Prólogo

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No existía una razón, simplemente, cuando llegaba la noche y me encontraba sola, lo único que hacía era lamentarme por haber sido y todavía ser tan estúpida.

¿Quién en su sano juicio seguiría intentándolo por última vez cada día?

Quizás era bueno, o todavía lo es para algunas personas, pero para mí no.

Él no me hacía ningún bien, sin embargo, yo me negaba a sacarlo de mi mente y mientras eso no ocurra sé que por más que ahora mantengamos una distancia física, si sigo pensando en él cada que me pasa algo bueno, algo malo, algo vergonzoso, nunca lograré borrarlo por completo.

¿Por qué simplemente no puedo dejarlo de lado?

¿Es porque aún tenemos comunicación?

¿Por qué cuesta tan poco acostumbrarse a alguien pero cuesta demasiado olvidarlo?

Quizás es porque a pesar de la distancia de una u otra manera siempre está ahí.


6 de marzo del 2019

Cinco años de intentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora