Capitulo siete.

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—¿Que es lo que le gusta a Harry? —mire por la ventanilla— por favor dime que sabes.  

Se escuchaban los automóviles andar y su aliento chocar por el auricular— Es algo complicado, pero las donas de frutilla son sus favoritas con un buen capuccino.  

—Bien, gracias realmente lo apreció—corté la llamada.  

Mire a George como aparcaba en la entrada de lo que seria el nuevo recinto donde estudiaría, me despedí de el para colgar el morral en mi hombro. Me sentía bastante rara con falda, una blusa metida dentro de esta, corbata y un blazer negro justo hasta mis muñecas con el signo de la escuela.  

Camine por el largo pasillo donde los estudiantes observaban a los nuevos como yo, me paré frente a la puerta de la secretaría.  

—Perdón, venía por mi horario y las llaves de mi casillero—me dirigí hacia la mujer con una computadora delante de ella.  

—Nombre— pidió tosca.  

—Nessa Verne— la mujer me miro con reproche— ¿Qué? ese es mi nombre.  

—Ten tu horario y tu primera clase esta en el tercer piso, busca el número 122. No llegues tarde.  

Salí de ahí para dirigirme hacia las escaleras, varias personas seguían mirándome en cuanto subía sujete mi falda en la parte trasera casi corriendo para llegar al tercer piso. Al casi llegar a uno de los descansos del tercer piso mi hoja cayó, maldiciendo a todo me di la vuelta para cogerla pero un chica la tenía en su mano. Con una sonrisa hablo.  

—Creo que tenemos la misma clase— acercó la hoja a mi mano— Nessa. 

—Suena escalofríante cuando dices de ese tono mi nombre —traté de bromear.  

—Eres nueva —eso sonó más a una respuesta que una pregunta. Asentí— te mostrare el camino a las próximas dos horas en el infierno.  

Caminos por los pasillos y aquel chico rubio de ojos azules— como no— rodee los ojos, se detenía para saludar a hombres que supongo que eran jugadores del recinto por sus chaquetas. Mujeres me miraban con asco y fastidio solo ignore sus miradas y seguí caminando junto al chico. Entramos y me senté al final de una de las filas desocupadas.  

—Soy Jude y fue un placer traerte aquí —apoyo ambas manos en mi pupitre— aunque no dudo en llevarte a otro lado.  

—Conmigo no resultara Casanovas, quizás aquellas tipas que son porristas te resulte— le guiñe— aunque aprecio que seas tan amable.  

—Vete de aquí Jude y deja de joder la vida de las nuevas chicas—hablo una femenina voz atrás de Jude.  

El chico rodó sus ojos para salir de mi puesta y dejar ver a una chica que todos catalogarían como "rockera" su oscuro cabello hasta los hombros junto a un corto flequillo, lentes con diseño de leopardo cuadrados y su atuendo un poco más chic que el de los demás. Cruzó sus piernas sentándose en el pupitre de alado. Sonrío en mi dirección.  

—Veo que ya conociste a Jude, prepárate para ser asechada cada uno de los días por aquel pobre diablo.  

... 

Matemáticas había sido un asco y las cuatro horas que la seguían también, Hellen había resultado ser una chica tan carismática y facíl de congeniar que terminamos almorzando juntas en el gran patio del colegio, solo quedaban dos horas para terminar todo esto he ir a casa.  

—Y ahí viene el perro con el rabo entre las piernas— murmuro Hellen. Gire el rostro y venía hacia acá Jude— no se dará por vencido hasta tenerte montando su polla tan pequeña.  

Burn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora