Capítulo 12: Llamando al doctor del amor.

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Otra noche pasó, la rubia perdía cada vez más las esperanzas de encontrar al hombre perfecto; ninguna cita le había salido como lo esperaba.

-Aun así podría ser peor- Se dijo así misma –Si Hipo no me estuviera ayudando estaría como loca buscándolos por mi propia cuenta- Dijo soltando una pequeña risa.

La tarde siguiente ella se encontraba tranquila modelando su nueva escultura, cuando se escuchó la puerta.

-Ya voy- Dijo al momento en que se levantaba de su silla para ir a abrir.

-¿Qué tal Milady?- Comentó un chico castaño apenas Astrid abrió la puerta.

-¡Hipo! ¿Qué haces aquí?- Saludo alegremente la rubia dejándolo pasar.

-Pues vivo enfrente, así que ¿Por qué no visitar a mi vecina favorita?-

-¡Ay no! ¿Ya te cogiste a otra chica?-

-¿Qué? ¡No! Bueno- Pensó un par de segundos –No, no lo hice-

-Bien, si no veniste a ocultarte de alguien ¿Qué te trae por aquí?-

-Te traigo noticias- Comentó.

-¿Qué sucede?-

-Encontré a dos de tus hombres-

-¿De verdad? ¿A quiénes?-

-El primero es Wasabi-

-¡Genial! ¿Dónde vive?- Preguntó muy curiosa.

-En San Fransokyo-

-¡Olvídalo! ¿Quién es el otro?- Dijo en tono de desagrado.

-San Fransokyo no está muy lejos-

-Lo sé, pero no quiero salir de Berk, ¿Quién es el otro?-

-De acuerdo- respondió –Macguffin, tengo el número de donde trabaja-

-Muy bien, lo llamaré más tarde- Dijo algo decepcionada.

-¿Qué tienes?- Preguntó Hipo al notarlo.

-¿Aún no tienes nada de información sobre Hans?-

-No, aún nada- Al decir esto la rubia se entristeció un poco –Ten paciencia, en cuanto lo encuentre te lo diré- Comentó tratando de animarla.

-Gracias Hipo- Le dijo sonriendo.

-Pero no te quejes si llego a las 3 de la mañana para decírtelo- Bromeó.

-Tampoco exageres- Le respondió riendo.

-Bien, debo irme-

-¿Tan pronto?-

-Lo lamento debo ir a conseguir comida para Chimuelo-

-Claro, entiendo, nos vemos luego-

-Hasta pronto Milady- Se despidió el castaño haciendo una reverencia.

-Adiós Hipo- Le sonrió Astrid.

Cuando el castaño se había ido Astrid marcó el número que decía el papel que Hipo le había dejado, al parecer el joven trabajaba en una pequeña bodega verificando el inventario; afortunadamente no estaba muy ocupado y pudo contestar la llamada.

-¿Habla diga quién?-

-¿Mcguffin? Hola, soy Astrid ¿me recuerdas?-

-¡Astrid! Recordarte claro puedo-

-Ammm- La forma en que hablaba le parecía extraña, sin embargo no le dio importancia. -Ha pasado mucho desde que nos vimos y quería saber si ¿Te gustaría que nos reuniéramos hoy para charlar un poco?-

Contando a mis exDonde viven las historias. Descúbrelo ahora