Pompones abajo

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   -Venga chicos concentración, la competición es dentro de una semana y aún tenemos que matizar detalles. No podemos quedar segundos otra vez. ¿Preparados? -la entrenadora estaba nerviosa, se le notaba en exceso y sus comentarios hacían que me temblasen las piernas cada vez que me elevaban en el aire.

   -¡¡¡¡¡Listos!!!! -gritamos todos a una.

Nos encontrábamos en uno de los pabellones de gimnasia ensayando para el Campeonato Estatal de Animadores. Era muy importante que ganásemos este año, durante los tres años que llevaba en la universidad el equipo siempre había quedado en buena posición pero era hora de quedar primeros y ser los mejores. Rubens University era una de las más prestigiosas universidades de Estados Unidos por su calidad académica y por sus excelentes resultados en todos los deportes y actividades extraacadémicas, por lo que contaba con una gran presión competitiva de universidades rivales.

Esa tarde había quedado con Patrick y  en teoría debería haberme ido a casa hacía más de media hora para arreglarme. Era nuestro aniversario y habíamos planeado aprovechar la noche para salir a cenar a modo de desconexión total de las clases y los entrenamientos. La cosa es que le había dicho que saldría antes del gimnasio para que pudiéramos llegar a tiempo al restaurante, pero a ese ritmo no sabía cuando terminaríamos.

Noté como alguien tiraba de mi pelo y descubrí a Tayler intentando llamar mi atención.

   -La entrenadora esta hablando de los saltos, es importante. -me susurró con discrepción. Le agradecí con la mirada haberme sacado de mis pensamientos, pero ahora solo veía como la señora Marcus, mi entrenadora, subía y bajaba la mandíbula sin dejarme tiempo de entender lo que decía.

   -¿Habeis entendido chicas? -Preguntó terminando su explicación.

   -Si. -respondieron todas las voladoras dejándome totalmente perdida.

   -Pues a la posición, antes de irnos tenemos que ensayar las figuras.

Me situé sobre el tapete azul acolchado que nos separaba del duro suelo y me quedé inmóvil sin saber que debía pasar.

   -Tayler, Jacob, Kournie, Lya y Coraline sois la base de Rosie. Coraline y Lya la sujetais, los chicos la elevais. ¡Teneis que ser rápidos! ¿Entendido? La música no para.

Comencé a sentir como mis compañeros se aproximaban a mi y se colocaban para poder formar una pirámide. En circunstancias normales yo sola me habría dado el impulso necesario para ascender y que los demás bailarines sólo tuvieran que sostenerme, pero no lograba concentrarme y tampoco sabía exactamente que era lo que Marcus nos había dicho que hiciéramos, asique me limite a dejarme coger por los chicos. Creo que se dieron cuenta de mi despiste porque Jacob dudó al acercarse a mi, iba a hablarme pero la entrenadora no dejaba respirar a nadie y comenzó a gritarles indicaciones. Sin apenas ser consciente de ello me encontraba dando vueltas en el aire para acabar sobre las manos de mis compañeras.

   -¡Rosie reacciona! Estas dormida. -la llamada de Patrizzia me asustó sobremanera provocando que mis músculos se aflojaran y no fuera capaz de mantener mi posición haciendo rodar a mis cinco compañeros por el suelo. Caí hacia atrás golpeando fuertemente mi cabeza contra el hombro de Lya, creo que perdí el conocimiento durante unos minutos. Al abrir los ojos vi la furiosa expresión de la señora Marcus y los rostros de Patrizzia y Tayler, la primera disfrutando el momento y el segundo con la cara desencajada.

   -¿En qué estabas pensando señorita? -preguntó Terence ayudándome a incorporarme.

   -No lo sé. -dije temerosa de la reprimenda que me caería. La entrenadora era famosa por su bondad y comprensión, pero era estricta y tenía mucho carácter, temía su reacción.

Noches de UniversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora