21. Tiempo de rogar

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PDV de Daciana

Toda mi vida he pensado que tengo una suerte horrible. Yo pensaba que había sido enviada a vivir lejos porque el resto de la familia nos odiaba. Ocultaron el hecho de que mi padre Emil era el alfa del clan Lupu y, sobre todo, era el descendiente de la primera mujer alfa en la historia del clan. En otras palabras, soy la segunda y soy despreciada por Penelope Lupu, mi abuela ficticia.

Fui traída a esta mansión hace cuatro años atrás luego de la repentina desaparición de mi padre. Penelope se sentía triste y quizo cuidar de mi. Fue entonces cuando conocí a Silviu, el chico lobo del clan Bucur quien siempre me ha hecho compañía. Más tarde conocí a Sorin, el vampiro que tuve por vecino y quien hizo una apuesta estúpida con Silviu para ver quién me hacía su propiedad primero. Descubrimos muchos secretos oscuros juntos y no nos hemos alejado los unos de los otros, no importa si estábamos de buenas o de malas ,desde que huimos de la mansión. Ahora estoy aquí sin poder alcanzar el barrote de hierro que está frente a mi. Siento que mi vida ha sido inservible desde un principio.

Reconozco a Sam, quien me mira tristemente desde otra celda. Si él está aquí, entonces ya Penelope no le encuentra utilidad. Ella cree que somos sus juguetes, y cuando se cansa de nostros, encuentra mil maneras de deshacerse de nostoros cueste lo que cueste. Es una lástima que mi madre Gretchen no esté en Transilvania...Quería abrazarla y preguntarle cómo ha estado todos estos años, ya que sus visitas estaban prohibidas.

Veo a una mujer en una esquina dentro de la celda de Sam y la puedo oír susurrando el nombre de Silviu. Debe ser su madre...Trato de sonreír, pero se me hace muy difícil. Me comienza a consumir la culpa...Soy una mera mortal que siente y sufre. ¿Cómo pude regresar sola?
Penelope se encuentra frente a mi y, lo más probable, debe estar viéndome como basura. Me tiran frente a ella. Quisiera escupirle los ojos y lograr que enfurezca tanto que le den ganas de golpearse la cabeza contra las paredes o algo así para reírme.

Haciéndola Mi Propiedad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora