajada.

-- Por lo visto sabes como convencer a la gente para que te deje entrar a lugares-- Yo también reí.

Hubo un pequeño silencio incómodo hasta que decidí preguntarle qué si tenia hambre.

Reproduzcan la canción.

-- ¿Oye no tienes hambre?--

-- Si pero no importa, ya me voy e iré a comprar algo-- Me dijo con una tímida sonrisa.

-- Ay, porfavor no te voy a morder, ven conmigo-- Me pare y me dirigí a la cocina y el chico me siguió, aun no le he preguntado su nombre.

-- Oyes y ¿cual es tu nombre?-- El se sentó en un taburete y yo abrí el refri para buscar jugo y unas cuantas cosas.

-- Mi nombre es Jayden, ¿y el tuyo?-- En eso llegó papá adormilado y con una taza de café en la mano.

-- ¿Cómo es que tu estas aquí, si no te permití pasar?-- Le grito furioso al pobre chico.

-- Es un amigo, yo le permití pasar-- Me pare enfrente de el.

-- Ah claro, aparte de una mocosa malcriada una zorra-- Me dio una bofetada.

Me quede helada por un momento y luego lo mire con furia.

-- Jayden sal porfavor-- Le dije sin mirarlo.

-- No voy a permitir que te golpee de nuevo-- Estaba a mi lado.

-- ¡QUE TE VAYAS!--

Pude ver como se tensó y luego se fue, en eso bajo mamá en pijama.

-- ¡Pero es que en esta casa no se puede dormir en paz!--

-- Que sea la última vez que se te ocurra ponerme un dedo encima-- Dije en un tono tan calmado que daba miedo.

-- Ah claro, ahora la zorrita exige respeto, eres la peor hija que pude haber tenido, esto que eres hoy en día es lo peor que me pudo haber pasado-- Me grito con rencor y odio.

-- ¿Y ahora que hizo?-- Pregunto mamá cruzándose de brazos.

-- Metío a un tipejo a la casa y sabrá Dios que cosas hicieron--

-- ¿Qué?, ¿como es que paso esto?, ¿no te cansas de darnos tormentos y problemas?, solo falta que estés embarazada-- Me miró sin una pizca de comprensión o siquiera compasión .

-- No entiendo como es que es nuestra hija, los demás siempre han sido nuestro orgullo, nos quieren y son honrados, deberías de ser como ellos-- Dijo papá viéndome con repugnancia.

Yo no decía nada, solo me quede ahí escuchando cada palabra que decían, cada pensamiento negativo que tenían hacia mi, solo escuchando aquellas palabras y ver aquellos ojos que no reflejan amor hacia mi, ver aquellas personas las cuales se supone y me aman, aquellas que han hecho mi vida un infierno, aquellas que solo me hacen sentir como basura, aunque quizá lo sea, quizá sea todo eso que ellos me dicen.

-- Nisiquiera terminaste la carrera de turismo y ya te estas revolcando con todo el que te pase por delante-- Me dijo mamá con desgana.

Nisiquiera sabían que gradué hace un mes y estoy a punto de iniciar otra, que mas da jamás he sido algo importante en su vida, solo he sido un estorbo.

-- Ahora no hablas, no eres tan valiente y altanera como siempre porque sabes que te decimos la verdad, solo hemos perdido el tiempo contigo-- Dijo papá y luego se fue. Mamá sólo me miró y se fue también.

Me quede estática, no me movía sólo ahí viendo un punto fijo, luego de unos 5 minutos me fui a mi cuarto y busque las llaves de mi Jeep, mis tarjetas, dinero en efectivo, celular y una mochila con un poco de ropa. Baje y me subí al Jeep, empecé a conducir sin rumbo mientras lloraba a mares.

En mi cabeza se repetía una y otra vez aquellas palabras, aquella mirada de asco y odio hacia mí, nose porque la televisión se encarga de hacernos la ilusión de que cuando en tu familia hay un problema irán tus papás a remediarlo, irán a hablar contigo, que sobre todos lo errores que cometas va a salir a relucir el amor que te tienen, porque a mi me ha tocado ver como los que me deberían amar sólo me demuestran odio por cada cosa que hago, ver como en lugar de darme apoyo me dan la espalda, ver como me dicen que finjo cuando me siento enferma, ver como su trabajo es primero que estar conmigo en un hospital, ver lo fácil que le perdonan un error a alguien desconocido o a otro de mis hermanos y a mi no, recuerdo cuando era una niña de tan solo 9 años y empecé a tener pensamientos suicidas, comencé a querer morir por todas las palabras
hirientes que me decían, cuando se dieron cuenta sólo se preocuparon porque nadie me las vea porque les daría vergüenza, me dijeron loca, que quería llamar la atención y que intentaba chantagearlos con ello, pero nunca se preguntaron ¿porque lo hice?, ¿porque me hacía daño?, nunca les importó como me sentía en tanto a la vida.

<Me toco aprender sola que aveces sólo debes limpiarte el lodo del cuerpo y seguir adelante, sin importar aquellos que intenten tumbarte o hacerte soltar todo, me toco vivir desamor, me toco sobrevivir al bullying sólo por tener un físico diferente y querer tener amigos, y a pesar de todo eso seguía hablándoles porque quería tener un amigo, alguien que estuviera conmigo en las buenas y las malas, solo quería sentirme aceptada y querida por alguien una vez, pero hasta hoy en día no he encontrado alguien que sea capaz de brindarme algo sincero, quizá por eso tenga esta rara manera de ser en la que prefiero alejarme de todos y ser feliz a mi manera, si es que a esto se le puede llamar felicidad, todas las cosas que he aprendido con el tiempo me han ayudado a librarme de muchas decepciones, de heridas internas pero sobre todo hoy en día se que lo que no te mata te hace más fuerte, quizá no fui la hija ejemplar que ellos querían pero me siento más que conforme con ser alguien que a pesar de sus defectos jamás herirá a nadie, lo hará sentirse como basura o mucho menos lo rechazará por un defecto físico que quizá tenga hecho una maravilla en su interior, si tan mal se sienten con mi forma de ser, y mi prescencia, los dejaré ser felices.>

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