Noches de Universidad

Noche cerrada

No podía moverse, le presionaba contra la pared tan fuerte que sentia cada grieta y forma de aquel anguloso muro de piedra. Estaban solos y únicamente iluminados por las pequeñas velitas que descansaban sobre el altar.

   "No puedo creer que este haciendo esto" -Pensó Dianne.

Estaba tan nerviosa que no era capaz de mirarle a los ojos. Sólo de pensar en hacer algo así en un lugar como ese...

   -¿Qué ocurre bonita, es que acaso temes ir al infierno por esto? -Soltó él como si le hubiese leído la mente.

   -Supongo que iré de todos modos sólo por el hecho de hacerte caso. -Respondió en un suspiro apenas audible.

   -Bueno, entonces no hay ningún problema, ni nada que nos impida seguir preciosa. -Dianne se estremeció al escuchar esas palabras salir de la boca de aquel chico.

Estaba demasiado cerca, no podía ni respirar, el frío que sentía sobre su espalda a través de la fina blusa de encaje mezclado con aquel personaje que la aprisionaba le hacían verse como un pequeño ratoncillo en una caja sin aberturas. Tenía que hacer algo, pero no sabía qué. Cada vez se arrepentía más de haber hecho caso a sus amigas con el vestuario. ¡Ella no quería ir a la fiesta y menos tan provocativa! ¿Por qué siempre acababa cediendo a lo que Audrey o Carly le decían?

   "Definitivamente esta será la primera y última vez que hago algo así"

No tuvo que esperar demasiado, todo se volvió negro.