Supremo

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-¡¡Quedan cinco minutos para que queden tres horas para la gala de inauguración de la nueva temporada de la linea de moda del padre de mi mejor amiga!!! ¿Se puede saber dónde coño esta mi traje de Armani? -estoy cabreado mi traje debería haber llegado hace rato, me tienen esperando como a una perra. Putos encargados deberían despedirles a todos. Quiero mi traje y lo quiero ahora.

-Señor Evans aquí esta su traje -llega Elizabeth con un gran paquete con las letras de mi marca favorita impresas en dimensiones estratosféricas en la tapa.

-¿Pero tu qué te crees, que puedes entrar en mi habitación sin llamar a la puerta? No se como no te hemos despedido ya maleducada no haces nada, ni limpias ni me informas de como va mi agenda... Teníamos que haberte dejado en Londres cuando tuvimos oportunidad. -¿pero de qué va ésta? Me voy a encargar personalmente de que la pongan en la calle en cuanto papá vuelva de Nueva York.

-Pero... señor... -balbucea.

-Nada de peros y lárgate, ¿no pretenderas que me cambie delante de tus narices?

-Perdone señor -agacha la cabeza y cierra la puerta tras de si.

Contemplo el paquete y me lanzo a él como Paris Hilton en rebajas. ¡Me encanta! Busco mi teléfono, tengo que informar a Rosie del momento.

Dos tonos...

-¡HOLA! -grita emocionada.
-¡AAAH! -grito yo también.- No sabes lo que me acaban de traer...
-¿El traje de Gucci?
-¡NO!
-La cobarta de Dolce que querias.
-Frio frio
-¿Otra asistenta inutil?
-Noooo, aunque no me vendría mal una nueva. ¡Que me lias! ¡Conseguí el traje de Armani!
-¿QUÉ? ¡¡¡¡¡AAAÁAAH!!!! -chilla.
-¡¡¡¡¡¡¡SIIIIIIIIIIII!!!!!!!
-No me lo creo no me lo creo. Manda foto ya.
-Nononono que se pierde la mágia del momento, vas a flipar cuando me veas. ¿Tú cómo vas? -pregunto entusiasmado estoy deseando ver su vestido.
-¡Genial! Acaban de dejarme los zapatos en el vestidor, son preciosos.
-Elegirías los que te dije, ¿no?
-Por supuesto, para eso eres el mejor asesor del mundo.
-Lo sé, para eso me pagan. Bueno para eso me vas a pagar que más te vale convencer a tu padre de que me contrate como estilista.
-Tranquilo eso esta ya cerrado, esta encantado y empiezas el lunes. Quiere que seas sus ojos, vas a tener que estar al tanto de todo baby.
-¿Peeeerdonaaa? Estas hablando con el señor Evans, YO me entero de todo.
-Querrás decir señorito jajaja.

Llaman a la puerta

-¡No! Aun no estoy listo. -exclamo subiéndome el pantalón aprisa.

-Disculpe señor ha llegado la señora Annastasia de Bélgica. -habla Meri al otro lado de la madera.

-¿Y a mi qué lo que haga esa guarra? -contesto con desdén.

-Me ha dicho que se lo comunique. -responde tímida la empleada.

-He dicho y diré mil veces que me da igual lo que hagan las mujerzuelas de mi padre, ¿ésta cuál es, la segunda o la tercera? Buah me trae sin cuidado.

-De acuerdo perdone.

-Ah y por cierto dile que no quiero compartir limusina con ella. Que se las busque, esta noche quiero la limusina negra.

-Si señor.

-Y otra cosa más, quiero que conduzca Christopher, ese chófer nuevo que Annastasia contrató no me gusta. No quiero aparecer con una bola de sebo al volante, ¿esta claro?

La asistenta personal de mi madrastra asintió y se marchó en silencio. De nuevo a solas termino de vestirme y me ajusto la corbata tras poner la llamada en altavoz.

-Oye Chutti te tengo que dejar, nos vemos en un rato. -le digo a Rosie aún recuerdo cuando le puse ese mote, que tiempos...
-Jajaj Okay, no llegues tarde.

-Siri finaliza la llamada.

Esa noche tenía que ser perfecta. Era el penúltimo año de universidad para Valentino y necesitaba esa noche para entablar relaciones con la más alta sociedad italiana. Era un verdadero privilegio que Rosie le pidiera que la acompañara a la gala. Ya tenía contactos de diversas empresas y grupos de jóvenes ricos, pero poder conocer a los diseñadores más famosos de toda Europa era una ocasión única y debía aprovecharla.

-Vaya pérfida, Rosie tenía actos de ese tipo cada semana durante las vacaciones e incluso a mitad de curso tuvo que representar a su padre en Milán. ¡Y se quejaba! Que chica, ¿quién no querría ser la queridísima hija de Esteffanno Conti? Prácticamente todo el planeta sabía de ella, todo el mundo la deseaba... Claro que a mi también, era el hijo de una de las actrices más cotizadas de Hollywood y de un empresario que se encontraba entre los diez hombres más ricos del planeta. ¡Pero ella era un ídolo para toda Italia! -mi iphone comienza a emitir el último single de Taylor Swift sacándome de mi ensoñación.

-¿Qué quieres Charlotte? -paso de ser cortés con ella.
-Val cariño, que alegría escucharte... -interrumpo su palabrería estúpida.
-No me llames asi y déjate de tonterías. Dime para que has llamado. -no soporto a mi prima, es una vívora venenosa y estafadora.
-Bueno primito no te pongas así, sólo quería decirte que el jueves es mi cumpleaños y bueno Giorgo me ha comprado un yate...
-¿Has convecido al novio de tu madre para que te compre un yate?
-Bueno soy su favorita, y si yo no estoy contenta mamá se quedará sin novio.
-Eres una zorra, ¿le has chantajeado verdad?
-Que exagerado eres cielo, sólo he hablado con él, tiene cosas que ocultar ¿sabes?
-¿Y tu sabes que me da igual lo que hagas con tu vida? -odio perder el tiempo y hablar con Charlotte es como intentar que una vaca deje de comer.
-El caso es, pedazo de maleducado, que la fiesta de mi cumpleaños se celebrará el viernes en el barco y me gustaría que trajeses a Will... ya sabes que me hace ojitos y no me gustaría que se sintiera marginado.
-Nadie te hace ojitos Charlotte estas obsesionada con que la gente te desea, falsa a mi no me vengas con gilipolleces porque no pienso ir a tu ridícula fiesta y Will tampoco irá. -la semana que viene empiezo las prácticas y no hay nada peor para descansar y divertirte un viernes que ir a una fiestecita de mi prima.
-¡Serás cabrón! Pienso decirle al tito lo que me has dicho. -clama furiosa se cree que mi padre la hará caso já que siga soñando.
-En fin señorita purpurina tengo cosas más importantes que hacer. Bye. -colgué el teléfono con ganas, necesitaba dejar de escuchar su voz chillona e irritante.

Salí a la terraza a admirar las hermosas vistas de Roma, la verdad es que Annastasia había elegido bien el hotel, hermosas vistas, una enorme suite con bañera de hidromasaje... lástima que papá eligiera a Elizabeth como chacha para acompañarme, esa tía me daba mal rollo, era siniestra. Al menos el sitio era moderno y estaba rodeado de enormes mansiones y hoteles de lujo.

Estaba deseando ver a Rosie, quedaban pocos días para Navidad y no se habían visto desde principios de noviembre. A veces se hacía pesado vivir lejos de casa, aunque de todos modos Londres dejó de ser su casa hacía muchos años atrás. Desde que se mudó a Estados Unidos su vida se había convertido en algo bastante diferente a lo que había sido. Había olvidado muchas costumbres de su tierra natal y aprendido los gustos y aficiones de los jóvvenes y millonarios americanos. No solía pensar en su pasado, no por no querer recordar, sino porque ya no lo recordaba del todo... sólo cuando conoció a Rosie se dió cuenta de lo mucho que ella extrañaba a su familia y lo poco que él pensaba en la suya propia.

-Señor...señor, ¿se encuentra bien?

-Perfectamente y ahora aparta, estas obstruyendo mi burbuja de espacio. -la presencia de la asistenta me sorprendió súbitamente, pero intenté mostrarme lo más ininmutable posible.

-Perdone he llamado a la puerta, pero no respondía y creía que se encontraría en la bañera.

-¿En la bañera? ¿A estas horas? He quedado con la señorita Conti en unos minutos, ¿acaso crees que tengo tiempo de remojarme? -respondí desafiante.

-Lo sé señor, su limusina acaba de llegar. La señorita Conti ha enviado un vehículo especialmente para usted. He hablado con ella y me ha dicho que la matrícula de la limusina esta registrada en los Salones Antorinni, así tendrá preferencia. -se que mis ojos se iluminaron al oir a la muchacha, había una limusina de Rosie esperándome ahi abajo. Salí como una exhalación.

-Aparta de mi camino Frodo. -dije empujando a Elizabeth.- ¡El lujo me espera!

Noches de UniversidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora