Capítulo 7.

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| Narra Rai |

Me desperté por el sonido de la puerta, la cual estaba siendo aporreada con fuerza.

¿Quién es? - Dije con la voz ronca todavía consumida por el sueño.

Tomate tú tiempo, son las cuatro de la mañana. -Dijo la otra voz de detrás de la puerta.

¿Qué? - Miré mi despertador el cual estaba en mi mesita, tenía razón. - ¿Enserio hace falta que salga?

Sí.

Yo solo me levanté perezosamente de la cama. Las sábanas aún seguían calientes. Me puse unos pantalones largos, una sudadera y unos tenis. Abrí la puerta con cuidado.

¿Qué pasa? - Le dije a Fred.

No podía dormir. - Me dijo con una sonrisa.

¿Qué quieres hacer entonces? - Le dije sin nada que hacer.

Ya lo sabes tú... - Dijo mientras me ponía las manos sobre mis caderas.

¿A si? - Dije arqueando una de mis cejas.

Mmm... no, en verdad no. Ven. - Me agarra de la mano y me lleva a un pequeño patio con el techo cristalizado del hospital.

Bonita noche. - Digo mientras miro el techo cristalizado. La luna estaba encima de nosotros, por lo cual era nuestra única iluminación.

Fred aparto unas cajas que había allí puestas y sacó un skate un poco usado.

- Esto me recuerda a los días que salíamos por la noche a patinar, y no nos teníamos que preocupar por lo zombies.- Puso el skate en el suelo, se subió y luego me pidió que subiera con él.

Me puse espaldas hacia él, me tomó de la cintura y recorrimos todo el patio. En esos momentos todo eran risas y diversión.

Hasta que una sombra salió de la puerta que daba al hospital, venía hacia nosotros con paso lento.

Fred saca una linterna que tenía y apunta hacia la sombra. Un zombie.

Saco el cuchillo que siempre llevo, me aproximo hacia el zombie y le planto el cuchillo en el cráneo cayendo este al suelo.

¿De dónde a podido salir?

Podría ser unos de los zombies de la parte baja del hospital.

Supongo que sí.

Nos quedamos en silencio unos instantes hasta que un chillido nos alerta. Entramos al hospital y una chica de unos dieciocho años tenía un zombie encima, me aproximo a ella, tiro el zombie hacia atrás y le clavo el cuchillo encima.

¿Estás bien?¿Te han mordido? - Le dije a la chica mientras le ayudaba a levantarse.

Ella solo miró al suelo con la mirada perdida. Miré uno de sus hombros el cual estaba lleno de sangre, le aparto la ropa y sí, estaba mordida.

No quiero morir... - Dijo ella a punto de llorar.

Lo sentimos. - Dije mientras le daba un abrazo para consolarla.

Estuvimos hablando con ella un rato.

Cuando nos dimos cuenta ya eran las siete de la mañana y el sol ya estaba comenzando a salir. Miré a Fred el cual estaba demasiado cansado.

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