Azares Del Destino

Capítulo 7- Séptimo Orangutan

-¡¡JODER!!- fue lo único que salió de mi linda boca después de voltear.
-Hay que linda, a todos nos gusta que se asusten cuando nos ven- me dijo Iker sarcástico.
-No es eso es solo que no esperaba verte - conteste sinceramente. Levantó la ceja, como preguntando porque- Mmm pensé que te habías ido del país hace años.
- Si pero decidí regresar, ya extrañaba a mi familia y mi casa- dijo haciendo esa rara costumbre de tocar su cabello cuando estaba nervioso.

Di la media vuelta hacia la puerta por donde entramos a la terraza. Intente abrir pero oh sorpresa cerrada ¡¡Mierda!!. Ahora estaba encerrada con alguien que no veía hace mucho tiempo y peor que nuestra relación la última vez que nos vimos no era  buena. Deje caer la frente sobre el metal frío de la puerta, necesitamos salir de ahí si no después yo iba a decir todo aquello que me quede guardado la vez pasada y eso no nos conviene a ninguno, porque conociéndonos vamos a sacar cualquier excusa para discutir hasta la muerte o hasta matarnos el uno al otro lo que ocurra primero.

-¿Qué ocurre?- preguntó desconfiado Iker- no estas llorando ¿Cierto?

-No- conteste mientras rodaba mis ojos- solo no abre la puerta

-Yami dime que estas jodiendo- dijo con voz cautelosa, hace bastante tiempo que alguien no me decía Yami, solo el y nuestros amigos me decían así

-No estoy jodiendo- Conteste aun con la frente en la puerta. Mientras el soltaba maldiciones y caminaba en círculos por que escuchaba se me ocurrió una idea maravillosa

-¿Tienes tu teléfono?- Grite algo emocionada, yo no tenía el teléfono conmigo lo tenían las chicas con ellas ya que les encanta traerlo como si fuera su cámara.

-Ummmmm... no- Volví a gritar pero ahora de frustración.

Gracias al cielo en el pequeño jardín había una banca y una mesita, lo malo era que ya empezaba a hacer frío por obvias razones de la hora que era.Me sente e Iker cauteloso se sentó a mi lado lo único que se escuchaba era la música en un volumen muy bajo y nuestras respiraciones. se podía palpar la capa de incomodidad de parte de ambos. Cuando voltee a verlo el me miraba fijo con una expresión rara en su rostro, como si me estuviera analizando completita.

-¿Que pasa?- le pregunté

-Nada, solo que hace años que no te veía- Suspiro- y no planeaba hacer ya.

Su respuesta me cayó como un balde de agua fría. A pesar de que ya hace años me había acostumbrado a esa idea, escucharlo decirlo fue un poco doloroso. El silencio se torno muy incómodo, al menos para mi.

-ohh- fue lo único que logró salir de mi boca

Justo en el momento que él iba a hablar, vi su mano la verdad se veía mas fea que la de Caleb cuando terminaba de pelar. No escuche lo que dijo solo tome su mano y la analice. Cuando levanté la vista, nuestra miradas se cruzaron. Y de nuevo me perdí, como no lo hacía hace años, en una mirada tan oscura y penetrante.

-Tu mano ha de doler mucho- asegure, en cuanto pude reaccionar.

- No, casi no molesta- respondió él mientras cerraba el puño.

El sonido de la puerta abriéndose nos hizo voltear.