Capítulo doce.

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Último capítulo

Al abrir la puerta me encontré con tres chicas sonrientes cayendo encima mío, sentir sus risas demasiado altas al igual que sus pellizcos en mi piel me hicieron sentir en casa.

—Estas tan grande desde la última vez —Val paso un brazo por mi cuello, dejando besos en mi mejilla.

—Como las extrañe chicas—dije, una risa salió.

Todavía estábamos las cuatro tiradas en el piso de cerámica abrazándonos mutuamente disfrutando del silencio en nuestra compañía. Roman aclaró su garganta demasiado dramática, nos comenzamos a poner de pie agarrando sus manos subímos las escaleras para llegar a mi habitación.

—Hoy conoceremos al ardiente padre de Nessa, quizás me escabulla en la noche a su habitación— hablo Nick— así que si no estoy cuando despierten no se preocupen por mi que estaré en los brazos del Ruiseñor.

Anudando más la bata me senté frente al espejo teniendo una estúpida sonrisa que sabía que nadie me podría quitar, ni hasta Harry.

Val comenzó a dejar caer mi cabello hacia un lado dejando descubierto todo un hombro siendo sostenido por la parte de atrás por horquidias, los rizos calientes caían por mi hombro dejando un rastro cálido en el. Las chicas comenzarón a ver el ropero con suma emoción.

—No creas que no me di cuenta de lo de tu espalda —susurro Val. La mire seria por el espejo mientras ella seguía dejando los rizos calientes caer— y no me mires así, debes tapar tu espalda o todos se horrizarán ¿No queremos preguntas, verdad?

—No le digas a nadie.

—¿Tan mala amiga soy?

Paso más de una hora cuando Rosa entró con un vestido entre negro y rojo vino llevando un encintado bajo el escote llevando así al final un poco de bordado en rojo oscuro, en sus manos traía unos zapatos negros realmente hermoso. No me sorprendía si Harry hubiera querido comprarme con algo de ropa, un poco barato viniendo de su parte.

—El traje junto al calzado se lo obsequia Pat.

Hizo entrega de lo nombrado dejándolo estirado en la cama junto a las chicas con sus rostros asombrados, se despidió con una sonrisa dejándonos solas en la habitación. Ellas comenzarón hacer varias preguntas sobre quien era Pat mientras mi cara hervía de vergüenza por el lindo regalo que había recibido.

—¿Te acostaste con el? —las chicas se quedarón viendo mi rostro expectantes por mi respuesta. Solo pude asentir para luego comenzar a reír entre todas.

...

Al bajar por la escalera mi cara fue toda una sorpresa al ver varia gente mayor reunida tomando de sus copas sin importarles mi presencia, esto parecía más un buffet de empresarios que un cumpleaños. Al bajar un chico me ofrecío una copa la cual no rechace ya que me encontraba en estado aturdida por toda esta gente. Mis amigas estaban en un rincón coqueteando con uno de los sirvientes contratados, todo esto era obra de Harry.

—¿Te gusta?

Di la vuelta para encontrarme con esos ojos verdes penetrando todo mi ser, quise gritar en su rostro que no me gustaba también golpearlo por atreverse a traer gente de su compañía o socios a una fecha importante para mi. Quise todo eso, pero la parte cobarde de mi no pudo.

—Esto es.. lindo.

—Ven para mostrarte algo—Tomando otra copa de un sorbo seguí a Harry hasta su despacho en silencio, nunca sabía lo que podía pasar al estar solos. Recordar como sus labios me habían besado bajo la lluvia era raro pero a la vez lo sentía tan cerca como lejos. Al entrar abrió un cajón para sacar un cofre de plata dejando que yo lo abriera. Observe con maravilla su interior.

Burn.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora