Pocky game

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—¿Qué es eso?— Preguntó Gakushuu con molestia mientras le miraba con el ceño fruncido.

Karma le sonrió, agarró con más fuerza el pequeño paquete que sostenía y lo agitó para que lo viera mejor mientras se acomodaba en su asiento.

—Una caja de pockys.— Respondió con naturalidad.— ¿Quieres uno?

Gakushuu le miró con los ojos entornados y luego negó con un movimiento de cabeza. De forma desinteresada, ignoró por completo su presencia, para bajar la mirada y prestar atención a los documentos de su mesa. Karma solo se quejó y le miró con aburrimiento desde el sofá.

Pasar la tarde con Gakushuu dentro de la sala del consejo estudiantil, no era muy entretenido, la verdad.

En principio, Karma solo quería pasar tiempo con Asano, no le había dicho a nadie por qué a pesar de que todos se alarmaran y le preguntaran si había tomado alcohol o alguna sustancia sospechosa. Pero a pesar de su intento, el otro chico tenía papeleo que repasar e informes que hacer, por lo que no había tenido más remedio que aguantarse. Decidieron entre los dos (En verdad lo decidió Gakushuu) que si quería pasar la tarde con el chico, tendría que acabar sentado en el sofá mientras observaba al otro en su mesa trabajando, aburrido y con una simple caja a medio terminar de pockys en la mochila, sin saber qué hacer.

Y ahí estaba. Observándole.

Karma suspiró con pesadez e intentó acomodarse de nuevo en el sofá de aquella sala. El mueble era incómodo y viejo, pero deducía que ninguno de los miembros del consejo lo utilizaba. Miembros a los que precisamente estaba odiando con toda su alma por no hacer su trabajo y obligar a Gakushuu a hacerlo todo, causando que su intento de cita fracasara.

Intentando no pensar en las palabras "cita" o "fracaso", Karma miró al otro chico con atención y a la vez con nerviosismo.

"¿En qué estará pensando?"—Se preguntó con curiosidad.

No todos los días le tenía observándole desde un sofá. Sin embargo, Karma no iba a desaprovechar la oportunidad y acabó apreciando las facciones de su rostro, la forma en la que su pelo había quedado algo desaliñado tras trabajar todo el día, esa expresión de concentración en la que fruncía sus labios y cómo sus ojos brillaban de forma intensa, todo aquello que tanto le llamaba la atención de él.

Tras unos segundos de abstracción en los que examinó al otro chico con la mirada, Karma tuvo que golpearse a sí mismo mentalmente.

"No es tan guapo y no me atrae nada."— Pensó desesperado e intentando auto convencerse a sí mismo.

A pocos metros, Gakushuu suspiró con cansancio y llevó una de sus manos a su pelo, apartando su flequillo con lentitud para leer mejor y mordiendo su labio inferior mientras se concentraba. Luego apoyó el codo en la mesa y su cara en la mano, leyendo el documento con desgana. Toda esa imagen fue acompañada por la anaranjada iluminación del sol del atardecer y el leve viento que sacudía las cortinas.

"Vale, soy gay."— Admitió Karma con rapidez.

Gakushuu movió el brazo para alcanzar uno de los bolígrafos que estaban repartidos por la mesa, pero en su intento acabó tirando al suelo su goma de borrar, la cuál rebotó de forma graciosa. Suspirando con fastidio, el pelinaranja no dudó en echar la silla para atrás y agacharse un momento de lado para recoger la goma, haciendo que Karma tuviera una vista demasiado exacta de cierta parte de su anatomía.

"Dios mío, soy tan gay."— Volvió admitir alarmado sin poder apartar los ojos de su trasero.

De acuerdo, se rendía. Karma tenía que admitir que tal vez, sólo tal vez, ver trabajar a Gakushuu no era tan malo.

Karushuu Week IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora