Soplaba el viento de madrugada agitando las cortinas negras a través de la ventana entreabierta de aquella habitación abandonada. Abandonada de vida, de esperanza, abandonada de sueños e ilusiones. Habitada únicamente por las sombras y los aullidos de la noche que desaparecían con las primeras luces. Y en el absoluto silencio de la oscuridad una sombra desnuda vagaba sin rumbo, sin dirección ni alma. Tan solo era una silueta cansada que revivía en la soledad de la noche buscando sin ganas alguna salida a su intenso dolor. Un dolor tan profundo como el interior de una cueva excavada día tras día a lo largo de los años sin descanso. Un dolor tan intenso y tan sencillo como la llama quemando una flor.
Ella sólo era una sombra más que jugaba entre la brisa oscura y fría cada noche, alguien que jugaba a hacer daño, que destrozaba a todo aquel que tuviese un motivo para brillar. Las criaturas de la noche aparecían en los sueños y perturbaban los sentidos hasta hacer que se retorciesen en los más terribles pensamientos. Se burlaban, se reían, disfrutaban; lograban ser el tormento de todo aquel que alguna vez hubiese tenido un sueño. Y ahora era ella la que sufría sus efectos, la que soñaba con la vida que un día le quitaron, con las luces y alegrías de estar enamorado. Y era ella quien se paseaba desnuda y sin vida por aquel piso abandonado. Pensando en Terence, como cada noche.
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Noches de Universidad
Kısa HikayeEsta obra se compone de diferentes microrrelatos los cuales en su mayoría cuentan con personajes ficticios. No obstante, algunas historias estan dedicadas a personas reales, dichas historias son totalmente inventadas con nombres distintos a los real...