18. Recuerdos

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Me duele toda la maldita cabeza.

¡Quiero morir!

Abrí los ojos y lo primero que vi fue el techo de la habitación.

¿Cómo diablos llegué a la habitación?

Recuerdos de la noche pasada empezaron a hacerse presentes en mi cabeza.

Alek diciéndome que dejara de ser aburrida.

Yo queriendo probar lo contrario y terminando bebiendo más de la cuenta.

Y Mason... Mason.

¡Oh mierda!

¡Mierda, Mierda, Mierda!

¡Lo besé! ¡Lo besé, carajo!

Esto no me podía estar pasando, tenía que ser una maldita pesadilla.

Cerraré los ojos y luego despertaré en mi habitación de cuartel con la maleta lista para salir de viaje. Sí, eso haré.

Cerré los ojos y los volví a abrir. Todo seguía igual.

Vamos Alexandra, piensa.

Ugh, estoy hablando como mi madre.

—¿Estás despierta?.—su voz me sobresaltó

No me había movido de mi posición hasta el momento, así que me levanté lo más lento que pude.

¿Y ahora que demonios hago?

—Hola.—lo saludé tratando de soñar tranquila.

—¿Cómo lo pasaste anoche?.—intentaba ocultar su sonrisa

—Bien...aunque posiblemente vomité todo el alcohol que bebí.—traté de reirme un poco y eso envió un punzada de dolor a mi cabeza.

Okay. Mala idea.

—No vomitaste. Tomaste mucho y te traje hasta aquí.—se levantó del sillón y caminó hasta sentarse al pie de la cama.

—Gracias.

Me levanté para evitar que esta charla continuara y caminé hasta el armario.

—¿Qué es lo último que recuerdas?

—Mmm.—fingí pensar.—aunque él no me veía ya que le estaba dando la espalda.—A Alek diciéndome que era una aburrida y unos cuantos chupitos de tequila. Creo que no tengo muy buena resistencia al alcohol.—tomé una blusa de tirantes blanca, una camiseta de cuadros y unos pantalones negros.

—tomé una blusa de tirantes blanca, una camiseta de cuadros y unos pantalones negros

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—¿No recuerdas nada más?.—se había acercado a mi

Iba a responder, pero entonces sentí que todo lo que bebí regresaba a mi boca y corrí al baño.

Levanté la tapa de sanitario justo a tiempo. Mason se agachó a mi lado y me sostuvo el cabello hasta que terminé de vomitar.

Esto ya no podía ser más vergonzoso.

Cazadora de brujasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora