Capítulo 2. Dudas

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Capítulo 2. Dudas.

Escuchó unos fuertes toques en la puerta, se removió en la cama tapándose las orejas, pero los golpes insistentes no cesaban. Abrió lentamente los ojos, la poca luz que dejaban trasmitir las cortinas iluminaba tenuemente la amplia habitación.

Estiró la mano para buscar en la mesita de noche su teléfono móvil. Lo cogió y miró la hora, las ocho de la mañana, ¿quién se atrevía a despertarlo a esa hora? Se levantó de la cama en bóxer y abrió la puerta. "Claro", pensó, debía haber supuesto quién era la única persona que se atrevía a despertarlo y molestarlo tan temprano.

El mejor amigo de Seung, Seungri, había ido a buscarlo a su casa el lunes por la mañana. Iba vestido con una camiseta blanca, por encima una camisa vaquera con las mangas dobladas, y unos pantalones vaqueros oscuros. El pelinegro lo miró frunciendo el ceño y se apartó de la puerta para dejarlo entrar.

-Hyung, el sábado te desapareciste y ayer no respondiste mis llamadas ¿qué paso? -Dijo mientras entraba. La habitación era demasiado grande, justo entrabas por el lado derecho y lo primero que se veía era una pequeña sala de estar con un enorme televisor. Al lado izquierdo cerca de la ventana estaba la enorme cama y dos sillones negros uno a cada lado, en frente de ella habían dos puertas, una que daba al armario-vestidor y la otra al baño. Seungri se dirigió a uno de los sillones y se sentó en el.

Seung se quedó de pie al lado de la puerta y se perdió en sus pensamientos. El domingo había tenido una fuerte discusión interna, era la primera vez que había estado con un hombre, y aunque había ido en busca de eso, se sorprendió porque no había sentido ninguna repulsión al tocarlo, ni cuando él fue tocado. ¿Se abría vuelto bisexual? ¿podría tocar a otros hombres y no sentir asco? ¿era un heterosexual curioso? Una y otra vez se hacía esas preguntas, pero ninguna tenía respuesta.

Salió de sus pensamientos y miró fijamente de arriba a abajo a su amigo. Él era un muchacho muy atractivo, tenía un cuerpo tonificado, una cara linda con unas ojeras adorables, pelo negro rizado, que revoloteaba libre por su cabeza y unas nalgas que cualquier mujer envidiaba. Sabía hace mucho tiempo que su amigo le iban las dos aceras."¿Quizás...?" Un loco pensamiento cruzó por su mente y con pasó firme se acercó a Seungri.

-Hyung, ¿me estás escuchando? Te pregunté si te gustó la discoteca gay o saliste corriendo por el susto.

Antes de que su amigo siguiera hablando, Seung se acercó mucho a él, se agachó para quedar a su altura y lo calló con un beso. Seungri intentó apartarse pero el otro lo agarró de la nuca para que no echara la cabeza hacía atrás y volvió el beso más intenso. La lengua de Seung entró demandantemente en la cavidad del otro y ladeo la cabeza para que el beso se volviera más profundo. La falta de aire hizo que se separaran.

-¿Estás loco? - Preguntó mirando inquieto a su amigo.

-No, solo estaba probando algo- El beso con su amigo le había gustado, pero no había sentido lo mismo que cuando se beso con el castaño, quizás hacía falta algo más.

-Estás muy raro, Seung.

-¿Quieres follar?- Le preguntó directamente mientras estiraba el brazo para tocarle los labios con la yema de sus dedos.

Seungri abrió los ojos todo lo que pudo- Deja de bromear.

-No es una broma, lo digo en serio- Pronunció de pie mientras miraba al otro y notó un cambio en la mirada de su amigo. Ahora los ojos que hace un momento lo miraban sorprendidos, lo observaban lascivamente y vio cómo la comisura de los labios delineaba una sonrisa ladina. Eso era lo que más le gustaba de él, que era un pervertido de mierda. Muchas veces antes, habían participado en tríos y orgías juntos, pero nunca llegaron a tocarse mutuamente.

Con fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora