Flashback
Sus ojos castaños miraban directamente a las chicas rubias de la mesa de alado, perras, putas, fáciles. No sabía su nombre, lo admitía, no sabía su edad, parecía de 18, lo único que sabía es que estaba completamente enamorada de él, todos los días venia a este restaurant y lo veía desde la mesa de la orilla sin valor de hablarle, nunca me había atendido ya que lo que mi corto presupuesto me alcanzaba para comprar era u café y eso se vendía en la caja, pero lo que si hacía era sentarme sola como una maldita acosadora mientras él trabajaba, pero hoy era diferente, hoy estaba en una mesa, estaba en una mesa de SU sección así que el tendrá que atenderme, nerviosa era una pequeña semejanza para lo que sentía, quería vomitar pero no lo haría en frente de el, Nadia y Hanna estaban a mi lado, eran mis únicas dos mejores amigas, Nadia era bajita y su tez era de un suave tono moreno y Hanna era alta y muy delgada y su piel era más de un pálido tono moreno, en su rostro siempre llevaba una sonrisa, pero no una linda si no una sarcástica o insultante, era algo sensible (demasiado sensible), pero no del buen sensible, si no del que se enojaba por todo, pero era mi mejor amiga y la quería, y bueno Nadia la soportaba, nunca se habían llevado bien y no esperaba que lo hicieran, de hecho me sorprendía cuando se saludaban y eso era mucho pedir. El chico llego, era más guapo de cerca que de lejos, mi mente se debatía por de color de sus ojos, eran un color miel pero podrían ser castaños, no tenían brillo eran hermosamente comunes, el me miro, yo lo mire pero aparte la mirada, me resultaba vergonzoso, me gustaba tanto y ni siquiera tenía una idea de su nombre, me sonrió
Me sonrió
ME SONRIO
Emoción era una pequeña palabra después de ver un destello de luz en sus ojos, su nombre era John, como mi hermano, era tan, tan, tan dulce, me había reconocido, me había notado
A mí
A MÍ
Una sensación de vértigo me invadió cuando John me pidió mi número
¡MI NUMERO!
Dude un poco pero se lo pase, era guapo, inteligente, lindo y divertido, pero siento que Hanna lo miraba demasiado, eso no importaba él era lindo y me gustaba y efectivamente tenia dieciocho y yo quince
¡QUINCE!
El simple hecho de que se haya fijado en mi quinceañera humanidad era suficiente, Nadia estaba emocionada por mi y Hanna, pues era Hanna
Fin de Flashback
Recordar la primera vez que hable con John en clase de literatura romántica era deprimente, molesto e innecesario, lo había superado la semana siguiente de nuestro rompimiento así que decidí hacer lo que normalmente hacia, ver a el profesor, no tenía más de 30 años, su nombre era David Belmonte y es el español más sexy de todo Nueva York. Es un rubio bronceado con un asentó completamente sexy, el único problema es que ni siquiera mira a sus alumnas, pero si que mira a la profesora de Literatura inglesa, maldita ética apostaría mi casa a que solo no nos mira por la moral, ni siquiera somos tan pequeñas
El profesor David daba su clase, justo ahora se encontraba escribiendo en el pizarrón haciendo que su camisa se levantara dejando ver una parte de su espalda y sus musculosos brazos se flexionaban por el esfuerzo, y luego preguntan porque salimos tan mal en los exámenes, todo es culpa del profesor, el trae sus camisas de vestir cortas y pegadas, el está ahí tentándonos, la clase acabo y todas las chicas esperaron para poder preguntarles sus dudas al profesor, me hubiera quedado pero no me hacer que lo suficientemente rápido y la mesa se lleno, genial no lo vería hasta mañana, hoy era un frio y nublado lunes , no era feo pero me deprimían los días así, llámenle cliché pero era cierto, aunque el sonido de la lluvia me tranquilizaba, Salí del salón y me dirigí a la salida, que por cierto estaba extrañamente desierta, compre un jugo y fui hacia la puerta principal. Las miradas de las chicas eran o de una ilusión tremenda o de una excitación pura y las de los chicos eran de una envidia inevitable, mire hacia la dirección de las miradas y no me costó mucho tiempo adivinar que veían, o mejor dicho a quien veían, Max se encontraba apoyado en su costoso coche deportivo, ¿con que dinero se compro ese coche?, ¿Qué hacia el aquí?, decidí no arriesgarme a que me viera y cambie la dirección de mis pies, técnicamente corri hacia la salida trasera pero algo me paro
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Maybe, Maybe not
RomanceCuando sus verdes ojos la miraban ella no sabía qué hacer o que sentir, era confuso y molesto, trataba y trataba pero luchar contra el corazón le resultaba imposible, molesto y cansado y el no era de nadie, nadie había robado su corazón, nunca había...