Kaneki sintió que todo lo que pasaba a su alrededor fue muy lento y tortuoso, parecía tan irreal y lejano hace unos meses, que le fue casi imposible procesar la situación en ese rato. La CCG los habían descubierto, sabían que los empleados de la cafetería eran Ghouls, nunca le pasó por la cabeza que esto sucedería así de rápido, así de desastroso y exagerado. Kaneki se limitó a ver como su segunda oportunidad de vivir se desmoronaba ante sus ojos.
¿Abría tercera oportunidad? Suponía que no. Había podido ver que la vida solo daba segundas oportunidades, no se suponía que existieran más. Debía fabricar una si quería seguir teniendo una vida normal, pero sabía que luego de esto nunca más sería como antes.
La CCG había apostado en grande al atacar la cafeteria repleta de clientes, ellos no sabían si eran humanos o no, se arriesgaron y los empleados de Anteiku les habían dado lo que querían; mostraron sus ojos oscuros, mostraron su verdadera naturaleza solo para poder defenderse.
Y todo esto por tratar de buscar a una niña indefensa, que no tenía la culpa de lo que era. Hinami no había pedido nacer así, nadie de los ghouls lo había hecho realmente. Ni los que habían nacido naturalmente, ni los que eran como Kaneki; mitad humano, mitad ghoul. Nadie.
La pelea en la cafetería era reñida, dura y cruda, llena de sangre y sin sentimientos, todos se limitaban a no parar de atacar a su oponente, ambos lados tenían como fin acabar con su enemigo, estrujarlo hasta el último aliento para asegurar la victoria.
Los que peleaban del lado de los Ghouls era un grupo muy reducido aún, los refuerzos seguramente tardarían un poco en llegar, esos ghouls marginados vivían en la orilla de la ciudad, ocultos y apartados totalmente de los humanos. Y pese a todo, Kaneki se las había arreglado para escabullirse y no pelear por el momento, Touka le había dejado en claro que no lo obligaría, que entendía su lucha interna incluso si el pobre tenía igualmente ganas de pelear.
Creía que lo mejor era tratar de evitar aquello hasta que fuera inevitable, Kaneki debía entrenar primeramente para tener que trabajar en su confianza y a perder el miedo a su propia fuerza sobrehumana.
Touka le dijo que se fuera en busca de Hinami, que la escondiera hasta que eso se calmara o alguno de los bandos se rindiera; Kaneki le había dedicado una mirada dudosa, nerviosa; no quería dejarla ni ella ni a sus demás compañeros, pero se vio tranquilo cuando los refuerzos le indicaron su llegada. Eso fue lo único que logró finalmente irse sin sentirse mal.
El hermano de Touka, Ayato, había llegado junto a su pandilla.
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Hide aún mantenía aquella niña agobiada entre sus brazos, sin hacer amago de soltarla; ella estaba sensible y sin ánimos de nada, sentía la culpa apretando su pecho, la carga emocional que llevaba ese momento no era propio para una niña de su edad, pero realmente nunca actuó como alguien de su edad. Tuvo que obligar a su mente a madurar luego de la muerte de sus padres, las únicas personas que más amaba en el mundo.
De no ser por todos los que trabajaban en Anteiku, seguramente sería la misma niña asustadiza, tratando de vivir con la ausencia de sus padres en soledad, encerandose a sí misma.
Apoyada en el pecho de Hide, sientiendo todo su calor fraternal; su diminuto teléfono comenzó a sonar, un nuevo mensaje le había llegado. Aquello le había sacado una ligera sonrisa, el remitente del mensaje la había puesto feliz luego de su momento de tristeza y agobio.
"Todo va a estar bien. Te buscaré y junto a Hide te voy a proteger, nunca más estarás sola"
Sin pensarlo mucho, Kaneki se había vuelto como su hermano mayor. Y estaba contenta por ello.
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21/11/19

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¿Me Amas?
FanfictionLa historia se centra poco después de que "el gourmet" secuestrara a Kaneki. Por lo qué Hide no sabe nada, pero poco a poco va descubriendo el secreto de todos los empleados de la cafetería Anteiku. Descubriendo a la ves, qué comienza a sentir cosas...