CAPITULO TRES:

22 3 2
                                    

Andrew estaba extremadamente preocupado. Había dejado a sus padres solos, no sabia que es lo que había pasado y la aún extraña se limitaba a mirarlo. Aunque ya no era una completa extraña, evidentemente conocía a sus padres. Andrew intentó revivir los últimos momentos con el objetivo de tratar de entender lo que había ocurrido, pero por más que trataba no lograba entender.

-¿Estas bien Andrew? -El estaba tan absorto en sus pensamientos que no se percato de que estaba mirando a Anastasia.

-Si, es solo que...Bueno estoy preocupado.

-Ya lo creo, espero que tus padres estén bien, pero bueno...-dijo sacudiendo la cabeza -Creo que debería presentarme. Mi nombre es Anastasia y soy amiga de tus padres.

-¿Que ocurrió?- preguntó Andrew con tono nervioso.

-Bueno...Creo que yo no soy la persona indicada para decírtelo, Alastor te lo explicará todo.

Varias preguntas comenzaron a formarse en la cabeza de Andrew, pero estaba tan confundido que solo pudo formular una.

-Mencionaste a alguien antes de que nos desapareciéramos. ¿Quién era?.

-Sahuel. Si, pero eso también te lo explicará Alastor.

-¿Hay algo que me puedas explicar tu?

-Solo te diré que el mundo esta en grave peligro.

Andrew observo el lugar en el que se encontraba. Era un vestíbulo decorado con candelabros y las ventanas estaban cubiertas por cortinas de lo que parecía ser seda rojiza. La alfombra tenia varios círculos dibujados y las paredes estaban tapizadas con cuadros viejos.

-¿En donde estamos?- pregunto.

-En la casa de Seth, un mago muy conocido por haber descubierto el jugo de abazeno.

-¿Que? ¿Que es eso?

Anastasia lo miró sorprendida como si le hubieran preguntado algo obvio.

-¡El jugo de abazeno es la principal medicina de los magos!, ¡Puede sanar casi cualquier herida! ¿Como es que no sabias de ella? ¿Acaso tus padres no la usan?

-Ammm no que yo sepa- respondió.
El creía que nunca había oído sobre ese maravilloso jugo porque casi nunca había heridos en su casa.

-¡Vaya! Creo que Alastor tiene muchas cosas que explicarte. Necesitaras mucho conocimiento para lo que esta por venir.

Andrew se quedó pensando en ese comentario. Estuvo a punto de preguntar a que se refería con eso cuando dos puertas se abrieron detrás de ellos y una nube de humo color verde irrumpió en el lugar. La nube comenzó a rodearlos con gran rapidez. Andrew comenzó a sentirse mareado.

-¿Puedo saber que hace el en mi casa? -pregunto una profunda voz.

La nube se detuvo frente a ellos y se dispersó dejando ver a Seth. A Andrew le pareció un hombre un poco viejo y aterrador. Los ojos del recién llegado no paraban de mirarlo, y Andrew no tuvo más remedio que apartar la vista.

-Fue el único lugar que se me ocurrió. - La voz de Anastasia se había vuelto dura -Su hogar fue atacado por Losters y...

-¿Y no pudiste llevarlo a tu casa?- replico Seth.

-Esta rodeada de ellos, no puedo ni acercarme.

-Pues debiste llevarlo a otro lugar, aquí no esta seguro.

-Esta es una de las casas más seguras que hay en el planeta, no creo que ningún Loster pueda atravesar sus barreras y encantamientos.

-No estamos listos Anastasia, solo tenias que vigilarlo.

-¡Eso hice! ¡Su casa fue atacada! ¿Acaso no me escuchaste la primera vez? -Anastasia se veía frustrada. -¿O acaso no eras tu el que quería que Andrew hiciera el trabajo personalmente.

-¿Que trabajo?- Andrew caminó unos pasos para acercarse a Seth, pero retrocedió al instante ya que su persona le provocaba temor.

-Ya te dije que Alastor hablará contigo Andrew- Anastasia lo miró con una pizca de desesperación y este retrocedió un poco temiendo que Anastasia le lanzara un hechizo silenciador con un simple ademán.

-Alastor ya viene - Seth miró a Anastasia y después a Andrew, luego desapareció con la misma nube con la que había llegado, pero antes de que la nube desapareciera por completo unas palabras sonaron en el aire.

-Estamos perdidos.

-Vaya, que inspirador -Susurró Andrew.

-El no siempre fue así, debes entender eso.

De pronto un fuerte ¡POCK! sonó en cada rincón del recinto y Anastasia dio un gritó sorprendida por la repentina intrusión.

-¿Cual es su problema con caminar? ¿Acaso tienen que aparecerse así cada vez que estoy cerca?- aulló Anastasia.

-Lo siento querida, pero no puedes culpar a este viejo por querer divertirse un poco- La voz del hombre provenía de detrás de ellos y cuando Andrew se dio la vuelta, se sorprendió al ver al típico mago que aparece en las películas de Hollywood. Alto y vestido con una tunica gris, su barba blanca se mezclaba con el cabellos de mismo color que le llegaba hasta la espalda. Sus ojos azules se posaron en Andrew y dijo:

-Bienvenido a la aventura más peligrosa de toda tu vida.

El SupremoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora