Capítulo 8. Respeto

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Capítulo 8. Respeto.


Jiyong miró horrorizado a su alrededor, buscando una muestra de asco,desaprobación, repulsión, en el rosto de sus compañeros. Nada, no había nada de eso. Todos actuaban normalmente, reunidos con su habitual grupo de amigos, riendo y bromeando. Ninguno los había visto. Se puso bien los pantalones, recogió sus cosas y salió muy rápido del aula. Su erección se había deshecho completamente po rel susto.

Ya le faltaba poco para llegar al parking cuando sintió como una manolo cogía del antebrazo y paraba su movimiento en seco. Era Seung. Lo miró con rabia y se zafó bruscamente.

-¡No me toques!- Gritó enfadado.

-Yo lo siento, creo que me he pasado.

-Claro, ahora lo sientes- Dijo irónicamente- Ah, es verdad, lo haces para jugar con mi cuerpo, aunque se te olvida una cosa, ¡es mi maldito cuerpo y no puedes hacer con él lo que se te de la gana!.

Seung realmente se sentía mal. El impulso de tocar a Jiyong en ese momento brotó sin control. En el acto no le vio ningún problema, pero cuando las luces se encendieron y observó la cara de horror del castaño,con sus ojos rojos y acuosos, y las manos temblando, supo que lo que había hecho era horrible. Quería pedir disculpas, pero no sabía cómo.

-De verdad lo siento- Jamás en su vida había pedido perdón dos veces, las palabras picaron en su garganta mientras salían.

Peor Jiyong estaba realmente enfadado y en ese momento no entraba en razones- En el contrato no ponía nada de que no me podías tocar, es verdad, pero ponía claramente que teníamos que ser respetuosos con el otro y tu no lo has sido, Seung. Me acabas de faltar gravemente el respeto y eso no te lo puedo perdonar- Su palabras sonaron tan frías,que si tuvieran forma física seguramente habrían congelado al pelinegro.

Seung no pudo decir nada más, solamente pudo escuchar como el otro escupía cada palabra con resentimiento y decepción. ¿Por qué los ojos y palabras de Jiyong reflejaban decepción?. Observó como se alejaba,pero no pudo mover ningún musculo. Esta vez la había jodido pero bien.


****


Habían pasado exactamente cuatro días desde su pelea con Seung Hyun, no habían vuelto hablar desde entonces. Pero que no hablaran no significaba que no lo viera, no, al contrario, lo veía todos los jodidos días. Porque claro, solo él, que nunca asistía a clase, se le ocurría ir a todas las clases sin faltar a ninguna. No, y la cosa no terminaba ahí, el señorito parece que se volvió el chófer particular de Seungri, porque lo llevaba y recogía todos los días del entrenamiento. El muy cabrón lo hacía a propósito.

Desde ese día no había intentando acercarse a Jiyong y mucho menos hablarle, pero lo miraba, lo miraba mucho. En cada movimiento,palabra, acto, el castaño sentía la mirada intensa del otro en su nuca. Se negaba a voltear la cabeza y mirarlo. No quería que sus ojos se encontrarán, porque si lo hacía tendría ganas de ir hacía el pelinegro. Tendría ganas de gritarle que era un gilipollas, que fuera un hombre y que se le acercara a pedirle de nuevo perdón. Para así, después de una patada en la entrepierna, Jiyong lo perdonara.

Yeso era lo que más odiaba el castaño en ese momento, por extraño y absurdo que parezca, echaba de menos la presencia del otro. Extrañaba su voz, su mirada, sus manos y sobretodo, sus besos.

Pero no, no le iba a decir nada, no se iba a acercar, ni siquiera se iba a dignar en mirarlo. No se lo merecía después de lo que hizo. Tenía su orgullo. Además, que todo lo que estaba sintiendo por el otro le parecía demasiado abrumador. Algo complicado y sin sentido. Tenía que alejarse, enfriar su cabeza, pensar detenidamente y volver a ser el mismo de siempre. Frío, distante, borde y calculador. Sí, ese era él.

Con fecha de caducidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora