¡¡NO PUEDE SER!!

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Cuando estaba por llegar a donde se encontraba mi amiga, escuche gritar al mayordomo y a un hombre con terno (parecía un espía o algo parecido), probablemente era el del traje gastado. 

Me empecé a preocupar.... ¿Se habrán dado cuenta de que les falta un documento? Aunque, pensándolo bien, acababa de salir de la biblioteca, no creo que se enterasen tan rápido. Entonces, si esa no era la razón por la cual se preocupaban tanto, ¿Por qué será?, de un momento a otro me empezaron a venir un montón de preguntas a la cabeza, ¿Por qué estaban preocupados?, ¿Tendrá algo que ver con esto?, ¿Encontraron a Robert Ofreik?, ¿Sabrían ellos algo sobre lo que estaba pasando? No me podía quedar con las dudas.

Entonces, decidí (con un poco de miedo a que me descubriesen) escuchar más de cerca su conversación. Pero no podía estar sola, si me oían estaría en graves problemas. Así que llamé en voz muy muy baja a Mari, para que fuera mi cómplice (por así decirlo). Sé que sería meterla en problemas y créanme que eso era lo que menos quería, problemas, pero para excusarse, estoy segura de que convence hasta a su padre.

Pero había un inconveniente...No podíamos acercarnos demasiado o sería muy obvio que los estábamos escuchando. Fue entonces que se le ocurrió traer sus herramientas(por si se lo preguntan, eran de ella y no se lo había robado a su padre). Tenía unos binoculares, lapicero-grabadora, y otra cosa extraña de la cual no recuerdo bien el nombre, pero nos hacía falta para escuchar de lejos la conversación. Su padre le regaló esos instrumentos para que practicara espionaje, pero, como era de esperarse, había hecho algunas modificaciones, por lo que solo  podía escuchar a 5 metros de distancia, lo que para mí era más que suficiente.

Nos dividimos tareas. Ella iba a usar lo binoculares para ver todo lo que pasaba en aquella escena, por otro lado, a mi me tocaba escuchar su conversación e intentar memorizar lo que decían. Por el momento, no usamos el lapicero, pero de todos modos Marice me lo regaló para que estuviese preparada para lo que tuviese que enfrentar después de salir de su casa- No habrán creído que me quedaría ahí, ¿cierto? Sé que para una chica de 14 años salir a muy altas horas de la noche (mejor dicho, en la madrugada) no es lo mejor del mundo, ni lo más seguro, pero era lo que tenía que hacer, no sé si mis padres están mal o si están con Robert Ofreik, pero lo que si sé es que haré lo imposible para saber que fue lo que pasó- entonces, ejecutamos nuestro plan (no tan bien armado).

No pasaron ni 5 minutos. El mayordomo y aquella silueta misteriosa, salieron por la puerta principal y se dirigían al patio, no podíamos seguirlos, de seguro se fueron de la propiedad y se dirigieron a un destino que desconocíamos. Pero, con lo poco que pudimos ver y escuchar llegamos a una historia un tanto confusa, ya que, Mari solo pudo ver un sobre amarillo, y lo único que escuche fue  HOSPITAL- AYER- MÁQUINA y... ¡NO PUEDE SER!

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