Capítulo 3: Darse o no por vencida

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Nota importante: Como habrán notado, la historia se desarrolla en un tiempo más moderno, pero se supone que existen los dragones, aunque no los montan ni nada, son como animales salvajes y la gente no lidia con ellos o eso se supone ¬w¬ aunque los terrores terribles si son comunes en la ciudad (andan por ahí como si fueran aves) Bien, ahora que saben eso pueden continuar leyendo el fic.


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"¡No puede ser!" Con extremo cuidado se levantó de la cama para no despertar a su... ¿acompañante? No, no era posible, necesitaba saber que había pasado la noche anterior; del suelo de su cuarto agarró una blusa y un short que estaban tirados, se vistió, tomó su teléfono y se escabulló al baño.

Mientras tanto paseando por la ciudad se encontraba Rapunzel, ella y Eugene se daban un poco de tiempo solo para ellos lejos de los planes de boda de la madre de la rubia y de su amiga, la madre de Astrid, quién quería a Rapunzel como a otra hija y también se había llegado a ilusionar demasiado con su boda.

-La entiendo, pero de verdad me vuelve loca- Dijo ella entre risas

-Te casarás conmigo, es normal que se emocioné por tenerme como yerno-

Rapunzel rió ante dicho comentario -Si, seguro es por eso-

Continuaron caminando y bromeando por un rato hasta que fueron interrumpidos por el sonido de un celular.

-¿Astrid?-

-Rapunzel necesito que me digas ¿qué pasó ayer en la noche?- La voz de Astrid estaba algo alterada.

-Bebiste mucho, dijiste muchas tonterías y cuando quise llevarte a tu casa me escupiste-

-¡Uy! Perdón por eso- Se sentía avergonzada por todo -¿De casualidad sabes cómo es que llegue a mi casa?-

-Un chico se ofreció a llevarte, al parecer lo conocías muy bien así que te deje con él, ¿Por qué?-

-Creo que dormí con él- Susurró

Sin que Astrid lo notará Patán ya había despertado, se levantó y se vistió mientras la rubia seguía escondida en el baño.

-¿Que dijiste?- Rapunzel no alcanzó a oír lo que su amiga había dicho.

-¡Creo que dormí con él!- Alzó la voz un poco para evitar que Patán la escuchara.

-Oh pues... ¡Felicidades! ¡Es tu futuro esposo!- Volteó a donde se encontraba su novio en ese momento -Eugene escucha, Astrid se va a casar- Le dijo sonriendo.

-Bien por ella- El castaño le respondió sin tener idea de lo que pasaba realmente.

-No es gracioso Rapunzel- Le reclamó Astrid.

-No, pero dijiste que el siguiente sería tu esposo-

-Sí, pero no puede ser él-

-Vamos no puede ser tan malo, incluso podría ser una buena historia para sus hijos-

-Pues...- Se asomó a ver a su invitado, terminaba de arreglar su camisa, Astrid recordó entonces lo vanidoso, lo mujeriego y lo creído que era -¡El no será mi esposo!- Cortó la conversación y colgó el teléfono.

Salió del cuarto y rápidamente se dirigió a la sala.

-Bien, piensa bien lo que le dirás- Se decía a si misma mientras daba vueltas casi por todo el lugar como león enjaulado.

Contando a mis exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora