| Narra Rai |
Me desperté por el sonido de la puerta, la cual estaba siendo aporreada con fuerza.
— ¿Quién es? - Dije con la voz ronca todavía consumida por el sueño.
— Tomate tú tiempo, son las cuatro de la mañana. -Dijo la otra voz de detrás de la puerta.
— ¿Qué? - Miré mi despertador el cual estaba en mi mesita, tenía razón. - ¿Enserio hace falta que salga?
— Sí.
Yo solo me levanté perezosamente de la cama. Las sábanas aún seguían calientes. Me puse unos pantalones largos, una sudadera y unos tenis. Abrí la puerta con cuidado.
— ¿Qué pasa? - Le dije a Fred.
— No podía dormir. - Me dijo con una sonrisa.
— ¿Qué quieres hacer entonces? - Le dije sin nada que hacer.
— Ya lo sabes tú... - Dijo mientras me ponía las manos sobre mis caderas.
— ¿A si? - Dije arqueando una de mis cejas.
— Mmm... no, en verdad no. Ven. - Me agarra de la mano y me lleva a un pequeño patio con el techo cristalizado del hospital.
— Bonita noche. - Digo mientras miro el techo cristalizado. La luna estaba encima de nosotros, por lo cual era nuestra única iluminación.
Fred aparto unas cajas que había allí puestas y sacó un skate un poco usado.
- Esto me recuerda a los días que salíamos por la noche a patinar, y no nos teníamos que preocupar por lo zombies.- Puso el skate en el suelo, se subió y luego me pidió que subiera con él.
Me puse espaldas hacia él, me tomó de la cintura y recorrimos todo el patio. En esos momentos todo eran risas y diversión.
Hasta que una sombra salió de la puerta que daba al hospital, venía hacia nosotros con paso lento.
Fred saca una linterna que tenía y apunta hacia la sombra. Un zombie.
Saco el cuchillo que siempre llevo, me aproximo hacia el zombie y le planto el cuchillo en el cráneo cayendo este al suelo.
— ¿De dónde a podido salir?
— Podría ser unos de los zombies de la parte baja del hospital.
— Supongo que sí.
Nos quedamos en silencio unos instantes hasta que un chillido nos alerta. Entramos al hospital y una chica de unos dieciocho años tenía un zombie encima, me aproximo a ella, tiro el zombie hacia atrás y le clavo el cuchillo encima.
— ¿Estás bien?¿Te han mordido? - Le dije a la chica mientras le ayudaba a levantarse.
Ella solo miró al suelo con la mirada perdida. Miré uno de sus hombros el cual estaba lleno de sangre, le aparto la ropa y sí, estaba mordida.
— No quiero morir... - Dijo ella a punto de llorar.
— Lo sentimos. - Dije mientras le daba un abrazo para consolarla.
Estuvimos hablando con ella un rato.
Cuando nos dimos cuenta ya eran las siete de la mañana y el sol ya estaba comenzando a salir. Miré a Fred el cual estaba demasiado cansado.
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Wonderland
מדע בדיוניEn el maravilloso país de Wonderland, los muertos arrasan sus calles, después de un terrible virus letal. Un pequeño grupo de amigos se unen para sobrevivir a ese infierno, necesitan salir de allí para pedir ayudar pero... ¿cómo lo harán? Varias...