Karushuu Week II

Fireworks

—Me quiero ir.— Dijo Karma con fastidio.

—No podemos.— Le respondió Nakamura.

—Pero me quiero ir.— Volvió a decir el otro enfurruñado.

—Te digo que no podemos.

—Me aburro.

—Te aguantas.

—Me aburro.

—Cállate ya o te meto la chancla en la boca.— Acabó diciendo la rubia con enfado.

Karma cruzó los brazos y le miró con un mohín, conteniéndose las ganas de contestarle y frunciendo el ceño como un niño pequeño. Los demás que estaban allí le miraron con una sonrisa nerviosa.

Bueno, normal que estuviera un poco aburrido. Todos lo estaban.

Para estar en un festival de verano, todos vestidos con yukatas y kimonos, comiendo y disfrutando del ambiente festivo, se las habían arreglado para aburrirse en aquel recinto lleno de puestos, comida, gente y algo que cualquiera disfrutaría.

No es como si no quisieran divertirse, es que no podían hacerlo si a Korosensei parecía darle un ataque cada vez que se alejaban un mínimo de él.

Habían quedado en ver los fuegos artificiales con su profesor, algo que en sus mentes se veía como una escena bonita y acogedora en la que todos disfrutarían. Pero al parecer el pobre bicho se desesperaba a la mínima y se estresaba aún más al abrir más de treinta puestos de comida en el festival, por lo que después de dejarles campar a sus anchas, acabó rogándoles que le esperaran para ver los fuegos en unos bancos de una de las calles del festival, con su decoración, sus farolillos y su ambiente tranquilo.

Y allí estaban. Esperándole en aquellos bancos, cansados, aburridos y con ganas de irse a casa. Algunos lo habían intentado, pero sabían que era mejor quedarse si no querían tener a su profesor llorándole al lado durante semanas. Por lo que lo dejaron estar.

Claro que Karma y su impaciencia no podía aceptar eso fácilmente.

—Me aburro.— Volvió a decir.

Nakamura le miró con una especie de ansia asesina y levantó la pierna para quitarse el zapato y metérselo en la boca. Tuvo suerte de que Kayano interviniera.

—Karma, Korosensei vendrá en cualquier momento.— Dijo intentando convencerle.— Solo un rato más e iremos todos juntos a ver los fuegos artificiales.

—No me convencen tanto los fuegos artificiales.— Murmuró el pelirrojo con mal humor.— Hacen mucho ruido y la gente te empuja para verlos.

—Bueno, son bonitos. Es normal que hagan eso.— Dijo Nakamura un poco más calmada.— Y no te puedes ir ahora, así que te...

—Me aguanto. Vale.— Completó Karma su frase resoplando con fastidio.

La había escuchado demasiadas veces esa noche, tanto que decidió no volver a abrir la boca para no tener que escucharlo de nuevo. Necesitaba algo con lo distraerse, algo con lo que entretener su mente, divertirse, emocionarse. Algo más a parte de chantajear a los dueños de los puestos con hundirle el negocio. Algo cómo...

—¡Asano! ¿Qué tal?— Se escuchó la voz de Isogai a unos pocos metros de ellos.

Algo cómo eso, por ejemplo.

Girando la cabeza, todos pudieron ver como Isogai se acercaba con una sonrisa amable y considerada al presidente del consejo estudiantil. Este estaba acompañado de su amigo Ren y al parecer se habían estado paseando por el festival con sus yukatas, llamando la atención de cualquier fan suya que estuviera por allí, quejándose del calor que hacía y sin nada mejor que hacer.