De vuelta en París

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Marinette había llegado al salón, con una sonrisa cálida. Alya ya había formulado alguna idea del porqué de su felicidad.

-Alya, soy la mujer más feliz del mundo- dijo una vez que se sentó a su lado.

-¿Qué sucedió con Pokemon Go?-

-Hay cinco pokeparadas cerca de mi casa y diez gimnasios. Además de que me faltan dos kilómetros para que mi huevo pokemon salga- comentó mientras miraba su celular. La morena tan sólo negó con su cabeza. Estaba perdiendo a su mejor amiga con aquel jueguito.

-Oye Marinette- le llamó Max, otra de las personas que estaba obsesionada con el juego. Aunque en él parecía más natural.

-¿Qué sucede, Max?-

-¿De qué equipo serás? Yo soy del grupo Mystic-

-Eso es genial, pero me temo que somos enemigos. Porque soy del equipo Valor- dijo muy orgullosa.

Adrien quien iba llegando al salón y escucho la conversación de sus compañeros. Soltó una risa sincera, llamando la atención de más de alguno.

La azabache frunció su ceño algo molesta, ahora que sucedía con el rubio.

-¿De qué te ríes, Bro?- le pregunto su amigo, el cual llegaba al salón.

-Oh, es que ahora sé que todos somos enemigos-

-... ¿A qué te refieres?-

-Es que tanto Marinette como Max están en equipos distintos y yo también. Soy del equipo Instinct.-

Nino los quedó observando a cada uno, intentando unir las piezas, hasta que recordó que todos ellos tenían una cosa en común.

-Pokemon Go- afirmó el moreno, quien soltó un suspiro cansado.

-Exacto, no hay mejor vida que esa-

-Una vida de obsesión-

-No ¿cómo crees? Es sólo pasión por un juego, además es muy raro, en mi casa está plagado de Butterfree, es molesto estar rodeados de esas mariposas zombies-

-Quizás sea una señal, viejo-

-No... Es como si dijeran que mi padre es Hawk Moth-

Ambos guardaron silencio para luego romper a carcajadas, eso sí que les había resultado muy estúpido. Su padre, Gabriel Agreste, el villano de París, era como decir que Marinette era Ladybug, una locura.

-Oye, ¿no que mañana ibas a Venecia?-

-No, finalmente lo rechacé, quería descansar-

-Pues algo me dice que lo rechazaste por Pokemon Go-

-Tú si sabes-

Las clases avanzaron rápidamente para luego dar paso a la noche, una con un akuma suelto en el centro de París y los héroes... un tanto desconcentrados.

Ladybug iba corriendo rápidamente entre los tejados de París, a lo lejos pudo ver como se acercaba Chat Noir. O no, no iba permitir que se lo robaran, tuvo que esperar una semana en el campamento para atrapar a Latios, no iba dejar que ese gato le robara lo que había proclamado que era suyo.

-My Lady, debería rendirse- le dijo con cierta burla el minino.

-Cállate, ¿Por qué no mejor te vas a cazar Rattatas? Eres un sucio gato, de seguro son tu especialidad-

-Ya tengo muchos, no quiero otro si tengo la oportunidad de atrapar a Latios-

-Pues él será de mi propiedad-

¿Pokemón Go? [MLB]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora