Capítulo 8. Mi chico One Million

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El tercer y cuarto día pasan sin nada interesante. Hemos hecho tirolina, rapel y hemos montado a caballo. David suele rondar por el comedor y a veces hablamos con él, sobre todo Maya. Arón y yo a veces hablamos ya que solemos coincidir pero sólo hablamos un par de minutos sobre temas comunes, nada especial.

Hoy han organizado un juego por la noche y luego nos han dicho que nos dejarán la discoteca para hacer una fiesta, pero como son tan estrictos, solo es una fiesta de chica, los chicos tendrán la discoteca mañana.

-Corre Maya que llegaremos tarde -le riño mientras acabo de retocarme.

-Ya estoy acabando con el contorno -me dice mientras coge el pintalabios.

-¿Sabes que David no va a estar verdad? -le pregunto mirando la cantidad de maquillaje que se está poniendo.

-No me lo recuerdes... pero es la única actividad que vamos a hacer con chicos -me dice sin dejar de mirar al espejo.

Acabo de ponerme rímel y me peino. Como tengo el pelo alisado no me hacen falta muchos cuidados y me queda mejor que rizado.

-Ya está -me dice viendo que estoy plantada esperándola- vamos.

Llegamos al lugar indicado y ya han hecho los grupos. Hay seis grupos de chicos y chicas en circulo. Se nos acerca Lara y nos indica en que grupo vamos, a Maya le toca el número dos y a mi el número cuatro.

No conozco a nadie en mi grupo pero Maya tampoco así que hablamos nosotras dos. Busco a Arón con la mirada pero no está en ningún grupo. Mientras intento decirle a Maya que no lo encuentro oigo a alguien detrás de mi.

-Holaa -me dice Arón con una gran sonrisa.

-Hola -me alegro de verle- ¿qué tal? -le digo mientras él se queda mirándome, mientras intenta articular palabra.

-Bi... bien, es...¿te gusta tu grupo? -me pregunta sin dejar de mirarme.

-Bueno... no conozco a nadie, me han separado de mis amigas, ni siquiera hay nadie que conozco a mi alrededor -le digo haciendo un puchero.

-Yo sí... estaré aquí en frente -dice esbozando una sonrisa. Me encanta su sonrisa, no puedo dejar de mirarla.

-¿En qué grupo estás? -le pregunto deseando que vaya al mío.

-Yo no juego, estaré grabando -me señala una gran cámara a poca distancia de mi.

-Veo que te va la fotografía... -le digo sonriendo.

Asiente, me lanza una sonrisa y se va a la cámara.

El juego no está mal, se está haciendo largo y me estoy aburriendo un poco pero me alegra saber que tengo cerca a Arón. De vez en cuando nuestras miradas se cruzan y sonreímos.

Ya llevamos más de una hora con éste juego y me estoy aburriendo mucho, así que me giro para ver a Arón, que tiene la cámara dirigiendo hacia mi grupo, pero él me está mirando.

-Pffff... meee abuuurroooo -le intento decir a Arón sin que nadie más lo escuche. Lo ha entendido y me sonríe.

-Yooo taambién -me responde de la misma manera.

Hago un puchero sin dejar de mirarle.

-Aguanta, ya queda poco -me guiña un ojo.

A partir de ese momento me olvido del juego y él de la cámara. Nos pasamos lo que queda del juego mirándonos y hablando, eso sí, lo hacemos con señas para que no me riñan.

Ya hemos acabado así que recogemos las sillas y vaciamos la sala, la gente empieza a salir, ya que las chicas tenemos que montarlo todo para la fiesta.

-Bueno pues ya se ha acabado -me dice Arón detrás mía.

-Sí, menos mal -le digo con una sonrisa.

-¿Vais a dormir? Yo voy a llevar a Leo, podemos ir todos juntos -me dice rascándose la nuca.

-Nos han dejado la discoteca así que hoy vamos a hacer la fiesta aquí, en lugar de en nuestras habitaciones -le digo.

-Que fiesteras -me dice con un tono de decepción- bueno pues voy a llevar a Leo.

-Pero Maya y yo tenemos que ir a nuestras habitaciones -digo de repente al ver su cara- nos tenemos que cambiar.

-Pero si ya estáis perfectas... -rápidamente se ríe.

-Voy a por Maya, ¿nos esperas fuera? -digo buscando a Maya con la mirada.

-Claro -esboza una gran sonrisa, parece feliz.

Le cuento rápidamente a Maya lo que ha pasado y abre la boca exageradamente al oír lo del juego y como me ha dicho de ir juntos a las habitaciones. Ella me cuenta que también ha ligado con un monitor, pero que es la primera vez que lo ve.

Salimos y encontramos a Arón fuera con Leo en brazos. Se ha quedado dormido.

-Pobre, se ha dormido -digo susurrando.

-Ya es tarde para él, solo tiene dos años.

En ese momento poso un beso en la mejilla de Leo. Su cara está posada sobre el hombro de Arón así que estoy realmente cerca de Arón. Su respiración se acelera mientras yo le doy un suave y largo beso a Leo. Respiro profundamente y un agradable olor llega a mi. Es el perfume de Arón. Lleva un perfume fuerte y sensual, me suena haberlo olido antes así que me pongo a pensar.

-One million... -digo susurrando sin querer.

-¿Qué? -dice Arón confundido.

Me alejo rápidamente de Leo y no puedo evitar mirar a Arón, creo que me ha escuchado pero no estoy segura. Empiezo a notar como me sube el color, suerte que Maya se da cuenta.

-Vamos, no quiero perderme la fiesta.

Vamos caminando tranquilamente, disfrutando de cada paso que doy. No quiero llegar nunca y parece que Arón tampoco ya que de vez en cuanto se para para aparentemente colocar bien a Leo. Por el camino intercambiamos un par de palabras, pero no hablamos demasiado, nadie quiere estropear este mágico momento.

Un soplo de aire freso me atraviesa y no puedo evitar abrazarme con los brazos.

-Hace frío...

-Toma mi chaqueta, yo no tengo frío -me dice tendiéndome una chaqueta negra.

-Ohhh... gracias -le digo mientras me la coloco, no me viene demasiado grande.

-T... te queda perfecta -me dice sorprendido.

-G... gracias -contesto tímidamente.

Ya hemos llegado a a las habitaciones de los chicos, pero no está permitido que ninguna chica entre.

-Bueno pues nos vamos, que se está haciendo tarde -le dice Maya.

-Gracias por la chaqueta -le digo mientras me la quito y se la entrego.

-Ya me la devolveras mañana tranquila -dice mientras coloca a Leo en su otro hombro.

-Muchas gracias de verdad, pero nuestras habitaciones están cerca, ahora iré a por mi chaqueta.

-Como quieras -dice mientras coge la chaqueta que le he tendido- buenas noches chicas.

-Buenas noches -decimos a la vez.

-Eres tonta -me dice Maya una vez que nos hemos alejado- ¿por qué no te la has quedado? Lo que daría yo por tener una noche entera la chaqueta de David...

-Me encanta su perfume de One Million y su chaqueta me encanta pero no quiero acostumbrarme a su olor, si lo hago, cuando huela su perfume no me va a producir la misma sensación que tuve antes.

-Entiendo...

-Cada día me parece más mono mi chico One Million.

-Vaya un apodo -me dice Maya entre risas.

Problemas con el monitorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora