Las clausulas en el tratado eran bastante claras para los seres mágicos y los humanos, la ciudades y pueblos se dividía en dos partes, los seres mágicos y los seres no mágicos, es decir, los seres humanos sin ningún talento en especial. Cada ser tenía su propio territorio en caso de necesitar uno como en el caso de lobos, panteras, leones, entre más seres que necesiten estar seguros en su territorio.
Había otra clausula donde decía que sin importar el género, ni raza, ni edad podías convivir en los mismos espacios sin afectar la integridad de otros seres, ya que hace unos años algunos cambia formas se comían a los humanos ya que según ellos "tenían mejor sabor".
Así que había casos raros en los que algunos humanos vivían en la parte de los seres mágicos, y viceversa, los seres mágicos vivían entre los humanos muy bien camufle ajados.
Había otra clausula en el tratado donde decía que respetaban a las parejas predestinadas, claro que tenían que comprobar que era en verdad predestinadas ya que hubo un tiempo en el que la calentura les ganaban y juraban que estaban destinados pero llegaba su verdadera pareja a su vida y la consecuencia era un problema entre los implicados ya que uno de ellos se sentía traicionado por quien decía ser su pareja predestinada.
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SungMin observó el lugar con gran satisfacción pues después de un tiempo había abierto una cafetería siendo él quien era dueño de la propiedad, a sus veintiséis años podía decir con orgullo que estaba haciendo algo bueno de su vida, ya que después de la muerte de su papá había heredado una gran cantidad de dinero y con ayuda de su madre, amigos y familiares había podido abrir la cafetería que a su parecer no estaba nada mal.
Caminó decidido hacia la puerta transparente para que pudieran apreciar los transe cuentes la cafetería y con toda la esperanza que tenía SungMin sus próximos clientes podían entrar al lugar para probar aunque sea una taza de café.
Salió del establecimiento observando alrededor, echo un rápido vistazo a su celular para observar la hora, 8:50 marcaba el reloj así que con paso decidido volvió a entrar y puso el cartel de "abierto" en la puerta.
Se sentía demasiado orgulloso con su adquisición y más con lo poco de dinero que dio para comprar el lugar, hizo una mueca al recordar el porqué, pues el establecimiento se encontraba justo en el límite humano y sobre natural, el ruido de la campaña le anunció que había llegado su primer cliente y así obligándolo a salir de sus pensamientos.
-¿En qué puedo ayudarle?- preguntó SungMin amablemente.
-Un panqué de nuez ¿Tiene?- SungMin no tuvo que ser adivino para darse cuenta de que era un cambia forma ardilla a quien tenía enfrente, demasiado obvio ya que hablaba con una voz un poco aguda.
-si tengo, en un momento lo sirvo- respondió SungMin con una sonrisa.
Y así pasó su día y parte de la tarde, atendiendo a clientes ocasionales aunque claro, él tenía en cuenta que no eran muchos y estaba plenamente consiente a que debía hacer un poco de publicidad al lugar ya que era un poco difícil que tuviera demasiado éxito el lugar.
SungMin vio el reloj que estaba pegado en la pared indicando que eran las cinco de la tarde y todavía le faltaban horas de jornada para poder irse pero se sentía demasiado orgulloso todavía, el lugar era de él y al ser pequeño no necesitaba de trabajadores, así que por lo mientras se encargaría él solo del lugar.
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[KyuMin] Pareja predestinada
FanfictionUn pacto se hace en el Congreso de Seres poniendo clausulas en el tratado para una mejor convivencia entre cambia formas, vampiros, magos, brujas, hadas, duendes y todo ser mágico en la Tierra, incluso de humanos, ya que se hace un caos al querer ex...