Tercer día

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Al día siguiente, Adrien tenía un dolor de cabeza. Había pensado en cómo pedirle disculpas a su compañera, aunque aún le dolía que le hubiera dicho cobarde.

-La verdad duele ¿No?- le decía burlesco Plagg. Se encontraban durmiendo en una habitación común todos los hombres. Así que el rubio le tapó la boca.

-Shh... Guarda silencio- cuando iba a levantarse su teléfono sonó. No, tenía que resistirse, pero la curiosidad lo estaba matando.

Cuando iba tomar su teléfono, ve como alguien se lo quita.

-¡Nino!-

-Lo siento Bro, por hoy tu teléfono está confiscado. Hasta que Alya me diga que te lo devuelva- le dijo el moreno, el cual estaba en pijama y sin lentes.

-Eres un cobarde- le dijo con algo de cizaña. Hizo una mueca y se levantó a buscar sus cosas para tomar una ducha.

-Oye, soy un orgullo de hombre. Ve tú ser el novio- decía con cierta risa.

-Créeme que eres el orgullo de los hombres- le dijo Kim, mientras le daba un apretón en el hombro.

-Tú también compartes mi dolor, yo creo que si estuviera con Alix, estaría muerto-

Los chicos soltaron una risa por general. Sólo eran tres los muchachos que conocían que tenían novia, Iván que tenía por novia a la dulce Myléne, Kim que tenía por novia a la ruda de Alix y Nino que tenía por novia a la intrépida Alya. Los otros eran tan sólo unos solterones.

-Aunque ayer Adrien casi muere, nunca en mi vida había logrado sacar de las casillas a la dulce Marinette- dijo Kim, todos los hombres iban a dirección a las duchas.

-Pues, viendo como Adrien se había comportado y viendo que ambos son competitivos... Era de un ochenta y cuatro por ciento que ella estallara- Max estaba del lado de la azabache y Adrien se sumía un poco más en la depresión.

-Aunque ella dijo algunas cosas feas- susurro Nathanael, a quien le sorprendió la actitud de la oji celeste.

-¿Tú que piensas, Iván?- le preguntó Nino.

Los chicos habían llegado a las duchas compartidas, como las de la milicia. Algunos ya estaban desnudos y otros se estaban desvistiendo.

-Que es estúpido que se peleen, es infantil- finalizó el chico amante del metal. Y lo que decía era cierto, aquella pelea había sido infantil, pero eso no impedía que estuviera enfadado por haber perdido dinero.

-Si le voy a pedir disculpas-.

Todos los chicos se estaban bañando tranquilamente. Aunque por el otro lado, en la habitación de las chicas estaba hecho un revoltijo de cosas.

-¿Alguien ha visto mi lápiz labial?- pregunto Rose, quien ya había vaciado la maleta que llevaba.

-No, pero alguien ha visto mi sombra de ojos- le respondió Myléne. Y así comenzaron un pequeño interrogatorio sobre quien había visto que. Excepto Marinette, la cual se encontraba sentada en el marco de la ventana, viendo su celular con una expresión triste.

-Vamos, chica. Que tú también tuviste la culpa-

-Lo sé, Alya. Es sólo que... tengo miedo de seguir pidiendo disculpas-

-Y si sigues con ese jueguito tus problemas va aumentar-

-No creo, pokemon go es inofensivo- le aseguro con una sonrisa para levantarse y estirarse.

Las chicas siempre tomaban primeros las duchas y luego debían arreglarse. Chloé como siempre se estaba luciendo por la gran figura que poseía. Aunque Lila tenía una mejor, pero no le ganaban en caderas a Alya, y las con mejor físico deportista era Alix y luego le seguía Marinette, el cual era un misterio si pasaba faltando a la clase de deportes.

-Vamos a tomar desayuno- les recordó la chica de dreadlox, y todas ordenaron la habitación para ir comer.

Cuando llegaron al comedor, vieron que estaba vacío, sólo estaba los profesores a cargo del paseo. No le tomaron mayor importancia y siguieron con sus vidas. Hasta que el sonido del teléfono alerto a la azabache, la cual se levantó apresuradamente.

-¡Otro pokemon!- grito, antes de desaparecer del comedor como si nada. Alya rogaba porque no cometiera alguna estupidez.

Aunque ese juego era bastante peculiar, porque estaba segura que quería ver como la futura pareja cometía los errores más estúpidos y como no. Marinette se encontraba corriendo, sin importar en que dirección iba, y cuando el destino le puso frente del lugar donde estaba el bendito pokemon.

-Marinette, no debes abrir la- las palabras de Tikki se murieron en su boca porque sin pensar de más, la azabache abrió la puerta, cometiendo un suicidio público.

Su cara comenzó a calentarse y sus mejillas estaban más rojas que un tomate o que el cabello de Nathanael. Quería que se le tragase la tierra.

-¡¿Marinette?!- exclamaron todos sus compañeros, los cuales no sabían como reaccionar. Una mujer en baño, mientras ellos se estaban duchando y ahora la estaban viendo, todos desnudos. Sólo atinaron por cubrirse mientras que Marinette se volteaba rápidamente.

-¡Lo siento tanto!- dijo antes de cerrar la puerta e irse corriendo. El silencio inundó el lugar, mientras todos los chicos se compartían miradas con alguno que otro rubor.

-Yo creo que... voy a borrar este momento de mi vida- y tal como dijo Max, la mayoría lo intento hacer, excepto unos dos. Adrien aún no podía salir de su sonrojo, hasta que una idea se le cruzó por la mente. Una terrible idea.

Había pasado unas tres horas desde el incidente de Marinette, la cual se fue disculpando con cada uno de los chicos por la estupidez que cometió, sin embargo estaba furiosa con el juego.

-Era un metapod, ¡Era un metapod! ¡Gracias a un maldito Metapod mi vida social estuvo a punto de morir!- se reprochaba a sí misma, mientras se sentaba en una banca para ver el lago, el cual se encontraba tranquilo.

Adrien vio como la chica se encontraba sola, era la oportunidad perfecta para fastidiarla tan sólo un poco antes de pedirle disculpa, error. Nunca fastidies a una mujer enojada, porque tan sólo le estaba echando más leña al fuego, aunque quizás entre ellos las cosas era un poco diferente.

El rubio se acercó sigiloso, hasta que por la espalda se acercó a su oído para susurrarle

-Dime si disfrutaste la vista- el tono empleado fue tan parecido al de Chat Noir, que Marinette le recorrió un escalofrió y se voltio rápidamente para ver a su querido amor platónico con una sonrisa de lo más tierno. "Maldito, hijo... de la fruta" le decía internamente. Aunque se recompuso rápidamente, no podía perder la compostura, no importara que fuera Adrien, lo iba a tratar como un Chat Noir más.

-¿Que vista? Si eres plano como una tabla, no tienes nada por allá abajo- le dijo, haciendo una breve explicación con sus manos. Dejando a Adrien tieso, la chica le dio una sonrisa cínica y se marchó, soltando una gran carcajada aunque el sonrojo en su cara decía otra cosa.

-Marinette, ambas sabemos que no es así- le dijo Tikki desde su bolsillo

-Calla Tikki, déjame ser fabulosa por unos momentos- le contesto, para seguir alejándose de él. Marinette, dos; Adrien, cero. El rubio también se rió.

-Nunca pensé que ella podría ser así de intensa- le dijo a Plagg.

-Y yo nunca pensé que serías estúpido, no le pediste disculpa ¿sabías?-

-¡Maldición!- y Adrien se fue refunfuñando sobre su mala suerte, entre alguna que otra cosa.

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Quiero agradecer los votos y comentarios. Creo que no lo sabían, pero esta historia será corta como ¡Cenicienta! Eso es todo y espero que les haya gustado el capítulo.

¿Pokemón Go? [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora