Querido Extraño {TERMINADA ✔}

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Antes de empezar a leer quiero agradecer la paciencia que me tuvieron y esperaron a que terminara el cap 20 para ofrecerles un maratón.

El video escuchenlo/mirenlo cuando terminen de leer el cap así entienden bien de que canción habla y como es 

Espero que lo disfruten ♥

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 Después de esa carta no tuve respuesta de Jared. No sé si porque se enojó o porque está ocupado o porque está mal por cortar con Rachel.

 Aún con Jared en mi cabeza nos dirigíamos con mi grupo de amigos de Julliard al Central Park con nuestros instrumentos, tuvimos la loca idea de mostrarles a todos lo que pasaran por el parque lo que somos capaces de hacer.

 Así que empezamos a tocar "American Idiot" con nuestros violín, chelo, guitarra y saxo. La gente nos miraba raro pero nos importaba muy poco lo que pensaran, nosotros somos artistas.

 Después de terminar la canción, muchos nos aplaudían y nos tiraban plata en el estuche del chelo de Sam. Nos empezamos a reír como locos y Taylor empezó a tocar la guitarra como un dios una canción de Led Zeppelin, "Stairway to heaven", la gente se volvió loca, capaz que ellos pensaban que íbamos a tocar música clásica, pero nuestros gusto distan bastante de lo que creían.

 Cuando el peliazul terminó empecé a tocar yo una de mis canciones favoritas, "De música ligera", que es de una banda de mi país, Soda Stereo. Estaba muy entretenida tocando y mirando a la gente cuando me di cuenta que había un chico sacando fotos y mirándonos muy concentrado.

 Lo seguí con la mirada todo el tiempo y cuando terminé de tocar le dejé el espacio a Cameron y caminé hacia el chico, ¿será algún fotógrafo del diario? ¿Algún turista? No sé, la duda me la iba a sacar.

- Disculpá, te vi que nos estabas sacando fotos, ¿sos turista? -le pregunté al chico-.

- No, soy de aquí

- ¿Y qué vas a hacer con las fotos?

- Soy fotógrafo, estoy intentando hacer una muestra

- Qué genial -le sonreí-.

- Gracias -le sonreí otra vez y empecé a caminar hacia donde estaban mis amigos-. No soy rubio, Valentina

 Me quedé estancada en mi lugar. Muy lentamente me di vuelta  para volver a verlo a la cara y él se sacó los lentes que llevaba puesto.

- Jodeme que sos Jared -le dije sorprendida-.

- En carne y hueso

 Digamos que no caí por un rato que era él, mirándolo fijamente y casi sin respirar, pero después grité como una loca desquiciada y me tiré encima de él. Era Jared, por el amor de Jebús.

 Después de haberlo abrazado como un millón de veces, le agarré la mano para ir con mis amigos que saludaban a la gente y guardaban los instrumentos en sus respectivos estuches.

- ¿Qué hacemos con el dinero? -preguntó Sam contándolo-. No quiero presumir que somos buenos pero recaudamos cien dólares

- Es mucho dinero -dijo Jared-.

- ¿Y si lo donamos? -les pregunté a los chicos mientras guardo mi violín-.

- ¿Dónde? -preguntó Taylor-.

- Algún orfanato, ellos lo necesitan más que nosotros

- Es una buena idea, pero podríamos juntar más dinero, no podemos llevarles solo cien dólares -dijo Sam-.

 Me despedí de los chicos y con Jared nos fuimos a un bar a comer algo, ahí me contó porqué no contestó mi carta.

 Al parecer vio la revista que le había dicho y se lo echó en cara a Rachel, la muy zorra le dijo que todo ese tiempo había sido un cornudo y que lo usó para poder ser una famosa y reconocida modelo (sep, soy una puta bruja).

- Así que la eché del departamento y ella salió como toda una diva -comentó Jared-.

- Es una pelotuda, no te merecía -le contesté mientras masticaba mi hamburguesa-.

- Es raro esto

- ¿Qué cosa? -lo miré y dije con la boca llena-.

- Primero ver a una chica comer otra cosa que no sea algo saludable y segundo, esto -nos señaló y yo lo miré sin entender-. Nosotros acá, comiendo juntos después de un año enviándonos cartas

- ¡Ah! -me reí-. Si, es raro, pero te dije, si el destino quiere que nos conozcamos en persona va a pasar...

- Y pasó -completó él mi frase-.

 Terminamos de comer, nos peleamos por pagar (terminamos pagando la mitad cada uno) y fuimos a visitar a tía Amethyst. En el camino le comenté cómo la conocí, que se conocía con mi abuela y que me terminó adoptando como una sobrina. La tía nos abrió la puerta enojada por no haberla ido a buscar para comer hamburguesas y nos obligó a cenar con ella un plato de fideos con salsa, por supuesto que aceptamos muy gustosos.